Everything es un juego de simulación desarrollado por David O’ Reilly, un muchacho que hace unos días tuiteó que su obra había calificado para un premio de la Academia de Hollywood. Es técnicamente imposible que un videojuego compita por un Oscar; sin embargo, el trailer de lanzamiento es tan bueno que, tras ganar el Premio del Jurado en el VIS (Vienna Shorts Festival), recibió la nominación a mejor corto animado del año en los premios de la Academia. Si bien O’ Reilly se mostró feliz por el acontecimiento, cree que el juego no va a llegar más lejos que esto. El revuelo que ha generado permite asegurar que, a fin de año, lo vamos a ver como uno de los títulos más premiados por su creatividad.
El nombre de la obra lo resume por completo: en Everything realmente podemos ser y encarnar lo que sea. Desde un átomo a una galaxia, desde un oso a un continente, un pedazo de comida... “Entonces ¿cuál nivel de magnificación es el correcto? Obviamente son todos correctos, sólo hay diferentes puntos de vista”: Everything no tiene un propósito; a lo sumo, uno se puede plantear coleccionar todos los seres y conseguir jugar con todos, pero en realidad es una obra contemplativa y, como tal, el principio y el fin lo marca cada individuo. No obstante, tiene una filosofía muy marcada, con nombre y apellido. A medida que vamos interactuando e inspeccionando el universo que tenemos enfrente, la voz de Alan Watts, filósofo británico, nos acompaña dando trazos de sus principales ideas.
“Este universo consiste en un arreglo de patrones en que cada evento es esencial para el todo”, dice el trailer. Caminamos, hablamos y principalmente bailamos con cada ser vivo existente en un videojuego que le rinde un tributo directo a la filosofía.