Para los creadores parece ser más fácil labrarse un nombre –o un estilo– si se trabaja dentro de un género. En particular, el thriller, el terror y el horror (o la amalgama que se produce de combinar los tres) han permitido en años recientes que figuras como Jeremy Saulnier, Ben Wheatley y Robert Eggers se forjen rápidamente una reputación a partir de dos o tres películas y se transformen en autores a seguir.

Parecería que el fan de estos géneros siempre está dispuesto a construir fidelidad con respecto a sus creadores, acaso siguiendo un patrón establecido con el tiempo, que recorre nombres tan prestigiosos como los de Alfred Hitchcock, David Cronenberg, Wes Craven y John Carpenter. A la lista le podemos sumar la dupla creativa compuesta por Justin Benson y Aaron Moorhead, quienes en menos de diez años y con media docena de películas ya son de esos autores que siempre tienen algo para decir.

Verdaderos hombres orquesta –directores, editores, fotógrafos, guionistas y ocasionales actores de sus películas– desde su debut en 2012 con Resolution, Benson y Moorhead llamaron la atención en festivales y público de género; luego siguió su participación en la antología VHS: viral, la rareza de 2014 Spring y, para 2017, la que tal vez sea su obra maestra: The Endless, un viajecito de horror cósmico maravilloso, filmado con dos pesos, cuyo único problema era que estaba interpretada por sus propios creadores, quienes como actores son antes que nada buenos guionistas y directores.

The Endless puso definitivamente a Benson y Moorhead en primera plana, lo que les permitió salir del circuito indie que venían transitando. Para su siguiente película, la que hoy nos ocupa, ya pudieron contar con protagónicos a cargo de Anthony Mackie (los últimos fueron intensos) y Jamie Dorman (siempre intentando demostrar que sabe hacer más que verse lindo como en 50 sombras de Grey).

Paratemporal es, nuevamente, un viaje muy especial de la mano de dos creadores que se han especializado en llevarnos a lugares por demás extraños.

Un lugar que es todos los tiempos (y lugares)

Steve y Dennis (Mackie y Dornan, respectivamente) son dos paramédicos de Nueva Orleans, amigos desde hace años a pesar de sus personalidades bastante disímiles. Durante el turno nocturno comienzan a registrar una serie de extraños incidentes, como la aparición de elementos que parecen surgir de otros tiempos, que coinciden además con la aparición en el mercado de una droga nueva cuyos efectos todavía deberían estudiarse con mayor detenimiento. Pronto estarán metidos de cabeza en un asunto de esos bien raros, que puede involucrar viajes en el tiempo, desapariciones y una amenaza que se adivina pero no termina de concretarse.

El planteo de Benson y Moorhead es climático, sensorial, antes que complejamente explicado o desarrollado, y quizá la historia quede corta en cuanto a su propio argumento, pero lo cierto es que a medida que los protagonistas (especialmente Mackie) se internan en su sorpresivo viaje, se disfruta mucho.

La trama tiene giros que mantienen permanente la atención, los personajes se construyen a partir de diálogos ingeniosos, y está muy bien resuelto el apartado visual y estético. Es en la presentación del paquete donde está el fuerte de los directores: con personalidad y no dando nada por sentado, apuestan a un público proactivo y con ganas de poner de sí.

Paratemporal (o Synchronic) tuvo su estreno en festivales en 2019 y el año pasado iba a tener su lógico recorrido por salas que, como todos sabemos, nunca ocurrió. Ahora tenemos la fortuna de que al menos aparezca para consumo casero.

Paratemporal (Synchronic), de Justin Benson y Aaron Moorhead. En Vera TV.