Se hizo conocido en Uruguay como partenaire de Roberto Pettinato en Duro de acostar, aquel late night show que cerraba la programación de canal 4 a mediados de los 90. Ahí, aparte de integrar la banda estable, Marcelo Rodríguez, más conocido como Gillespi, salía por teléfono interpretando al anciano Aníbal Hugo, un personaje que surgió en Orsai a la medianoche de Torneos y Competencias (TyC), con la conducción de Gonzalo Bonadeo y Pettinato. Ahora regresó con su clásico personaje a TyC en el programa #Bonadeo, en el que realiza informes sobre la actualidad deportiva en clave de humor.
Más allá de ser reconocido por trabajar en la pantalla chica, su trayectoria más extensa es en la música, por la que, tras un paso fugaz por Sumo, formó parte de todas las bandas que descendieron de allí: tocó la trompeta en Divididos, Las Pelotas y Pachuco Cadáver. Su palmarés incluye recitales en los que fue músico invitado de las figuras más populares del rock argentino, y llegó a tocar en el último de Soda Stereo. De ese ida y vuelta con otros artistas se nutre su libro más reciente: Salsipuedes (Historias de rock argentino), en el que reúne entrevistas a Luis Alberto Spinetta, Charly García, Gustavo Cerati, David Lebón, Litto Nebbia y Fito Páez, entre otros: “A muchos los seguía desde la década del 70, como a Javier Martínez de Manal o a Emilio del Guercio, al que iba a ver cuando tocaba en Almendra y Aquelarre. Hay artistas que tocan muy bien y hablan muy mal, no saben comunicarse ni intelectualizan lo que hacen. Busqué músicos que me gustaran especialmente y que se manejaran bien en una conversación. Por eso el lugar que le doy a Spinetta”.
En algunos casos, la entrevista transcurre en un estudio radial, otra de las pasiones de Gillespi: “Para mí, la radio es importante desde que era chico, sentirme cerca del que está hablando del otro lado. Siempre busqué compañía en la radio más que en cualquier otra cosa”. Ahora conduce dos programas, realiza una columna sobre la historia del rock argentino en Suena Tremendo de El Espectador y regresa a La venganza será terrible, con Alejandro Dolina.
Su carrera solista empezó con Ultradeforme (1998) y lleva alrededor de nueve obras. Entre ellas, la antología Eso pasó ayer (2010) y un par de álbumes en colaboración, como Live From Rulemanía (2012), junto al saxofonista Willy Crook, con quien aún suele presentarse. Su creación más reciente también es el resultado de una colaboración (Desayuno en Ganímedes, 2015), en este caso con Daniel Melero. Para su show en La Trastienda prevé tocar varios temas de ese disco y otros tantos de Gillerama (2009). “Las primeras veces que toqué en Montevideo fue con Divididos, cuando dimos unos shows en Laskina a fines de los 80, después estuve varias veces con Las Pelotas, incluso en la fallida reunión de los Sumo en el Teatro de Verano. También en alguna Fiesta de la X. Ahora mi forma de presentarme es muy artesanal, porque no creo que sea conocido ni que mi música se pase en la radio; aparte sé que en Montevideo, como en toda ciudad, hay una cartelera con muchos espectáculos. Voy con mi banda de los últimos años y será una ocasión muy especial, porque también nos acompañará Hugo Fattoruso como invitado, por lo que contaremos con dos teclados”.