Fallecido en noviembre a los 90 años, el realizador londinense Nicolas Roeg creó un puñado de películas personales y distintas, en las que amalgamó el terror, la violencia y el erotismo, abordando personajes complejos psicológicamente. Es también recordado por haber llevado a la gran pantalla el aura de encumbradas estrellas de rock, como Mick Jagger o David Bowie. Comenzó muy joven su carrera en el cine y trabajó como director de fotografía, lo que moldeó una propuesta personal cuando dio el salto como director: la imagen cobra un gran peso en sus películas, la composición y el color son protagonistas, incluso guiando la narrativa.
“Roeg es un realizador bastante peculiar, con obras tremendamente eclécticas, no apegadas a ningún género en específico. Si bien es reconocido entre la tradición del público cinéfilo, resulta prácticamente desconocido para el ‘gran público’”, señala Nicolás Erramuspe, director ejecutivo de Cine Universitario. Desde su punto de vista, el trabajo de Roeg resulta difícil de definir, porque se ha acercado al cine experimental, pero también ha transitado con éxito el drama de aventuras, la ciencia ficción y el terror.
Según Erramuspe, el realizador logró introducir un cóctel de cultura pop, a lo que le sumó una interesante selección de guionistas y, a causa de un pasado puramente técnico, aprendió cómo intensificar el lenguaje cinematográfico. El homenaje considera sus primeros acercamientos a la dirección cinematográfica, con los films proyectados en orden cronológico, “ya que se puede ver las variadas temáticas que introduce obra por obra y los matices en común que poseen”.
Todas las películas irán en la sala Chaplin (Canelones 1280) a las 18.15 y a las 20.15. El ciclo comienza el jueves con el debut de Roeg como director, Performance (1970), thriller en el que Mick Jagger encarna a una ex estrella de rock que se dedica a comer hongos alucinógenos e improvisar con su guitarra. El 25 será el turno de Encuentro de dos mundos (1971), protagonizada por dos niños que conocen a un aborigen que está realizando un rito de paso hacia la virilidad. El 29 se exhibirá su obra más conocida, Venecia Rojo Shocking (1973), un film de culto del más puro terror psicológico. El 30 irá El hombre que cayó a la Tierra (1983), con un David Bowie alienígena que llega a nuestro planeta en busca de agua. El ciclo cierra el 31 con Eureka (1983), drama que retrata la desolada vida familiar de un millonario.