Cinco años de trabajo les llevó a Carolina Besuievsky y equipo llegar a las funciones de Comedia de distancias, nutridas de dibujos, videos, música, registros de un devenir parcialmente premeditado. Un mes después de presentar esta pieza liminal, que es danza, es teatro y es performance, nacida en un sitio específico –el Museo Casa Vilamajó–, montan en el Centro Cultural de España una muestra del proceso que los condujo hasta ahí.

Lleva por título El espesor del momento, ya que procura capturar los puntos de vista de cada disciplina, desde cada habitante del proyecto, mientras investigaban una premisa del arquitecto Julio Vilamajó (1894-1948): la casa como traje.

“Fue a partir de realizar de una residencia artística en el chalet Las Nubes, en Salto, en la que fui revisando el material de las instancias anteriores y me di cuenta de que me interesaba mucho este vínculo con los espacios domésticos de la arquitectura moderna: ahí toqué las puertas de la Casa Museo Vilamajó”, recapitula la artista.

Besuievsky ganó el apoyo de los Fondos Concursables del Ministerio de Educación y Cultura para ejecutar parte del plan y en este caso la idea de “residencia artística” suena más adecuada que nunca. La hizo durante 2017: “Pasamos por las cuatro estaciones, percibimos los cambios climáticos, establecimos relaciones desde lo sensorial, medimos con nuestro cuerpo las proporciones, las texturas de los materiales, la luz, las temperaturas, los sonidos particulares de cada espacio. El encuentro con la materialidad de los ambientes fue permitiendo, desde lo sensible, descifrar lo que esta arquitectura provoca en la poética de los cuerpos”.

De a poco fue incorporándose al espectáculo la “respiración” de la casa, que inicialmente parece provenir de los bailarines. En ese prisma de cinco plantas caben pruebas, juegos, resonancias. Los ejes verticales y horizontales son aludidos y representados, pero además hay mucho de escondite y de veladuras, de tules, cortinas, indumentaria que se camufla con el mobiliario, de reflejos, adornos que se corren, gente que cabe en un armario, en un hueco o en una repisa, tangibles, casi fantasmas.

¿Qué averiguaron de los hábitos de aquellos habitantes de los años 30? “La vida y obra del arquitecto fue un insumo fundamental en el proceso de creación, que también exploró las relaciones triangulares de los habitantes originarios de la casa”, cuenta la directora. “No buscamos un relato biográfico, creamos una ficción”.

Profundizar en la improvisación escénica como herramienta de creación era un punto de partida para Besuievsky, que tomó la física cuántica como “referente conceptual para crear los dispositivos de trabajo, no para representar ni comprobar nada”.

Desde hace unos años, agrega, “la idea de borde, de umbral, ha sido foco de investigación en talleres y proyectos de formación”, uno de los pilares también de este proyecto, que se construyó con equipos multidisciplinarios. Y la tensión del observador estaba en juego en cada etapa.

A partir de la misma metodología, la composición en tiempo real, en estos días va a haber dos performances en el CCE. Los artistas convocados son improvisadores que estuvieron en algún momento de esta experiencia colectiva y que están incluidos en los registros que se muestran en la sala del subsuelo. Es como si a partir de esos momentos efímeros documentados todo volviera al punto de inicio, una creación desde lo creado. O, como sucede en la pieza, cuando caen pelotitas por la escalera principal, contenida por muros curvos, y los espectadores tienden a perseguirlas, una forma que el equipo encontró de dirigir la mirada hacia la materialidad de las cosas.

El espesor no sólo es en el tiempo sino también en los diferentes puntos de vistas de un mismo momento”, dice la directora. El programa de mano de Comedia de distancias lo pone de otro modo: “donde el amor y la incertidumbre pueden inventarse fuera de la regla áurea, fuera del tiempo que los sostiene”.

Calendario

El espesor del momento sigue hasta setiembre en el CCE (Rincón 629).

Performances:

Viernes 19 de julio a las 19.00: “Dibujo en movimiento” (dibujantes e improvisadores comparten el mismo momento de creación, desde el cuerpo del dibujante o desde el trazo del movimiento).

Viernes 16 de agosto, a las 19.00: “Cine en movimiento” (diálogo entre el largometraje realizado por Pablo Dotta en 2015 , con situaciones performáticas en base a composición espontánea). Participan Carolina Silveira, Luciana Bindritsch, Tamara Cubas, Patricia Fry, Miguel Jaime, Natalia Viroga, Pablo Albertoni, Omar Gil, Andrea Arobba, Catalina Chouhy, César Martínez, Florencia Martinelli, Paula Giuria, Rodolfo Vidal, Guillermina Gancio, Ana Oliver, Alejandro Turell, Victoria Barreiro, Pablo Dotta, Carolina Besuievsky, Ana Micenmacher, Lala Severi.