Fue largo el acopio de material y la búsqueda de imágenes, yendo incluso a territorio, a la isla chilena Robinson Crusoe en la que Blanca Luz Brum se recluyó tras la muerte de su hijo. En la ficción es aquella Navidad, justo de 1973, cuando una visita intenta sonsacarle datos, cotejar la ideología con la mujer. Un equipo femenino por donde se lo mire craneó un montaje que hablara de las implicancias, el punto de encuentro o disidencia con el personaje histórico. La pieza dirigida por Verónica Mato y que coprotagoniza junto con Adriana Do Reis comienza en la platea, en una escena metateatral que parece anunciar ese camino. Pero el espectáculo transita más ese cara a cara y ese limbo propio del viaje en el tiempo-espacio, la indolencia del feriado, el transcurrir de las horas a 667 kilómetros del continente, entre extrañas en el Pacífico.

Nosotras en Brum estuvo por pocas funciones el año pasado en el Centro Cultural Terminal Goes, y ahora vuelve, por apenas tres, a la sala Verdi. De la escritora uruguaya nacida a comienzos del siglo pasado en la Sierra de las Ánimas señala Mato, antes que nada autora de esta obra, que es “audaz, inteligente y apasionada” y que “vivió a pleno la historia política del siglo XX en América Latina”. Puede decirse que igual estrechó vínculos con un poeta como con un dictador, que amó sobre todo a un muralista, pero también a Perón, y que el nudo en términos dramáticos es qué pasaba con ella, por qué se seguía preguntando “qué hago aquí”.

Las únicas funciones serán del lunes al miércoles a las 21.00 en sala Verdi (Soriano 914) con localidades generales a $ 350 y 2x1 con Comunidad la diaria.