Hace pocos años, hablar de películas que no pasaban por las salas de cine era hablar de historias de personas reales que superaban dificultades en su vida (pero no tantas como para que su intérprete gane un Oscar) y secuelas de aventuras de Disney (Cenicienta 3: un giro en el tiempo).

Hoy en día, una plataforma como Netflix puede darse el lujo de incluir en su catálogo un film que costó más de 85 millones de dólares, buscando que sus suscriptores mantengan esas cuentas activas. Sí, Netflix a veces pasa por el cine (cuando las salas están abiertas), pero no con las películas más caras, sino con las que pelean premios.

Dicho esto, con toda seguridad Proyecto Power tampoco hubiera pasado por la gran pantalla en un año sin coronavirus. La cinta dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman difícilmente llegara a una nominación, pero seguro no estaba en los planes de sus creadores.

Lo que aquí tenemos es un entretenimiento explosivo, que combina caras conocidas (Jamie Foxx, Joseph Gordon-Levitt) con un guion ágil que, de paso, busca innovar con base en la temática de moda: los superpoderes.

El guion está a cargo de Mattson Tomlin, un tipo que parece estar especializándose en el género. Entre sus trabajos se encuentra asistencia de guion en la futura The Batman, la adaptación de las historietas Fear Agent y Memetic, y el videojuego Mega Man.

En esta ocasión Tomlin tomó un elemento conocido para los fanáticos de los superhéroes: la pastilla que da poderes por un tiempo limitado, introducida por DC Comics en 1940 con la creación de Hourman. Aunque en Proyecto Power el efecto no dura 60 minutos, sino solamente cinco.

La mencionada pastilla está siendo comercializada por los narcos de Nueva Orleans, ciudad que rápidamente se verá golpeada por las acciones de los consumidores, cuyos poderes son diferentes entre sí e imposibles de prever antes de consumir la droga.

Un policía con hábitos de consumo cuestionables (Gordon-Levitt) y un ex militar en busca de justicia (Foxx) terminarán asociándose gracias a una jovencita con talento para el rap (Dominique Fishback), e intentarán descubrir una gran conspiración.

Si bien la premisa de los múltiples poderes no está explotada del todo, la acción fluye y se pasa un buen rato. Además, el formato de telefilm le quita la presión de tener que justificar transporte, entrada y pop. Aunque ya dijo una conocida banda que nada es gratis en la vida.