En el mundo de la comedia audiovisual, uno de los nombres que vuelan mucho más bajo de lo que deberían es el de Armando Iannucci. Escritor, productor y director, el escocés con nombre italiano lleva sus buenos 30 años en la industria y es el responsable de varios éxitos cinematográficos (la estupenda In the Loop y la maravillosa e injustamente poco vista The Death of Stalin) y televisivos (Veep, la más reconocida de sus producciones, terminó el año pasado acumulando nominaciones a los Globos de Oro y los premios Emmy).
Por lo tanto, que HBO volviera a darle luz verde para que desarrollara una nueva comedia ya era una gran noticia, pero que Iannucci se decidiera por trasladar su acostumbrada sátira social y política al contexto de la ciencia ficción ‒¿hay mejor contexto para la sátira social y política?‒ lo hacía doblemente interesante. Y con la primera temporada de esta Avenue 5 recientemente culminada no podemos hacer más que aplaudir su nueva hazaña. Iannucci sabe hacer reír como pocos en estos días.
Al infinito y más allá
Nos encontramos en 2060 o por ahí. Los cruceros galácticos son hoy en día una costumbre, y el del título es el primero que recorrerá todo el Sistema Solar, con vuelta sobre Plutón y regreso. Ocho semanas de viaje en total y todas las comodidades ‒obviamente esto es para gente muy rica‒ y diversiones a bordo que decenas de cruceros han reiterado hasta el infinito.
Pero cuando estamos más o menos cerca de Júpiter se combinan dos circunstancias nefastas: una reparación de rutina descompensa el equilibrio de la nave (y se cobra la vida del ingeniero en jefe, Joe) al tiempo que unas 250 personas practican yoga y caen todas juntas al cesar la gravedad, por lo que su peso sumado termina sacando de curso al crucero.
La nave entra en otra órbita y no podrá volver sino hasta dentro de tres años a la Tierra. Pero los problemas son incluso peores: como la nave está prácticamente automatizada, toda su tripulación (hay excepciones: un puñado de ingenieros escondidos) son actores contratados para los pasajeros, por lo que no hay demasiada gente con la capacidad de arreglar lo roto. La situación se torna desesperada.
O se tornaría desesperada, si la intención de Iannucci no fuera la de hacer comedia bufa y ácida, apoyado en las mil penurias que todos los ocupantes de la Avenue 5 irán sufriendo y propiciándose a sí mismos. Este futuro parece hermanado con el de la estupenda (y profética) Idiocracy, y la inteligencia es un bien escaso; los pocos que algo encaran irán tratando de resolver el entuerto.
Estos pocos son el elenco protagónico, y en ellos reside lo mejor y lo peor de la serie. El capitán ‒de nombre, pero así y todo capitán‒ Ryan Clark es Hugh Laurie, y el británico brinda su mejor protagónico en años, descontrolado, graciosísimo, alejado por completo del reconocible genio sombrío que era en Dr. House: la primera estrella entre muchas. Lo respaldan estupendamente un trío de poderosos personajes femeninos: Billie (Lenora Crichlow), la ingeniera que viene sacando las papas del fuego; Iris (Suzy Nakamura), la asistente ejecutiva del dueño del crucero, y Karen (Rebeca Front), una pasajera muy práctica que pronto se pone al hombro a los demás pasajeros.
Sin embargo, hay un par de personajes que por momentos lastran la acción, principalmente Herman Judd (interpretado por Josh Gad), el dueño del crucero, expresión descarnada de la estupidez y el capitalismo (hay quienes lo compararon, obviamente, con Donald Trump), pero en lo actoral una pésima imitación de Jack Black. Por su parte, Zach Woods como Matt ‒el enlace entre pasajeros y tripulación‒ todavía está embebido por su excéntrico personaje en Silicon Valley y hace más o menos lo mismo, por desgracia.
A pesar de eso, y de que algunos chistes se pasan de berretas, apoyándose en el recurso fácil de lo escatológico, cuando la serie calienta motores va a toda velocidad. La interacción entre los personajes, el humor negrísimo (uno piensa que no van a animarse a ponerse tan negros y se equivoca) y una suerte de narración en segundo plano (todos los aspectos que remiten a la vida en este futuro no tan lejano y al estado de la Tierra para entonces son sencillamente hilarantes) que acompaña a lo largo de sus diez episodios, ya renovados para una segunda tanda, hacen de Avenue 5 un nuevo éxito de Armando Iannucci y de HBO. Cuándo no.