Drama romántico con un formato breve –diez capítulos de escasos minutos cada uno–, El tiempo que te doy relata un historia de amor que, tras nueve años, llega a su fin y su desgarrador proceso de curación. En minicapítulos nos cuenta cómo Lina (Nadia de Santiago, conocida por Las chicas del cable; es además una de las creadoras de la serie) y Nico (Álvaro Cervantes) intentan superar su separación. Cada episodio reparte su duración entre el pasado y la actualidad de la pareja; la proporción varía, así como la estructura de las entradas, y el resultado es muy atrapante.
Entre los felices recuerdos y el crudo presente, somos testigos de cómo Lina y Nico se conocieron en su trabajo con una conexión casi automática y de cómo vivieron una cotidianidad tan romántica como convincente. Luego, la perspectiva de ella se va imponiendo a medida que se acerca la separación: trata de seguir adelante, se muda, busca cambiar de trabajo, vivir cosas nuevas. Reconstruye su vida y eso es lógicamente doloroso. A medida que avanzan los episodios, entendemos cómo esa química instantánea con Nico se volvió tan amarga. Así, la primera mitad de la serie trabaja para construir la relación entre Lina y Nico y la segunda rompe todo eso en pedazos.
“La persona de la que te enamoraste ya no existe”, dicen en una discusión del primer capítulo, mostrando que una historia de amor a veces no es sólo amor: hay miedos, huecos emocionales y necesidades que nos separan.
Además de que cada uno de los protagonistas está impecable en su rol, es notable el planteo de finitud de las parejas: eso que parece idílico, pasional y para siempre también se rompe y se muere; el amor romántico también se despedaza hasta llegar a niveles de hartazgo insostenibles. Hay, además, un buen análisis de la soledad en la adultez, esa cuestión tan complicada de volver a hacer cosas sola después de estar años en pareja y con compañía.
Uno de los mayores logros de la serie es la simpleza en sus diálogos (podrían ser charlas de cualquiera de nosotros) y lo perfectamente integrado que está el pasaje del pasado al presente, lo que brinda una dimensión creíble del transcurso del tiempo y del desgaste del vínculo.
De algún modo, El tiempo que te doy refuta la idea de que el tiempo cura todo. Es un excelente retrato de lo doloroso de un duelo luego de una ruptura y de cómo el tiempo parece matar la pasión.
Además de ser, a mi juicio, la mejor serie española de este año, El tiempo que te doy trae, entre tanta sobreproducción, una grata dosis de emoción y sencillez. Esta historia de amor y de ruptura con final abierto llegó sin mucho ruido y se convirtió en un gran acierto de Netflix.
El tiempo que te doy. Creada e interpretada por Nadia de Santiago. Diez capítulos de 11 minutos. En Netflix.