Antes existían los programas de humor. Luego el humor se coló en los programa de la mañana, en los reportes meteorológicos, en los programas de entrevistas y en los periodísticos. Más allá de proyectos aislados, la televisión dividió y reinó. Desde octubre la grilla de TNU se vio beneficiada por el arribo de Caídos en cámara, un ciclo de 13 programas que, mediante el formato de sketches y con la excusa de una ciudad en donde todo es filmado (Montevideo, por si no están atentos), permite a un grupo de jóvenes humoristas mostrar lo que saben hacer.
El elenco está formado por Enrico Greco, Piero Dátole, Danna Liberman, Florencia Infante, Lucía Dotta y María Noel Ríos. Con su productor general, Julián Rodríguez, y el guionista y director Pablo Sintes conversamos, entre otras cosas, de las dificultades de realizar un programa de estas características en nuestro país.
“La respuesta que se me ocurre va mucho más allá de un programa de humor, diría que refiere a cualquier producción nacional”, afirma Sintes. “El Estado genera concursos como el que ganamos nosotros, y oportunidades específicas, pero a mí me interesaría que realmente medie entre los intereses privados y el interés público, y no tanto generando subvenciones puntuales. Los grandes medios de comunicación no invierten, porque les es mucho más redituable comprar la lata y revenderla, sin correr los riesgos que significa invertir en ficción”.
Para Rodríguez, cuesta como cualquier ficción. “El humor es ficción. Todo, absolutamente todo lo que se produce de tele en Uruguay es no ficción. Periodístico, entretenimiento o divulgación. Son los tres ejes de la tele nacional”.
“Las excepciones de ficciones hechas acá se cuentan con una mano y son unos oasis en el desierto. Pero a nosotros nos cuesta horrores vernos en esas ficciones. Nos llega más una pésima novela turca que la serie Feriados, que está hecha en tu barrio y hablan como vos. Somos unos completos analfabetos en ficción televisiva nacional. Así nos educaron. Hacer humor es más difícil todavía”.
Con referencias que van desde Les Luthiers a Monty Python, de Telecataplum a Decalegrón, del Cuque Sclavo a las series web de UN3, comenzaron esta “obra por encargo”, según sus propias palabras. “Esto quiere decir que tenés que producirla con la plata que dice el llamado y nada más. No podíamos conseguir más fondos o recursos externos. No había posibilidad de, mediante auspicios o apoyos, mejorar la producción. Y ese fue el verdadero desafío”, explica Rodríguez.
“Desde la preproducción hasta la posproducción, el equipo de actores y técnicos fueron 22 personas que realizaron un esfuerzo tremendo con una contrapartida casi simbólica. Algunos cumpliendo más de un rol a la vez. Visto ahora, resulta casi obscena esa entrega, y me dan ganas de pedirles perdón”, dice.
A la hora del humor propiamente dicho, contaban con actores que provenían del mundo de la improvisación. Para Sintes ese humor funciona en televisión, “respetando las características puntuales del lenguaje audiovisual, entre ellas el montaje y la repetición, por lo que limita el marco de la improvisación. Creo que el punto medio entre guion-escaleta e improvisación es lo que puede dar mejores resultados”.
“La impro se basa en una agilidad mental enorme y una serie de restricciones que le dan un formato y la hacen verosímil. Nada de eso parece necesario para hacer un programa grabado”, agrega Rodríguez. “Los anteriores intentos que hicimos de pasar la impro a tele fueron amargos; hay que explicar las reglas de los juegos y eso no es divertido filmado”.
El director tuvo que sacar de la zona de confort a los actores: “Había segmentos que los podían sacar de taquito con los ojos cerrados, pero nos íbamos a reír sólo los del set, que veíamos cómo se construía eso. El producto audiovisual pide algo completamente distinto. Por eso hubo bastante guion y ensayo”.
Tanto trabajo dio sus frutos y quedaron muy conformes, señala Rodríguez: “Se ve muy bien, se escucha muy bien, las actuaciones están muy bien para nosotros. Globalmente parece un mejor programa que el proyecto que presentamos. Podrás reírte o no, eso es un poco subjetivo, pero es un lindo programa y tiene los seres indeseables, absurdos, ridículos que nos habíamos planteado”.
Los viernes a las 22.00, con repeticiones el domingo a la medianoche. Los capítulos emitidos pueden verse en el canal de Youtube de TNU.