“Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica, pero también para los hombres que no tienen ganas de proteger, para los que querrían hacerlo pero no saben cómo, los que no son ambiciosos, ni competitivos, ni la tienen grande. Porque el ideal de la mujer blanca, seductora, que nos ponen delante de los ojos es posible incluso que no exista”, dice Virginie Despentes (tras la ibérica traducción de Paul B Preciado) en Teoría King Kong. La conocen: es la autora de la trilogía ultranihilista Vernon Subutex, cuyo último volumen acaba de aparecer este año. Antes había escrito Fóllame (1998) y Lo bueno de verdad (2001), entre otras novelas. Y en 2006 apareció originalmente este ensayo, o serie de ensayos, que ahora Penguin Random House presenta en edición de bolsillo ($ 490). En su momento anunciados como “un manifiesto por un nuevo feminismo”, los textos tienen en su centro la King Kong que filmó Peter Jackson (2005). Allí, Despentes discute la idea de que “la bella ha matado a la bestia”: para ella, la bella también es una víctima del poder. Con su escritura autobiográfica (aparecen su trabajo como prostituta, su vida punk toxicómana, su trayectoria literaria), la francesa, también cineasta e integrante de la Academia Goncourt, yuxtapone naturalmente a Virginia Woolf con Courtney Love, y a Angela Davis con Michel Houellebecq.