En la gran canasta de prejuicios que existen sobre la música, uno de los más repartidos e injustos es el que señala que en la electrónica básicamente se roba la plata moviendo perillas y se hace cualquier cosa menos música. Si bien no hay censos o encuestas, el nivel de “inseguridad musical” en la electrónica no debe ser mayor que la de los demás géneros. En el fondo, el prejuicio nace de que es mucho más fácil pensar que alguien está robando detrás de unas perillas que con una guitarra colgada, dado su estatus de “instrumento de verdad”; pero lo que hace al ladrón no es el arma sino el delito.
La utilización de los recursos que dan como resultado una música interesante y nueva es lo que cuenta. Se puede fallar en el intento tocando lo que venga. Uno de los que no falló se llama Norman Quentin Cook, según delata su cédula británica, y nació en 1963 en Bromley (Londres), pero todos lo conocemos por su nombre artístico, Fatboy Slim, y va a tocar –sí, leyeron bien, tocar– el lunes en el Centro de Convenciones de Punta del Este.
Antes de despuntar como Fatboy Slim, en los 80 Cook fue miembro de la banda de indie rock The Housemartins, y al final de la década se pasó de lleno a la electrónica con el grupo Beats International, que supo meter un número uno en las listas del Reino Unido con “Dub Be Good to Me” (1990), en el que ya mostraba sus dotes para el arte del sampleo (tomar un segmento de una canción o pieza musical –puede ser sólo un instrumento– para repetirlo y crear algo nuevo). Para ese tema tomó como base la genial y adictiva línea de bajo de “The Guns of Brixton”, de The Clash, con el detalle del inicio de armónica del tema principal de Érase una vez en el Oeste (Sergio Leone, 1968), compuesta por el más genial Ennio Morricone.
En 1996, ya bajo el nombre Fatboy Slim, editó su primer álbum, Better Living Through Chemistry, que en canciones como “Going Out Of My Head” concentraba con creces lo que era esa movida musical surgida en los albores de los 90 en Londres llamada big beat, que básicamente era electrónica de tempos rápidos con una densa insistencia en el ritmo, bases saturadas y un uso totalmente pornográfico del loop y el sampleo.
El hermano de alma funk
Pero fue en 1998, con el disco You’ve Come A Long Way, Baby, que Fatboy Slim terminó de definir el big beat y lo volvió un género muy popular, más allá de las discotecas de turno, a caballo de su máximo hit, “The Rockafeller Skank”. La prueba de que el big beat salió de las pistas de baile para volverse masivo está en que ese tema sonó en infinidad de productos culturales de toda índole (series, películas, videojuegos y afines), que a su vez también eran masivos, generando un gran y exitoso círculo vicioso. Por nombrar solo algunos, “The Rockafeller Skank” apareció en la introducción del videojuego FIFA 99, y lo baila el personaje Ross en el episodio “The One With The Girl Who Hits Joey” de la quinta temporada de Friends.
Como todavía hay quienes ven en el sampleo una de las tantas formas de robar la plata, resulta más que interesante deconstruir –en el sentido no filosófico del término, claro está– “The Rockafeller Skank” (tengan a mano YouTube) para demostrar cómo, tomando equis elementos musicales, se arma algo totalmente diferente.
Los cuatro versos de la canción, repetidos hasta el hartazgo, que son los del arranque, “Right about now / the funk soul brother / check it out now / the funk soul brother”, fueron tomados de “Vinyl Dog Vibe”, del rapero estadounidense Lord Finesse. En el contexto original esos versos son parte de la presentación del rapero, sin instrumentación atrás y en otro orden: “Check it out right about now / It’s no other than the funk soul brother, the Lord Finesse / and you’re welcome to the world of the Vinyl Dogs right about now”. Al escuchar los versos originales salta al oído la capacidad de Cook para descubrir que ordenando un par de esas palabras emitidas a capella podía crear algo diferente y mejor. Esa habilidad es la quintaescencia del arte del sampleo. La mayoría de los civiles escuchamos esos versos de Lord Finesse y pasamos de largo sin prestar atención.
Obviamente, a ese fraseo, que lo ordenó buscando el punch rítmico, le agregó la base machacona de fondo, que está sampleada del tema “Sliced Tomatoes”, de los Just Brothers, que fue un relativo hit de los 70. A esto hay que agregarle adictivos detalles guitarreros sacados de la versión de The Bobby Fuller Four de “I Fought the Law” y “Beat Girl”, del compositor inglés John Barry y su orquesta (de la película homónima), lo que demuestra que el arte del sampleo no sólo es ver el potencial de pequeñas células musicales sino también la habilidad para hacerlas coincidir en tempo, espacio, tono y ritmo.
En definitiva, es como tomar un par de piezas de Lego de casas armadas para luego construir una más pintoresca. El resultado suele ser completamente distinto a la música de la que partieron los elementos, y la mayoría de las veces resulta difícil discernir su origen de tan bien “escondidos” que están –además, en general el sample dura unos pocos segundos–. Hay un ejemplo extremo en el hit “Porcelain”, de Moby –otro monstruo del sampleo, pero que abarca más géneros dentro de la electrónica y es más para el bajón que para el baile–: los acordes básicos de esa canción los tomó de “Fight For Survival”, de la película Exodus (Otto Preminger, 1960), pero invirtiendo su orden, y hace falta un oído muy entrenado para notarlo. Por eso siempre es conveniente tener a mano la página web whosampled.com, gran aliado para rastrear los sampleos. A su vez, luego de que los elementos están en su lugar, en el caso específico de “The Rockafeller Skank”, Fatboy Slim fue alterando el tempo y las velocidades para dar una sensación de un tema pinchado en vivo (escuchen a partir del minuto 3.50) y así mover a las masas esclavos de distintos ritmos.
Pero si será hábil Cook en esto de sacar partes de la galera para armar un tema, que el leitmotiv vocal de “Right here, Right now”, la que abre You've Come A Long Way, Baby, ni siquiera está tomado de algo parecido a una canción, sino del diálogo de una película: lo dice la actriz Angela Bassett en Strange Days (Kathryn Bigelow, 1995).
Luego Fatboy Slim lanzó el disco Halfway Between the Gutter and the Stars (2000), en el que se encuentra “Sunset (Bird of Prey)”, que samplea “Bird of Prey”, un tema a capella de Jim Morrison editado siete años después de su muerte como el último disco de The Doors, y también “Weapon of Choice”, que tuvo un videoclip que rompió todo en la cadena MTV gracias al protagonismo del actor Christopher Walken, que se mandó un espectacular y coreografiado baile por los rincones de un hotel vacío como si su cuerpo no le perteneciera.
En 2004 lanzó Palookaville, hasta ahora su último disco, pero ni ese ni el anterior lograron superar lo hecho en You've Come A Long Way, Baby, que 20 años después de editado sigue estando vigente y el lunes hará moverse a más de uno. Y a muchos que ni siquiera estaban nacidos cuando salió el disco. Cuando eso sucede, es porque hay algo más que mover perillas.
Feel Punta del Este comienza la noche del 31 en el Centro de Convenciones de Punta del Este (Pedragosa Sierra esquina Aparicio Saravia). Además de Fatboy Slim, en el escenario al aire libre estarán los DJ Hosh (de Alemania) y Pico Bussoli (Argentina). Anticipadas por Red UTS a 66 dólares.