“Después de algunos años en los que cada uno se dedicó a su carrera solista, decidimos volver para la 20º edición del Rock al Parque”. Con esa referencia al festival internacional que se celebra en Colombia, el bajista y productor Héctor Buitrago explica el regreso de Aterciopelados, el grupo que formó junto a la cantante Andrea Echeverri. Después de una pausa larga, la banda volvió en 2014: “Ese fue un recital muy emotivo porque nos reencontramos con canciones viejas, que en las giras anteriores hacíamos de una manera diferente, centrándonos en lo que sentíamos en determinado momento, y llevándolas hacia el sonido del disco que habíamos lanzado. Esta vez, para los fans, tratamos de respetar los arreglos originales e hicimos pocos cambios”.

Esa noche, el regreso del grupo fue presenciado por 140.000 personas y, gracias a que el reencuentro con sus canciones y con su público fue tan positivo, la discográfica Sony Music los contactó para grabar un álbum en vivo, que marcó su regreso a un sello grande –fue “un incentivo”, según Buitrago–. Publicado en 2016 y titulado Reluciente, rechinante y aterciopelado, allí interpretan un repertorio similar al de Rock al Parque.

Con ocho discos editados –entre los que se encuentran los excelentes El Dorado, La pipa de la paz y Caribe atómico–, junto con varios éxitos como “Bolero falaz”, “Florecita rockera”, “Baracunátana” y “El estuche”, la banda formada en 1993 se fue transformando en un ícono del rock latinoamericano a partir de la mezcla entre estilos musicales que parecen antagónicos, como el punk y el folclore colombiano. “Nuestro interés por mezclar sonidos nace de la idea de no quedarnos siempre con el mismo envase. Como productor me parece muy importante mezclar diferentes estilos, pero a la vez no repetirlos”, asegura Buitrago. “En estos años seguimos en una búsqueda continua de nuevas formas de hacer música”, sigue.

Tal vez el aspecto más interesante de Aterciopelados resida en sus letras, en las que demuestran que la música funciona perfectamente como una herramienta de concientización social. “Al principio, las canciones de nuestros discos tenían un contenido más sentimental, hablábamos de amor, pero luego cada uno se fue dedicando a sus temas de interés, yo con la ecología, y Andrea con el feminismo”, afirma el bajista.

En cuanto al compromiso ecológico, el activismo se evidencia en canciones como “Caribe atómico” (1998). “Soplan vientos pestilentes sobre su arena caliente / El mar brilla radiactivo, es un caldo de cultivo”: así describe Echeverri un paisaje apocalíptico producido por la contaminación, mientras canta sobre una base que fusiona ritmos latinos con música electrónica. Diez años más tarde, el grupo se centró de lleno en ese compromiso ambiental con Río, un álbum conceptual que incluye varias canciones dedicadas a la recuperación del río Bogotá. Por otra parte, la escenografía del DVD de la presentación de Reluciente, rechinante y aterciopelado está protagonizada por botellas, tapas y CDs reciclados –algo que, según Buitrago, también se relaciona con el concepto de reciclar canciones–.

El feminismo se marca, por ejemplo, en “El estuche”, canción incluida en su reciente álbum en vivo. El tema se publicó por primera vez en 1998, pero su mensaje se mantiene más reluciente y rechinante que nunca. Cabe recordar que en 2007 la banda fue seleccionada como embajadora de Amnistía Internacional en la lucha contra el maltrato de la mujer, y sus miembros han participado en varias campañas sobre esta temática.

Tras publicar el primer álbum en vivo de su carrera, a mitad de año Aterciopelados participó en un homenaje al cantante mexicano Juan Gabriel, El divo de Juárez –fallecido en 2016–, en el que versionaron “He venido a pedirte perdón” (1980) y lo llevaron hacia un terreno bailable al centrarse en la música disco. Actualmente, el grupo se encuentra en el proceso de composición de su primer álbum de estudio desde 2008. Mientras que su disco se termina de cocinar, la banda se embarcó en una gira que ya los llevó por Colombia, Estados Unidos, Colombia, Chile, y que este martes hace escala en Montevideo, donde se presentarán por primera vez en La Trastienda. Esa noche, el grupo continuará con su campaña por demostrar que, tras más de 20 años de carrera, sus canciones se mantienen relucientes, rechinantes, y –sobre todo– aterciopeladas.