Hace poco más de una semana, Elon Musk, el CEO de Tesla, cofundador de Paypal y, básicamente, una de las personas más ricas del mundo, afirmó que consideraba fundamental que existiera una regulación sobre la inteligencia artificial como forma de protección ante lo que él denominó “el riesgo más grande que enfrentamos como civilización”. El conocido tono alarmante del magnate no sorprendería a muchos si no fuera porque este argumento ya se escuchó reiteradas veces en otras bocas más influyentes. No olvidemos que con estas declaraciones, Musk se suma al bando del mismísimo Stephen Hawking, la otra gran personalidad mundial que anunció que tal vez la IA sea de los peores errores actuales que enfrentaremos a futuro.

El tema se puso candente cuando salió al cruce otro peso pesado como Rodney Brooks, el ex director del laboratorio de inteligencia artificial del Instituto Tecnológico de Massachussetts y actual cofundador de emprendimientos relacionados a la robótica como iRobot y Rethink Robotics. En una entrevista con el portal TechCrunch, Brooks dijo que Musk, al igual que muchas otras personas, no entienden cómo funciona realmente la inteligencia artificial. A su vez, afirmó que lo que tienen en común Musk, Royal Martin Rees (reconocido astrónomo británico) y Hawking es que ninguno trabaja realmente con inteligencia artificial.

No queda claro aún de qué tipo de regulación están hablando, pero lejos de adentrarse en la temática, Brooks respondió que debería hablarse sobre cuestiones ya existentes y con producción comercial, como los autos Tesla que se manejan de forma automática. Decisiones éticas que toman los coches autónomos frente a situaciones de peligro, las prohibiciones de manejo de estos autos a menores de edad y muchos otros interrogantes son, para Brooks, los problemas reales que deben ser atendidos ahora.