En esta semana, hasta el 16 de diciembre se está realizando la 15ª edición del Festival Latinoamericano de San Pablo. Como gran parte de los festivales de cine de este año, tiene lugar en una fecha no habitual (normalmente se lleva a cabo en julio), ya que, como todos, tuvo que luchar con este contexto de pandemia y reinventarse para poder hoy estar ofreciendo una propuesta de cine, encuentros y homenajes, que una vez más mantienen vivos bajo este esfuerzo, el cine de nuestra región. Dedicado íntegramente a la realización latinoamericana, esta vez el festival se hizo posible gracias a las plataformas de streaming.

Su programación se organiza bajo tres categorías: Contemporáneos, Contemporáneos en América Central y Homenaje al BRLab por sus diez años de actividad. Participan dos películas uruguayas que pasaron por sus tutorías: Chico ventana: también quisiera tener un submarino, de Alex Piperno, y Clever, de Federico Borgia y Guillermo Madero.

Si bien las películas estarán disponibles sólo para el territorio brasileño, los encuentros, charlas y masterclasses serán transmitidas por canales de Youtube para todo el mundo.

Sobre esta edición, Vicky Romano, curadora y productora del festival, habló con la diaria.

¿Cómo fue llevar adelante este festival en pandemia?

Nos tuvimos que reinventar mucho, como muchos eventos culturales. El festival es organizado principalmente por la Asociación del Audiovisual y contamos con varios apoyos de empresas del sector público y del sector privado, el SESC, SP Cine de la Secretaría de Cultura de San Pablo y la SPFL que es una empresa privada que recientemente nos acompaña con su apoyo. El festival generalmente se hace a finales de julio y en la logística tratamos de que no se pisaran los distintos festivales que también tuvieron que reorganizarse en torno a la pandemia. Debido a la emergencia sanitaria muchos festivales tuvieron que cancelarse y posponer sus eventos, por lo que se generó un trabajo muy complicado extra para todos: organizarnos sin perder la fuerza de cada uno de los festivales.

¿Cuáles son los ejes para armar la programación?

Lo que tenemos siempre en todas las ediciones del festival, independientemente de algún asunto que podamos recortar de la programación, en general, es que priorizamos películas que sean realizadas por directores y directoras jóvenes de quienes tal vez sea su primera o segunda película. Otro de los ejes centrales es tratar de que haya un equilibrio entre realizadores y realizadoras, porque sabemos que la mujer como directora no está tan vista en general en el audiovisual. Tratamos de que haya una gran cantidad de películas hechas por mujeres. En todas las ediciones esa línea curatorial está ahí, buscamos historias con protagonismos femeninos, y dentro de este terreno en esta edición hay diferentes temáticas propuestas por las películas y creemos que es muy importante esa mirada del mundo femenino plural realizado por las propias mujeres. Otra línea fundamental a la hora de elegir las películas es que sean coproducciones de la región de América Latina y Centroamérica. Sabemos que existen países con gran cantidad de producciones y países emergentes. Esto es propio del desarrollo de la cinematografía de cada país, por lo que la coproducción se vuelve un recurso fundamental para la existencia del cine de la región. Siempre entregamos trofeos a la mejor coproducción. En esta edición hay dos películas paraguayas y para nosotros es un logro importantísimo; de hecho una de ellas, Matar un muerto, de Hugo Giménez, está preseleccionada para representar a Paraguay en los Oscar.

¿Por qué un foco en América Central?

Hace tiempo que queríamos destacar el cine de América Central. Se llama “festival de cine latinoamericano”, pero abarca la región de América Central y no es común que haya películas de esa procedencia en festivales de cine; entonces nosotros quisimos darles destaque y llevarle al público brasileño películas que difícilmente entren en algún circuito social de salas de cine. Es difícil, porque son películas de realización independiente y que tal vez no tienen una comercialización específica y fuerte, entonces para nosotros es importante tener siempre un foco en alguna región. La realidad es que no hay un festival en Brasil que sólo haga un recorte latinoamericano y centroamericano como este. Difícilmente las películas de Centroamérica lleguen a tener un lugar propio en un festival, excepto alguna que sea una perla o que haya pasado por los festivales de Berlín o Cannes y ganado.

¿Y el homenaje a los diez años del BRLab?

Dentro de América Latina es uno de los más importantes laboratorios de proyectos. Es muy nuevo también, y a pesar de eso tiene una relevancia en la región porque recibe proyectos de América Latina toda, y creo que de Iberoamérica. Hace poquito terminó la décima edición, y el director, el creador del laboratorio, es un gran amigo del festival. El laboratorio surgió como una propuesta dentro del festival y ahora funciona de manera independiente. Su trabajo apoyando a la realización de películas es de alto impacto en la cinematografía de nuestro continente y no queríamos dejar de homenajearlo en sus diez años de trayectoria.

Este sábado habrá dos encuentros transmitidos en vivo por el canal de Youtube del festival Fest Latino SP. A las 16.00 se dará el encuentro sobre “Circuitos de exhibición de cine independiente en América Latina” y a las 19.00, el “Debate sobre la película Un día cualquiera”, con la presencia del director, Pedro Krüger.