Jeff Bezos, fundador de Amazon, es la persona más rica del mundo. Tiene muchísimo, pero muchísimo dinero. Si quisiéramos igualar su fortuna, estimada en cerca de 110.000 millones de dólares, tendríamos que ganar 25.000 dólares por día, todos los días, desde el comienzo de la civilización hasta hoy. Alguien lo calculó en Twitter y le creo.
Con tantos billetes de sobra, este hombre podría haber invertido algunos en Prime Video, el servicio de streaming que es propiedad de la mencionada empresa de ventas online. Sin embargo, hasta hace poco tiempo el catálogo de esta plataforma era bastante pequeño, en especial si lo comparábamos con el de sus competidores directos, como Netflix o HBO Go.
Esta tendencia parece que se revirtió en los últimos meses, con o sin la inyección de dinero del tío Jeff. En cuanto a la calidad, Prime Video viene de ser una de las grandes ganadoras de los premios Emmy gracias a Fleabag, la arrolladora comedia creada por Phoebe Waller-Bridge.
En cuanto a cantidad, su catálogo de series se ha venido ampliando e incluye (por ahora) clásicos como The Big Bang Theory, Parks and Recreation, The Office, Community y 30 Rock, además de una creciente oferta de series originales. Entre ellas se podría destacar a Forever, The Marvelous Mrs. Maisel y Carnival Row.
El mes pasado se añadió otro título que le da prestigio a Prime Video. Se trata de Undone, una animación para adultos que, utilizando la rotoscopía, cuenta una historia de conflictos familiares, pérdidas y pozos depresivos, que incluye elementos como las realidades alternativas y los viajes en el tiempo. Lo único más atractivo que esta premisa fue saber que uno de sus creadores es Raphael Bob-Waksberg. ¿Quién?
Tu nombre me sabe a ninja
Bob-Waksberg es el creador de BoJack Horseman, la sublime animación de Netflix acerca del veterano actor de Hollywood que atraviesa una larga angustia existencial... y que además es un caballo antropomorfo. También es autor de un libro de cuentos llamado Someone Who Will Love You in All Your Damaged Glory, que recomiendo y del que prometo hablar en profundidad algún día.
En esta oportunidad sumó su talento al de Kate Purdy, con quien ya había trabajado en la historia del equino depresivo. Purdy fue quien aportó el alma en esta ficción protagonizada por Alma (justamente), una joven cuya vida cambia por completo luego de protagonizar un accidente de tránsito.
Este suceso, que habría sido motivado por la sorpresa de ver a su fallecido padre a un costado del camino, despierta en ella ciertos poderes, que provienen de la forma particular de su cerebro. Estos poderes le permitirían volver al pasado y cambiar los acontecimientos que terminaron con la vida de su progenitor, según él mismo intenta explicarle.
Claro que existe una respuesta mucho más sencilla a lo que está ocurriendo: la forma de su cerebro podría indicar que la visión casi jedi de su padre y todo el temita de los viajes en el tiempo son alucinaciones motivadas (justamente) por la forma particular de su cerebro. Que además viene de generaciones anteriores.
En Undone, a diferencia de otras historias, la gracia no está en el conflicto entre fantasía y realidad. En cada uno de los ocho episodios seguiremos a este personaje muy real mientras atraviesa conflictos de pareja y familiares, así como durante charlas con una persona que sencillamente no debería estar ahí.
Fantasías animadas de ayer y hoy
Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, cualquiera de las secuencias fantásticas de la serie podría aplicarse sobre actores “de carne y hueso”, sin necesidad del efecto rotoscópico. Sin embargo, este sistema tan antiguo le agrega una pisca onírica (como para seguir cuestionando qué es lo real) y le da una identidad al producto final, que de todos modos no necesitaría de esta clase de truquitos para defenderse.
Si cuesta pensar en el personaje de BoJack Horseman sin la voz de Will Arnett, aquí Alma Winograd-Díaz es inseparable de la actriz Rosa Salazar, quien ya está acostumbrada a que los efectos modifiquen su imagen, ya que protagonizó la pochoclera Battle Angel: la última guerrera.
La actriz atraviesa cualquier filtro imaginable con su potente actuación, que incluye momentos en los que se hace odiar por su sarcasmo y otros en los que uno quiere atravesar la pantalla para darle un abrazo. A veces con milisegundos de diferencia.
Alma tiene otra cantidad de factores que la hacen única, desde su mezcla de razas hasta una discapacidad auditiva que es aprovechada por el guion y es presentada de manera muy interesante por los creadores.
El resto del elenco acompaña en gran forma, con Angelique Cabral como su hermana Becca, quien también es imperfecta pero de una manera más funcional. Constance Marie interpreta a la madre, un personaje que por momentos se repite en ese rol de bajar a Alma de un hondazo y llevarla por la senda de la normalidad, lo quiera su hija o no.
Por último, Bob Odenkirk es perfecto en el papel del padre, Jacob.(*) El protagonista de Better Call Saul aporta una presencia física y una voz necesarias para crear a este hombre fuera de su tiempo y obsesionado con descubrir los secretos del universo. Claro que para ello habría que aprender a utilizar los poderes y salvarle el pellejo.
Como en tantas obras recomendables, el resultado final es mayor a la suma de las partes. La original estética, las relaciones realistas y el componente paranormal se combinan en una experiencia enriquecedora, que puede sacudir al espectador dependiendo de su estado de ánimo, pero que jamás lo dejará indiferente.
Si bien esta temporada funciona como una unidad, Kate Purdy manifestó su deseo de escribir una segunda tanda de episodios, en los que profundizar la historia. Si Prime Video sigue sin dar noticias acerca de la renovación, habrá que tocarle timbre a Bezos y mendigarle un par de millones de dólares. No creo que le hagan falta.
(*) Sí, el personaje se llama Jacob(o) Winograd, como el extravagante mediático de la televisión argentina. Tengo sus dos libros.