Anthony Horowitz es un prolífico escritor, elegido en 2014 por los herederos de Ian Fleming para continuar las novelas protagonizadas por James Bond. Entre sus decenas de libros publicados se encuentra la saga de Alex Rider, un espía adolescente cuyos títulos apuntan a un público de esa misma franja de edad.
Sus hazañas fueron adaptadas al cine en 2006 con el título Alex Rider: Operación Stormbreaker, con un elenco que integraban Ewan McGregor, Mickey Rourke, Alicia Silverstone y Stephen Fry, entre otros. No tuvo buenas críticas y fue un fracaso de taquilla.
Hace pocos meses llegó a Prime Video de Amazon una nueva adaptación, esta vez en forma de serie. Alex Rider está compuesta por ocho episodios que cuentan la historia de este joven que de un día al otro se ve envuelto en una trama de espionaje internacional del que no tiene más remedio que participar, porque quiere saber lo que pasó con su tío y porque los “buenos” utilizarán todos los trucos sucios para obligarlo.
No hay grandes raptos de originalidad en esta ficción, que ya fue renovada para una segunda temporada. Pero este James Bond Jr. del siglo XXI tiene actuaciones correctas (aunque los malos no asusten tanto) y buenos valores de producción, además de una historia que no se detiene demasiado tiempo en un mismo nudo dramático.
Más allá de clichés, como la doble identidad que amenaza con dañar las relaciones de aquellos que no conocen el secreto, vale la pena seguir a Otto Farrant en el papel de este jovencito rebelde y dedicado, que sólo quiere salir con la chica que le gusta y termina encerrado en una escuela privada en el medio de la montaña, que podría estar relacionada con la muerte de al menos dos millonarios. Porque esas cosas pasan siempre en el mundo de los espías.