Phoebe Waller-Bridge se ha convertido en una figura tan destacada en la televisión de los últimos años que ya no necesito entrar a Google para escribir su nombre. 2016 fue su año, con el debut de dos de sus creaciones: Crashing y otra que estaría llamada a colarse en las listas de las mejores series del año, de la década y del siglo.

Fleabag contó la historia de una joven que lidiaba con sus problemas siendo poco honesta con quienes la rodeaban pero brutalmente directa con el público, a quien miraba a los ojos y confiaba sus pensamientos más secretos. Sus dos temporadas son la demostración de la capacidad para la escritura y la actuación de la mencionada artista de apellido complejo.

Antes de explotar en televisión, Fleabag nació algunos años antes como un unipersonal de teatro, dirigido por su colega y amiga Vicky Jones. Pues ahora Jones es quien da el salto a la pantalla de tamaño variable con una historia original que fue emitida por HBO.

Prontos, listos, ya

Se trata de Run, cuya primera temporada contó con siete episodios de alrededor de media hora, cuya historia partía de una premisa sencilla y atrapante: una mujer recibe un mensaje de texto con la palabra run (“corré”) y contesta de la misma forma. A partir de ese instante deja atrás lo que estaba haciendo en ese momento, su trabajo, su familia, y se sube a un tren con rumbo desconocido, al menos para nosotros.

Podría tratarse de una suerte de juego macabro, una nueva versión de los juegos del miedo de la saga Saw. Sin embargo, es algo bastante más realista y, por lo tanto, inquietante.

Estamos ante la concreción de una promesa formulada casi 20 años atrás entre Ruby (la mujer, interpretada por Merritt Wever) y su novio de aquel entonces, Billy (Domhnall Gleeson; todavía tengo que googlearlo para escribirlo bien). Si uno de los dos enviaba al otro la palabra “corré” y esa persona respondía de igual modo, ambos debían encontrarse en un lugar específico y comenzar un viaje a través de Estados Unidos. Más que una simple cana al aire, una peluca blanca, que tendrá consecuencias importantes para cada uno de ellos.

Corre que te pillo, pillo

A la velocidad del ferrocarril que transporta a los protagonistas, la historia intentará pasearnos por una cantidad de vagones emocionales, para seguir con la misma metáfora simplona. Lo primero será descubrir (nosotros y ellos) en qué anduvo “el otro” durante todos estos años. Y esa información será el primero de muchos obstáculos para la llegada a la estación del final feliz.

Quizás ese sea el gran problema que tiene Run. El guion nos muestra a Ruby y Billy comportándose como dos adolescentes que huyen de sus responsabilidades por un polvo en el vagón de un tren. Y mientras les quita simpatía a los personajes, nos pide que nos involucremos en su historia de amor y que nos importe, en términos dramáticos, los embates que esta sufrirá a lo largo de los episodios.

Uno debe superar este intríngulis para disfrutar de la serie, que parece estar hecha para la maratón, ya que por momentos se mueve con el ritmo de una comedia romántica cinematográfica, sólo que un poco más extensa. Cada uno de los episodios podría no alcanzar en dosis semanales, pero vista en una tarde de fin de semana o en dos noches es un entretenimiento ágil, con elementos como para mantener nuestra atención hasta el final.

Es que al romance entorpecido por la cruda realidad se le sumará una pizca de thriller, al tiempo que cada minuto que pasa deja a la pareja más y más cerca de un punto sin retorno. ¿Querrán retornar o no?

Corredores de élite

Serán o no queribles, pero son creíbles. Wever, a quien pudimos ver en Nurse Jackie, Godless y Unbelievable, es capaz de llevar a su personaje de la risa al llanto y a la risa de regreso. A Gleeson, desperdiciado en la también desperdiciada novena entrega de Star Wars, le toca jugar con emociones más moderadas, pero también está a la altura.

El elenco se ampliará con la llegada de la calculadora Fiona (Archie Panjabi), que convierte la trama en una versión light de Atracción Fatal. Luego está Babe (Tamara Podemski), una torpe detective que parece salida de Fargo. Por último debo mencionar a Laurel, una excéntrica taxidermista, encarnada por la mismísima Phoebe Waller-Bridge. Sí. Vicky Jones abrió la agenda, llamó a su amiga y se aseguró de contar con su presencia en la serie. Lo hace en un registro muy, pero muy diferente al de la chica sin nombre de Fleabag, tanto que por momentos uno podría pensar que se trata de otra actriz. De todos modos, las pocas escenas en las que aparece son el doble de divertidas.

Jones tiene más historia para contar, como queda demostrado al cierre de esta temporada, que por el momento es la única confirmada. Con el trabajo duro completado, seguro será interesante ver cómo el guion puede hilar fino y continuar metiéndose dentro de la cabeza de dos personas imperfectas, pero muy interesantes.

El Wallerverso

» Los siete episodios de Run pueden verse en HBO Go o en las plataformas de streaming de los servicios de televisión para abonados, como NS Now.

» Los seis episodios de Crashing, acerca de un grupo variopinto de personas que vive en un hospital abandonado, siguen disponibles en Netflix. Aquí Phoebe interpreta a la excéntrica Lulu.

» Killing Eve, cuya primera temporada tuvo a Phoebe como showrunner, se encuentra dentro de la oferta de Paramount, por ejemplo en DirecTV Go.

» Por último, los 12 episodios de Fleabag (dos temporadas de seis) están en el catálogo de Prime Video y si no los viste, no sé qué estás esperando.

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