Es imposible describir en este breve espacio por qué la Novena sinfonía de Beethoven es una de las obras más grandes de la historia de la música occidental, pero hay una anécdota de lo más simbólica que demuestra su importancia. En 1979, cuando Sony y Philips empezaron a idear el CD, Norio Ohga, ejecutivo de la empresa japonesa, hizo fuerza para que el diámetro del nuevo formato tuviera una medida suficiente para que fuera capaz de albergar 75 minutos de música, ya que así podía entrar entera la última sinfonía de Beethoven, que hasta ese momento ocupaba dos vinilos. Los que tengan dudas sobre la magnanimidad de la obra se las podrán sacar el viernes a las 20.30 en el Teatro de Verano, con la Orquesta Sinfónica y el Coro Nacional del SODRE, que la interpretarán bajo la dirección del célebre tano Piero Gamba.
“Fue el primer compositor que habló a mi sensibilidad artística. Yo estaba haciendo estudios de piano muy aburridos –para todo estudiante, los ejercicios para agilizar los dedos lo son– y mi padre tuvo la idea de hacerme estudiar una reducción a cuatro manos de la Primera sinfonía de Beethoven. Y, desde entonces, mi indiferencia –o incluso hastío– hacia la música se convirtió en un amor muy profundo”, había dicho Gamba a la diaria.
Las entradas para el concierto se consiguen por Tickantel y valen $ 150 (platea baja) y $ 300 (platea alta).