Entonces Alicia cayó, tercer estreno de la temporada para la Comedia Nacional, no es el primer título que la peruana Mariana de Althaus (Lima, 1974) dedica a investigar el variopinto universo de la maternidad. Formada en Literatura y tataranieta del poeta romántico Clemente de Althaus, esta prolífica dramaturga escribió su obra debut, En el borde, en 1998, cuando asumió que por más que se sobrepusiera a su timidez, actuar no era su camino artístico. La pieza giraba en torno al suicidio, un tópico recurrente en los inicios de su carrera. Más tarde irían fluyendo otros temas no menos escabrosos que surgen de su mundo íntimo: los lazos familiares y el lugar de cada quien en ese puzle. “Cuando uno tiene hijos empieza a mirar más de cerca a la muerte, inevitablemente”, admitía de Althaus el año pasado al periódico El Comercio de Perú. Por eso en 2011 escribió además La mujer espada y Criadero, instrucciones para (no) crecer.

Las protagonistas de Entonces Alicia cayó, que en su versión local dirige Alberto Zimberg, exponen tres posturas frente al asunto de los hijos, desde el hartazgo (o al menos el agobio de esa responsabilidad, llevada en solitario) hasta la obsesiva búsqueda de un embarazo cuando ni el reloj biológico ni el vínculo de pareja están en el momento óptimo. Todo sucede en el hotel Wonderland, un abigarrado alojamiento temático en el que por distintas circunstancias convergen estas mujeres. De Althaus trabaja la superposición de las tramas y coteja así la dimensión que cobra el asunto para cada una, incluso para la que dejó pasar el momento en beneficio de su proyección profesional.

Se parafrasea a la Alicia de Lewis Carroll de forma explícita, dado que la madre que interpreta Roxana Blanco está haciendo una reescritura de esa historia, algo que Paz (una energética Natalia Sogbe como actriz invitada), su hija adolescente, critica abiertamente. Pero a la vez se desmembra aquella aventura en el inconsciente desde el nombre del hotel, cuya decoración pop e hipnótica es rechazada por algún personaje, hasta la imposibilidad real de salir de él, ya sea porque nadie habilita la puerta o porque los empleados se indisponen.

Entonces Alicia cayó va hasta el 29 de abril en la sala Verdi. Entradas: $ 190 (domingos mayores de 60 años gratis). Duración aproximada: 80 minutos. Funciones: viernes y sábados a las 21.00, domingos a las 17.00.