Un programa de radio en la noche de un pequeño pueblo de provincia. Los oyentes llaman y cuentan sus historias. Pero no son historias comunes. Porque en Kirlian siempre pasa algo raro, algo oscuro. Un pueblo que no aparece en los mapas y al que no llegan carreteras. Un pueblo al que nadie llega y del que nadie se va. Un pueblo donde conviven seres grises y apagados con monstruos y horrores de todo tipo.

La Frecuencia Kirlian es la serie animada de ‒por ahora‒ ocho episodios creada por Cristian Ponce, director y guionista que recientemente ganó premios en varios festivales con su largometraje Historia de lo oculto y que reúne una serie de lugares comunes u obsesiones del género horror pasados por el tamiz fresco de lo regional.

En la serie, un misterioso locutor del que sabemos poco y nada irá registrando pacientemente llamadas a su programa nocturno a lo largo de muchas noches del año 1987, cuando se espera el paso de un cometa en el cielo nocturno. El evento astronómico irá ocupando más y más atención, a medida que vamos conociendo a los diferentes habitantes de Kirlian y los monstruos que los acosan.   Porque en Kirlian no falta nada: vampiros, hombres lobo, fantasmas, alienígenas, telepatía transcorporal, dioses primigenios. Todo tiene su espacio en cada uno de los episodios que conforman la serie y que en escasos minutos (ningún capítulo supera los 14 minutos y en general son más breves que eso) nos cuenta su historia.

La principal gracia de la serie ‒y el talento de Ponce y equipo‒ es que todos los episodios tienen su giro, su vuelta de tuerca novedosa, que nos permite transitar un terreno tan reconocible con frescura y no pocas veces sorpresa.

La animación parca, apoyada mucho en la ambientación sonora y una abundancia de información que obliga a estar atento, ayuda muchísimo al resultado, a generar un clima adecuado, que provoca efectivamente miedo o cuando menos tensión permanente.

En Kirlian puede pasar de todo, como indican los interminables casetes que registran los igualmente numerosos programas nocturnos, pero nunca lograremos adivinar cómo o cuándo, porque cada episodio es sorprendente. De hecho, conviene mirarlos espaciados para mayor disfrute e involucramiento, a pesar de su breve duración.

La Frecuencia Kirlian, de Cristian Ponce. En Netflix y Youtube.

-- Leé más sobre esto: entrevista con Cristian Ponce