Pablo Isasmendi y Horacio Camandulle actúan en una versión de La fuerza bruta que traslada la anécdota de la novela de John Steinbeck, que sucede en California durante la Gran Depresión, a Montevideo en la época de la construcción de la rambla y al comienzo de la dictadura de Gabriel Terra. Se titula El polvo en el vendaval y es la primera pieza del argentino Carlos Diviesti (Lanús, 1967) que se estrena en Uruguay.
Pero esas coordenadas, señala el autor, no son lo importante, sino “apenas el marco para fijar la imagen. Es un relato sobre la desesperación de observar cómo se arrasa el contorno y cuán alto quedamos suspendidos en el viento, como una mota de polvo que alguna vez, inevitablemente, se estrellará contra el suelo o se esparcirá en la eternidad”.
Antes de ir de lleno al espectáculo, es interesante rastrear sus razones, o en palabras de Diviesti, cómo es eso de que “las cosas surgen de golpe y decantan con el tiempo”: “Mi relación con el Uruguay empieza en 2009 cuando veo en el Bafici Gigante, que fue la película de apertura del festival, un mes y algo después de los premios que ganó en Berlín. Es una película bisagra en mi vida profesional porque es la película que siempre quise filmar y no tuve oportunidad de hacerlo, así nomás. Y Horacio Camandulle era el tipo de actor con el que siempre quise trabajar pero que no vivía en mi país”.
Pendiente del estreno en salas comerciales, a los pocos meses Diviesti la volvió a ver repetidamente, hasta que tuvo el impulso de contactar al director, Adrián Biniez, y a Camandulle para proponerles una entrevista, ya que Diviesti también ejerce el oficio de periodista. Aunque la nota nunca salió, las charlas se extendieron, así como la amistad con el protagonista.
Hace unos cinco años, de visita en Montevideo, el dramaturgo les dice a Camandulle y al también actor Pablo Isasmendi que había dos personajes que les calzaban perfecto, nada menos que Lennie Small y George Milton, los protagonistas de De ratones y hombres, como también se traduce la novela de Steinbeck. No quiso quedarse en descripciones, así que corrió hasta una librería y les compró un ejemplar a cada uno. “En noviembre de 2016 los vi actuar como el dúo Fabulosos Hermanos Masilotti, y volvimos a hablar del tema durante la cena, y volvimos a prometer que algún año haríamos una obra basada en la novela, porque los personajes eran cada vez más parecidos a ellos dos”.
Entre planes difusos y juntadas concretas, un buen día Diviesti les comenta sobre una muestra de fotos antiguas de la ciudad que había visto en el Centro de Fotografía de Montevideo. A su vez, Isasmendi le muestra al porteño un libro sobre la construcción de la rambla, y juntos empiezan a hablar sobre cómo habría sido vivir ese cambio de panorama. Entonces volvió aquella trama de Steinbeck que nunca los había abandonado, si bien Diviesti creía que “de traer esa historia a un contexto de crisis más actual no se produciría el necesario efecto distanciador que nos provoca la idea del pasado”.
Se propuso investigar el texto original para trabajar en una versión “porque las situaciones que plantea Steinbeck no se pueden trasplantar a otro sitio, y en febrero de este año estaba la obra escrita, con León Cordero y Milton Zavarce, la construcción de la rambla, la dictadura de Terra, la erupción del volcán Descabezado y las cenizas que inundaron Montevideo, y unas cuantas cosas más derivadas de otros tantos libros cuyo eco se volvía más sonoro a medida que escribía”.
La traducción literal de la historia de Steinbeck plantea una diferencia de poderes, de posibilidades, de lugares en el mundo. En su reescritura, Diviesti elige renombrarla. “El título refiere a una cita del poema ´A un ratón del campo, en ocasión de haber deshecho su nido con el arado´, de Robert Burns, que dice (traducido por Juan Rodolfo Wilcock): ´¡Ay, ratoncito, no eres el único que ha comprobado la vanidad de las previsiones; los mejores proyectos de hombres y de ratones fracasan a menudo, y no nos dejan sino dolor y pena, en vez de la alegría prometida!´. Más que diferencia de poderes el poema es como una égloga al presente continuo que viven los animales, incluso los más pequeños, en oposición al pasado y al porvenir que mediatiza la razón de los hombres. Steinbeck se ocupa de plantear este tema, claramente existencialista, desde la perspectiva de la denuncia sociopolítica, ya que su novela se publica en 1937 y remite a los años de la Gran Depresión tras el crack del 29. En relación con El polvo en el vendaval habría que decir que el texto se basa más en la cita al poema de Burns que en la obra de Steinbeck, porque de De ratones y hombres no nos queda más que la anécdota pelada y la línea de los personajes principales”.
Consultado sobre la película Of Mice and Men (Gary Sinise, 1992) que John Malkovich y el propio Sinise protagonizaron, Diviesti opinó que “es buena, aunque no tiene nada que hacer al lado de la versión de Lewis Milestone de 1938, con Burgess Meredith y Lon Chaney Jr, quizás porque la inmediatez de la película con la obra y con la época de referencia la vuelve una suerte de documental sobre la sociedad norteamericana de entonces. Y porque Burgess Meredith y Lon Chaney Jr son inconmensurables como George y Lennie, como máscaras que no tienen el rictus de actuación que no se pueden sacar de encima Malkovich y Gary Sinise”.
El nudo de esa dupla es su sueño y su pacto de protección. ¿De qué forma se articula en esta reescritura? “León Cordero es un opa y Milton Zavarce su primo que fue al liceo y chapurrea en francés, pero que no puede escaparle al destino de estar perdido en el interior. León, aun en su estrechez de miras, en su mansa bestialidad, no puede más que moverse impulsado por el amor. Milton, al razonar de más sobre la posibilidad de forjarse un porvenir, es el que se vuelve peligroso, porque no sabe cómo conducirse, a qué lata disparar”.
“Milton se refugia en León más que León en Milton, como suele suceder cuando los fuertes no son tan fuertes y los débiles resisten de pie”, dice Diviesti. “Por eso, más que seguir la línea de los personajes de Steinbeck, me baso en la idea que plantea Ana Ribeiro en Montevideo, la malbienquerida (1996), cuando refiere que en aquellos años 30 podía escucharse discutir a dos jóvenes sobre política internacional, legislación laboral, clases sociales y ópera, y luego descubrir que uno era ayudante de joyero y el otro jefe de camareros en un hotel. Si no podían protegerse con los sentimientos, los desclasados de antes tenían refugio bajo el techo de la intelectualidad. ¿Cómo nos resuena eso hoy? ¿Nos resuena? Ese es un poco el juego que propongo”.
El polvo en el vendaval, de Carlos Diviesti, va en el Teatro Victoria (Río Negro 1477) los jueves y viernes a las 21.00 con entradas a $ 300. Actúan Pablo Isasmendi y Horacio Camandulle dirigidos por Marcel Sawchik.