“Fin de Dramaturgia” reúne charlas, lecturas, talleres, feria de libros y meriendas compartidas en el museo Zorrilla (Zorrilla de San Martín 96), hoy y mañana, de 15.00 a 22.30 (también se puede escuchar por www.radiopedal.uy). Al encuentro lo organiza Salvadora, la editorial uruguaya especializada en dramaturgia que se inspiró en la precursora dramaturga y periodista anarquista Salvadora Medina Onrubia (1874-1972), y que se propuso responder a la necesidad de acceder a publicaciones especializadas en artes escénicas.
Leonor Courtoisie, parte del equipo de Salvadora, cuenta que pensaron en una serie de personas vinculadas a la escritura teatral, y otros nombres más cercanos a la dirección, o al mundo de la danza, como es el caso de Carolina Silveira, que lleva adelante un proyecto sobre escritura en danza.
“Hay muchas que escriben y no dirigen”, dice, y plantea que, en el medio local, si alguien escribe pero no dirige es como si no fuera dramaturgo, “cuando hay muchos que escriben y no cuentan con espacios en los que exhibirlo, leerlo o compartirlo, y mucho menos editarlo”.
Uno de los principales impulsos de este encuentro fue reunirse a pensar qué implica escribir dramaturgia hoy en día, y desde qué lugar se posiciona cada una para hacerlo. “Lo bueno es que todas las mujeres que se reúnan también puedan ver lo que hace la otra, incluso cuando este sea un evento para aquellos que les interese el arte en general. Con el equipo de Salvadora siempre hablamos de la necesidad de que la dramaturgia se entienda no sólo como artes escénicas, sino también como parte de la literatura”.
Hoy y mañana, de 15.00 a 18.00, se realizará el taller “Territorio geográfico y escritura”, moderado por la actriz y dramaturga argentina Giuliana Kiersz (por inscripciones escribir a [email protected]), que apuntará a generar relatos “a partir de los territorios que habitamos”, y de pensar al espacio como coproductor de interacción. Courtoisie advierte que el taller está dirigido a cualquier persona interesada en la escritura: “Muchos se acercan a Salvadora y nos dicen que lo que editamos no es dramaturgia. Cuando fuimos a la Feria de Editores de Buenos Aires, con [el colectivo] Sancocho, conocimos el libro [Luces blancas intermitentes] de Giuliana, y las similitudes con lo que estamos publicando eran muchas. Una de sus características es que ella no es directora, y, sin embargo, sí es dramaturga, le va muy bien en Buenos Aires, y nos interesó que viniera para reflexionar sobre esto”.
Mañana, a las 20.30, habrá una presentación cruzada: Kiersz presentará Corte de obsidiana, de Courtoisie (que integra Nueva dramaturgia aduanera, la primera colección de la editorial, dedicada a dramaturgias escritas por mujeres contemporáneas latinoamericanas, en su mayoría con pocas o ninguna obra estrenada) y, Courtoisie, Luces blancas intermitentes, una obra que “se puede leer como un gran libro poético, pero que incluye gestos y evocaciones dispuestas a la acción. Y los dos son textos de dramaturgias imposibles, porque son imposibles de realizar. También, son dos libros de viajes, pero el de Giuliana es más rutero; centrado en el movimiento. Obsidiana apunta más bien a la intimidad de lo que sucede en lo no cotidiano. Si se los quiere leer como narrativa o poesía es posible, pero son textos pensados para que alguien los tome y decida hacer algo. Eso ya es un gesto”, dice.
En las dos jornadas ‒a las 18.30‒ habrá una merienda dramatúrgica y ronda compartida, una gran oportunidad para acercarse a interesantes autoras (Florencia Lindner, Carolina Silveira, Verónica Mato, Valeria Fontán, Analía Torres, Valentina Gutiérrez y Estíbaliz Solís Carbajal), además de que los asistentes también podrán compartir sus textos (“traer algo para compartir, comer, tomar, o leer”, sugiere la invitación).