En su cédula dice que se llama Juan Sebastián Gutiérrez, pero todos lo conocemos como Juanse. También el taxista con el que habló un rato antes de conversar con nosotros, que le manifestó que extrañaba aquel sonido del rock argentino de la década de los 80 y parte de los 90. Una de las pinceladas que ayudaron a pintar ese paisaje sonoro que hoy ya se podría considerar “clásico” fue la de los Ratones Paranoicos, banda que Juanse comandó con su guitarra y voz para delinear el estilo Stone por excelencia de Argentina, al punto de que no resultaría para nada hiperbólico considerarlo un Überrollinga.

“Ya pasó la época retro. Hoy los grupos de la generación de los 80 y 90 vuelven a tocar, pero no porque se pongan de moda de nuevo, sino porque mostraron contenido profundo y no ha surgido algo que sacuda las cosas. Si no, sería innecesario volver. Nosotros no solamente volvemos motivados porque es nuestro oficio y vivimos de eso, sino también porque somos requeridos”, cuenta Juanse sobre la vuelta de los Ratones, luego de más de seis años, que se hará carne el 16 de setiembre en el Hipódromo de Palermo (Buenos Aires). Todo comenzó con un muchacho que pintó un cartel que decía “que vuelvan los Ratones”, dice Juanse, y la demanda “se transformó en un virus que duró como tres años”.

El músico explica que es un regreso “auspicioso”, pero también “único”, ya que no tienen programado ningún toque más y mucho menos grabar un disco. Juanse tiene todas las pilas puestas en su carrera solista, que es la que lo traerá el viernes a La Trastienda. En la actualidad está preparando un nuevo disco, que representa el retorno a la composición solitaria, porque sus dos últimos álbumes de estudio fueron homenajes a otros artistas, Pappo x Juanse (2014) y La Biblia x Juanse (2016) —interpretó el famoso álbum doble de Vox Dei—. Cuando le preguntamos de qué viene el disco nuevo, contesta: “Lo que hago como solista no tiene ningún tipo de aproximación a lo que es el sonido de los Ratones, pero no deja de ser rock & roll”.

Es sólo rock & roll, como decían — bah, todavía dicen— los Rolling Stones. El taxista que llevó a Juanse le contó la emoción que sintió cuando la banda británica salió al escenario por primera vez en Argentina, en el Estadio Monumental de River Plate, en 1995. “Los Stones no son los muñequitos que salen y pensás qué lindos que son, te rompen la cabeza por cómo suenan. Nosotros vivimos así y eso es lo que hace que las cosas funcionen. El tiempo dirá si todos estos artistas nuevos tienen el peso y el cuidado que hemos tenido nosotros. Mi carrera solista la encaro con el mismo amor y fervor”, dice Juanse, y señala su visión sobre la masividad repentina en los tiempos modernos: “La gente ya está cansada de que un pibe se filme con el teléfono, se peine, lea una revista en el baño, lo vean 25 millones de personas y a los tres minutos esté firmando autógrafos. Tarde o temprano, eso se cae a pedazos”.