Los primeros minutos de esta película, estrenada hace algunos meses en Prime Video de Amazon, nos advierten de lo que podría ocurrir a continuación. En un viejo televisor vemos la presentación del programa ficticio Paradox Theater, una referencia directa a La dimensión desconocida. Y dentro del show se anuncia el episodio de esa noche, titulado The Vast of Night.
Así que la historia, que marca el debut como director de Andrew Patterson, funciona como si fuera un capítulo de esas antologías que combinaban elementos fantásticos y de ciencia ficción, casi siempre con la economía de recursos del medio televisivo y la intención nada secreta de ponernos los pelitos de punta.
Para ello seguiremos una noche en la vida de Everett (Jake Horowitz), un DJ de Cayuga en Nuevo México, y su amiga Fay (Sierra McCormick), quien trabaja como operadora en una central telefónica. Sí, hace muchos años (en este caso, los 50) las personas se comunicaban con una central, que los ponía en contacto con el interlocutor deseado gracias a una serie de cables que se enchufaban y desenchufaban para permitir la comunicación.
Una misteriosa señal hará interferencia en el programa radial de Everett y se colará en las líneas de Fay, despertando la curiosidad de ambos. A partir de ese momento comenzará una investigación amateur que incluirá testimonios de soldados que trabajaron en proyectos secretos y víctimas de sucesos relacionados tangencialmente con la mencionada señal.
Sabiendo que Roswell está en Nuevo México y que los años 50 fueron el furor de la conspiración alienígena, uno imagina por dónde podría venir el asunto. Pero el director y el elenco se las arreglan para mantenernos expectantes los 90 minutos, muchos más que los que precisaban en La dimensión desconocida original. Al menos hay un intento de contar las cosas de otro modo. El primer cuarto de hora, aproximadamente, es un gran diálogo que por su ritmo podría haber salido de la pluma de Amy Sherman-Palladino. Everett y Fay conversan de la vida y del futuro mientras prueban una grabadora recién comprada.
En otro momento la cámara permanece fija mientras la operadora telefónica trabaja durante unos buenos diez minutos, conectando y desconectando cables, intentando descubrir el origen de la señal y buscando la ayuda de su amigo, quien se encuentra al aire. En un par de ocasiones, Patterson deja la pantalla en negro mientras solamente escuchamos un diálogo radial.
The Vast of Night es una película retro en cuanto a la ambientación, el ritmo e incluso en las ambiciones. Al igual que un episodio de alguna antología, busca hacernos buena compañía durante un rato, y al menos para quien escribe lo logró.