Aunque algún mal pensado crea que el arribo de tantas heroínas de acción a las pantallas obedece a una agenda política antes que cinematográfica, cabe recordar que hay toda una historia acumulada detrás. Podemos remontarnos al western y encontrar a Barbara Stanwyck o Joan Crawford como pistoleras por derecho propio, o en la ciencia ficción encontrarnos con la Ellen Ripley de Sigourney Weaver (Alien), la Sarah Connor de Linda Hamilton (Terminator) o la Leelo de Milla Jovovich (El quinto elemento). En épocas más recientes, la reina indiscutida del cine de acción ha sido Charlize Theron, quien ha enganchado un éxito tras otro con grandes películas como Atómica, La vieja guardia y Mad Max: Furia en el camino (una enorme película de acción y un clásico del cine a secas).

El fenómeno Theron ha impulsado una nueva camada de heroínas de acción que, lamentablemente, no han gozado de buenas películas para lucirse. Ava, con Jessica Chastain, Jolt, con Kate Beckinsale (que bastante fortuna había tenido en la saga Underworld), y Kate, con Mary Elizabeth Winstead, pasaron sin demasiada pena ni gloria, en gran parte por lo flojo de sus argumentos y lo poco cuidado de sus escenas de acción (que son la base del género, protagonice quien protagonice).

Por fortuna, hay casos de lo contrario, como bien vienen a probarlo Cóctel explosivo (vulgar traducción de Gunpowder Milkshake) y su alucinante puesta en escena de sangre, tiros, peleas y mucho colorinche.

Tarantino, John Wick y hasta Dick Tracy

Nuestra heroína es Sam (Karen Gillan, la popular Nébula de Guardianes de la galaxia), una asesina al servicio de La Firma, una suerte de mafia que no acepta un no por respuesta. Sam proviene de una larga tradición de asesinas al servicio de este grupo, entre ellas Scarlet (Lena Headey), su madre, quien desapareciera muchos años atrás luego de fallar en una tarea. Sam no tardará nada en verse metida en el mismo problema, cuando una misión sale mal y pierde dinero por salvar la vida de una niña (Chloe Coleman). La Firma no perdona y le pone precio a la cabeza de nuestra protagonista, pero eso se convierte en una idea tan mala como matarle el perro a John Wick, pues pronto Sam comenzará a apilar enemigos.

El director y guionista Navot Papushado apuesta a la creación de un universo específico, que rinde tributo a la acción (y edición) de Quentin Tarantino, pero también apela al colorido universo de las historietas pulp o policiales a lo Dick Tracy (incluso guarda relación formal con la brillante adaptación de Warren Beatty de fines de los 80). Así, se presenta una realidad alternativa, una ciudad sin nombre, pero con códigos, lo que le permite a la película jugar ampliamente.

También juega a favor el protagónico de Gillan, por completo convincente en las escenas de acción y también en los intercambios dramáticos o humorísticos. No está sola: pieza fundamental de la historia son las tres mujeres que le ofician de respaldo, un verdadero elenco de lujo integrado por Carla Gugino, Ángela Bassett y la formidable Michelle Yeoh, que sabe de patear culos y romper cabezas ya que lleva 40 años en eso (lo que aquí vuelve a demostrar con perfecta gracia y entereza).

Así, de la mano de buenas escenas de acción, un interesante mundo alternativo colmado de color, una efectiva banda sonora y el ritmo que toda película de acción debería tener, Cóctel explosivo aporta su gran granito de arena al subgénero “heroína de acción indetenible” y, ojalá, plante el primer pino de una franquicia.

Cóctel explosivo, de Navot Papushado. Con Karen Gillan. 114 minutos. En Prime Video.