Alberto Mandrake Wolf

> Lejos del éxito (2018), de Trabajo de Hormiga. Un disco calentito, con letras barriales bien candomberas, tocado con mucho swing y con un gran cantante y compositor, Damián Lares. Muchachos de esquina que sienten el candombe bien de bien.

> Ney Peraza & Yair Flores (2002), de Ney Peraza y Yair Flores. Un clásico en mi discoteca. Hay épocas en que lo escucho de arriba para abajo como 20 veces al día. Las canciones de Yair son sencillas y profundas, su voz es de un blues tremendo. El líder de Siringa la detonó con este CD, gran trabajo de Ney en guitarra y producción.

> Maquinaire (2017), de Vincent Vega. Es fresco y sofisticado a la vez. Grandes melodías tocadas con un buen gusto superlativo. A veces uno tiene mucha suerte: fui invitado a cantar “Bajo el nogal”, que para mí es una de las mejores canciones que se compuso en estos años. El tema habla de dos presos políticos en la dictadura. Mauricio Sepúlveda relata tortura y delatores con una profundidad y belleza que lo ponen dentro de los mejores compositores de las nuevas generaciones. Capítulo aparte para Matías González y las segundas voces que hace; es el Paul McCartney uruguayo.

Estela Magnone

> Caravanas (2017), de Chico Buarque. Como todos los discos de Chico, este (número 38 de estudio) ​sorprende en una primera escucha, y con las sucesivas, genera adicción. Cuando se editó el disco se acusó a Chico de machista por una frase de la canción “Tua cantiga”, lo cual, a mi entender, mostraría un gran desconocimiento de su obra. Chico Buarque es, hasta donde conozco, el autor que más refleja en su canciones la sensibilidad femenina. Mis preferidas: “Tua cantiga”, con música de Cristovao Bastos, y “A moca do sonho”, con música de Edu Lobo.

> Homeland (2015), de Hindi Zahra. Uno de los más bellos descubrimientos a los que llegué gracias a las sugerencias de Spotify. Es el tercer disco de esta cantante marroquí que reside en Francia desde sus 14 años. Preciosas canciones en inglés, francés y bereber. Mis preferidas: “To the Forces” y “Un Jour”.

> Palabra clásica (2017), de Florencia Núñez. El mejor disco de pop editado en años. Grandes canciones, bien tocado, bien cantado, buenos arreglos y producción. Para mí es una joya. Mis preferidas: “Aquiles” y “Todo indica que caí”.

Federico Dinamita Pereda

> The Album (2017), de TajMo (Taj Mahal & Keb’ Mo’). A primera escucha puede parecer de blues pero no lo es. Es un disco tremendo, con una mezcla muy rica de influencias y con unos arreglos, instrumentación y sonido perfecto. Dos artistas maduros, con gran dominio del lenguaje musical, colaboran en su primer disco juntos con un montón de canciones soleadas, de esas que dan esperanza. Blues, soul y hasta dejos de reggae con una tinta de pop y buena onda hacen de este disco una de las más gratas sorpresas que me he llevado en los últimos tiempos.

> Way Out Weather (2014), de Steve Gunn. Este disco me cautivó desde un principio por el ambiente que propone. Es un álbum rutero, de viaje, para introspección del escucha. Steve Gunn tiene más o menos mi edad, es un músico americano colega de Kurt Vile (formó parte de su banda), y es difícil ponerlo en la misma caja de bandas trendy o cool del momento. Me siento identificado con su música por la manera que tiene de procesar influencias clásicas de todos los tiempos: algo de Dylan, de Stones, de Grateful Dead, Lou Reed, country, y a su vez es música original seria, fresca, sin clichés y que me ha acompañado durante muchas mañanas de estos últimos tiempos.

Sky Trails (2017), de David Crosby. El último lanzamiento del legendario David Crosby muestra cómo se puede llegar muy inspirado a los 70 y pico. Un disco con un alto sonido y un montón de ingredientes de fusión: jazz, funk, folk y rock muestran una gran seriedad de este enorme de la música a la hora de abordar sus canciones y su obra. El disco me lo recomendó Zorrito Von Quintiero, porque Charly García es fan de Crosby y estaba muy copado con su nuevo disco; no es para menos. Un estilo único de verdad. Es un álbum que da para replantearse muchas cosas. Me hace pensar que el lugar desde el que se está componiendo música en el mundo actual se aleja de esta genialidad; quizá sea porque junto con Neil Young, Crosby es uno de los últimos rockeros californianos que siguen con las botas puestas y llevan bien en alto el ideal free spirit de los 60.