La gráfica de la puesta porteña muestra una pared fisurada detrás de un empapelado que tampoco cumple ya su función ornamental. Los indicios son claros: ese hogar no es un sitio protegido ni mucho menos inmaculado. “Una familia esconde a su loco de todas las maneras posibles. Lo esconde del afuera y del adentro. Suprimirlo sería el ideal. El loco se desarrolla amorfo y monstruoso como un cuerpo dentro de un corset. Su habilidad-condena es decir lo que ve sin filtros”, escribe Nelson Valente sobre su exitosa pieza, El loco y la camisa, que hoy se estrena en La Gringa, bajo la dirección de Virginia Marchetti.

“Con Álvaro Correa, que actúa en la obra, siempre estamos investigando, leyendo y a veces vamos a Buenos Aires y aprovechamos a ver espectáculos. En febrero fuimos para ver esta obra. No teníamos conciencia de lo interesante que sería y de la repercusión que había generado allá en nueve temporadas y en el recorrido por festivales en el mundo”, cuenta Marchetti. Ese mismo día coincidieron con Valente, quien además de escribir la historia, se hizo cargo de aquella puesta en escena, y al terminar la función le comunicaron su intención de hacer una versión en Montevideo.

“Lo subjetivo, cuando está unido al concepto de locura, se vuelve quizá objetivo. ¿Quiénes son los locos y quiénes los sanos? No existe mayor locura que la de vivir en la continua mentira. La irrealidad enloquece y pervierte”, observa el dramaturgo, que es también actor, docente, fundador y director de la Compañía Banfield Teatro Ensamble. “El espectador detecta en esta familia esos secretos que sustentan precariamente un equilibrio muy frágil”, observó su colega chileno Marco Antonio de la Parra. Lo que no hay que perder de vista es que, a diferencia de otras piezas que abordan las dinámicas parentales, el enfoque es aquí de comedia (para más señales, el hijo de la familia se cree El Zorro).

“Es cierto que la dramaturgia rioplatense ha abordado últimamente el tema de la familia ‘disfuncional’”, admite la responsable del espectáculo uruguayo. “Creemos que todas las familias tienen algo de eso, no hay familia perfecta”, agrega Marchetti. “Lo vemos a menudo en La Gringa de la mano de autores jóvenes que tienen mucho que decir sobre el tema. Lo que tiene de particular El loco y la camisa es que desde una teatralidad muy directa que está presente en su dramaturgia (la obra en principio tenía un formato de café concert y duraba unos 20 minutos) plantea una temática social, la violencia de género, y particularmente el tema de la mentira y la locura. Hace que nos preguntemos quiénes son los locos: ¿los que mienten o disfrazan la realidad o quien no puede evitar decir la verdad a pesar de sus consecuencias? El loco y la camisa produce un efecto en los espectadores difícil de ver en teatro, de comunión con la escena. Lo disfrutamos en cuanto la vimos allá y nos pasó algo similar cuando hicimos un ensayo general abierto de nuestra versión, con motivo del festejo de los 70 años de la Federación Uruguaya de Teatros Independientes”.

El loco y la camisa

Con Martha Vidal, Álvaro Correa, Matías Vespa, Melina Gorzy y Gastón Torello. Desde esta noche, todos los sábados a las 21.00 en La Gringa Teatro (Galería de las Américas, 18 de Julio 1236). Reservas al 29032744. No es apta para menores de 12 años. Duración: 75 minutos. Localidades: $ 350.