Era un poco raro: la novela fue Premio Nacional de Literatura en narrativa édita el año pasado, pero no había sido publicada en Uruguay, sino en Bolivia. Ahora Fin de Siglo puso orden, como manda el título, y desde hace unos días El orden del mundo tiene edición uruguaya. El año pasado la editorial ya había publicado Verde, y a Estefanía Canalda, a cargo de esta movida, le pareció que las dos novelas jugaban bien juntas. Eso, más el premio del MEC, y claro, su consideración de la novela, hacían un buen paquete: “Novelas así de ambiciosas no son comunes acá. La parte dos, por ejemplo, arranca con ‘El Sol, por comenzar, por recomenzar por el principio...’. Un crítico, Francisco Cascallares, decía que Sanchiz es ‘un asombroso coleccionista de datos singulares sobre todas las cosas’ y eso está plasmado en El orden”, dice Canalda.

Lo enciclopédico, las notas al pie, las enumeraciones, aparecen seguido en las obras recientes de Sanchiz, que incluyen a Nadie conoce a Mlejnas (2009) y El gato y la entropía (2015). “Sí, eso está muy presente. Pero no hay ninguna referencia o digresión que sea en vano, que se pueda leer como un alarde de erudición, un gesto vacío. En el fondo lo que escribe Sanchiz suele girar en torno a la pregunta de cómo nos construimos. El Stahl niño ve a Cousteau en televisión, a raíz de eso lo lee y empieza a soñar con recorrer los océanos. ¿Y cuánto de lo que somos y queremos se construye de esa manera?”, apunta Canalda.

Stahl, para los no iniciados, es una especie de álter ego de Sanchiz, o más bien un sosías que muta de obra en obra, ya que cada relato se sitúa en un universo levemente distinto (también para los no iniciados, los libros de Sanchiz suelen incluir un mapa que relaciona esos mundos). En El orden del mundo Stahl es, como Owen Wilson en The Life Aquatic (Wes Anderson, 2004), un apasionado infantil por las investigaciones del oceanólogo Jacques Cousteau, pero ya adulto naufraga en una isla de basura, con un diario ajeno como única guía. En el medio, se doctora en Letras, ayuda a un coleccionista de aviones soviéticos y conoce el amor telepático.

La edición de Fin de Siglo tiene algunas diferencias con la original boliviana de El Cuervo: se quitaron algunos párrafos, se volvió a corregir. Posiblemente, la edición cubana, ya encaminada, también tenga variaciones. Que de eso un poco se trata la obra de Sanchiz/ Stahl: de registrar las siete diferencias escondidas en cada mapa. Y si los libros son los mapas, y esos mapas están dispersos en distintas casas editoriales (Hum, Banda Oriental, Reina Negra, la desaparecida Trilce, La Propia Cartonera, entre otras), ¿no será tentador reordenar el cosmos reeditando toda su obra? Canalda prefiere otro desafío: “Sanchiz es inmensamente prolífico. Podemos hablar de algunas reediciones, sin duda, pero me interesa mucho más lo que va a hacer de ahora en adelante”.

La escritora Mercedes Rosende y el crítico Francisco Álvez Francese presentarán El orden del mundo el 1º de junio a las 19.00 en Fundación Fucac (18 de Julio 1500).