Rosa recibe la visita de su padre en medio de la noche. No será el único suceso extraño en el cortometraje La peste, una historia de secretos oscuros que coquetea con la mitología de los zombis y que aspira a convertirse en serie de televisión.

Guillermo Carbonell (Montevideo, 1977), su guionista y director, conversó con la diaria acerca del camino que recorrió la idea desde 2004 y el que tiene por delante. “Es una historia que tenía en la cabeza hace muchos años, con una mitología bastante desarrollada”, contó. “El corto era como la primera parte de una película más larga que nunca llegué a escribir. Creo que la premisa inicial fue: ‘¿Qué pasa si los zombis son las víctimas en lugar de los monstruos?’. Y todo se desarrolló a partir de ahí”.

“Escribí el primer guion en 2011. Fue un proceso largo, sobre todo porque mi laburo diario [Carbonell es director publicitario] se iba imponiendo y nunca podía parar un mes entero para concentrarme en producir”.

En 2013 ganó un Fondo de Producción del ICAU y hasta la filmación, a fines de 2015, hubo un par de arranques en falso. “Sentí que no lo iba a filmar más. Finalmente, el azar me cruzó con Gonzalo Silva, que se puso la producción al hombro y llevó adelante el proyecto. La posproducción también fue larga, sobre todo la edición. Fue un proceso que sirvió para quitarle todo lo que no iba. Creo que el resultado final tiene un timing muy preciso, y es resultado de ese mismo proceso tortuoso”.

La peste está situado en el Uruguay de los años 70. Su creador lo quiso así por razones narrativas y de clima. “Necesitaba que la historia transcurriera en una época menos conectada, donde el misterio tuviese más sentido. Una conspiración así sería insostenible en esta época de redes sociales. El hashtag #VolvióElAbuelo sería trending topic”.

“Por otro lado, situarlo en la época inmediatamente predictadura le da una sensación más densa. Es una capa adicional de incomodidad con la que cualquier latinoamericano puede identificarse. Pero lo básico era que la historia estuviese buena, que pudiese entenderse sin contexto. He visto el corto con públicos canadienses y estadounidenses, y la historia impacta por lo emocional. La relación entre el padre y la hija, sobre todo”.

Se estrenó en julio, en el Fantasia Film Festival de Canadá, “el segundo festival de género fantástico del mundo”, cuenta Carbonell. Desde entonces fue visto en el Screamfest de Los Ángeles, el Toronto After Dark y Macabro de México, entre otros. También llegaron los premios: Mejor Corto de Horror en Filmquest de Utah, Calavera de Plata a Cortometraje Sudamericano en Mórbido de México y el reconocimiento como Mejor Corto Internacional en Buenos Aires Rojo Sangre.

El recorrido de la historia recién comienza. “Apenas empecé a compartir con amigos y colegas el offline –el armado sin efectos, corrección de color ni mezcla de sonido–, las reacciones inmediatas fueron ‘esto da para más’ y ‘quiero ver cómo sigue’. Es que esa historia te da la sensación de ser un rinconcito de un universo mucho más grande”.

“Entonces empezamos a trabajar con Rodolfo Santullo, escritor y guionista, en desarrollar un proyecto de serie para presentar a los fondos de desarrollo. Inicialmente, yo los imaginaba como capítulos unitarios que compartieran un mismo universo, pero en este momento estamos trabajando en llevarlo a una estructura de serie más tradicional”.

La idea no es nueva. “Llevamos varios meses trabajando juntos en el tema, por lo que ya no es un trabajo de adaptación, digamos. Nos juntamos y peloteamos las líneas argumentales, los personajes... Él lo baja a un tratamiento y a partir de ahí es un va y viene en Google Drive”.

“Hay reglas del universo de La peste que existen, pero que no se ven en el corto. Para la serie, estamos poniendo esas y otras ideas. Estamos armando un mundo bastante ambicioso”.

Lo que viene a continuación poco tiene que ver con las ideas y sí con los mecanismos para llevarlas a cabo. “El fondo de desarrollo de la Intendencia nos va a permitir armar un proyecto sólido –biblia de la serie, outline de la primera temporada, guion del piloto y tratamiento de un par de capítulos más–, traducirlo y presentarlo en mercados para buscar productores. Es una serie ambiciosa, imposible de pensar como un proyecto local; entonces el desafío va a ser encontrar un coproductor internacional que no quiera quitarle el sabor uruguayo, que creo que es un diferencial”.

“Lo bueno es que el cortometraje es una prueba de concepto bastante clara de lo que imagino: el look, el ritmo, el tipo de personajes. Estamos viviendo en una época de ficción televisiva increíble, por lo que hay que intentar estar a la altura”.

Mientras esto ocurre, el corto puede ser visto online en vimeo.com/245936052.