Si uno piensa en cine finlandés, inmediatamente le viene a la mente una comedia reidera, con personajes delirantes que luchan por conseguir sus sueños y conquistar a la chica, mientras se agarran a golpes con un animal del zoológico. ¿O sólo me pasó a mí?
La culpa la tiene Heavy Metal, también conocida como Heavy Trip, película de 2018 que integra el catálogo de películas para alquilar en NS Now (consulten su disponibilidad en otras plataformas).
Dirigida por Juuso Laatio y Jukka Vidgren, se asemeja mucho a aquellos films en los que Will Ferrell lucha por conseguir sus sueños y conquistar a la chica. De hecho, este mismo año protagonizó Eurovisión: La historia de Fire Saga, donde sus sueños también eran musicales y tenían origen nórdico.
Sin embargo, Fire Saga hacía música pop, mientras que estos cuatro jóvenes de un pueblito de Finlandia hacen metal sinfónico, posapocalíptico, moledor de renos, antirreligioso, extremo, bélico pagano y fenoescandinavo. Así que las diferencias se terminan allí.
La banda de metal sinfónico, posapocalíptico y todo lo demás viene ensayando desde hace 12 años en el sótano de un matadero de renos, sin público alguno. Y no piensan presentarse en público hasta que dejen de tocar covers y compongan al menos una canción original. Además, precisan encontrarle un nombre a la agrupación.
El vocalista es Turo (Johannes Holopainen), quien debe luchar contra el pánico de cantar frente a una audiencia y de invitar a salir a Miia (Minka Kuustonen). El resto de la banda está conformado por el guitarrista virtuoso Lotvonen (Samuli Jaskio), el baterista optimista Jynkky (Antti Heikkinen) y el bajista estudioso Pasi (Max Ovaska). Este último protagoniza una escena en la que le preguntan por un CD de música pop y sugiere “una banda grindcore de Uruguay”.
Como sucede en esta clase de historias, un par de accidentes desencadenarán la aventura con road trip incluido. El productor de un popular festival de metal de Noruega termina en el matadero de renos y la banda se entusiasma con participar, haciendo correr la noticia antes de que se confirme. Esto genera una bola de nieve de mentiras, mientras Turo recorre su arco narrativo y el resto acompaña con bastante efectividad.
Una a una, las dificultades se irán resolviendo, al tiempo que aparecerán otros problemas, como el pretendiente de Miia, que cumple con todos los requisitos para ser el villano de una película ochentera. O el hilarante control fronterizo que tendrán que superar para cumplir el gran objetivo simbólico.
Si gustan de las comedias “tontas” (entre comillas), disfrutarán de un exponente llegado desde el frío, pero cuyo timing humorístico es bastante familiar (como quedará en evidencia durante la pelea a golpes de puño entre uno de los músicos y un carcayú o glotón).
Si son metaleros, seguramente disfruten aún más todo lo que les ocurre a estos sujetos. Y sepan que ya los descubrimos: detrás de la ropa negra, los símbolos satánicos y el canto gutural que podría provocar pesadillas, muchas veces se esconden personas más buenas que Peppa Pig.