Los libros para niños, quizá de la mano del auge de los libros álbum, quizá –ojalá– de una manera distinta de acercarse al universo de las infancias, han ido ganando terreno. Además de que unas cuantas librerías comenzaron a dar preponderancia a los libros para los más chicos y les destinaron sectores específicos que invitaran a perderse en los anaqueles y elegir, fueron surgiendo librerías especializadas, más grandes o más pequeñas, que se centran específicamente en la literatura infantil y juvenil (LIJ).
En el principio fue Libruras
» En 1998, Ana María Bavosi, maestra, exdirectora de la sala infantil de la Biblioteca Nacional y referencia ineludible en la LIJ, abrió Libruras, que está por inaugurar nueva fachada y sigue al firme en el local de Ana Monterroso de Lavalleja 2056, con horarios de atención al público reducidos por la pandemia (lunes, miércoles y viernes de 14.00 a 18.00, martes y jueves de 11.00 a 15.00, sábados de 11.00 a 13.00). “Si sobrevivimos al 2002, sobreviviremos a esta”, comenta Alejandro Baldizán, hijo de Bavosi y actual director, junto con su esposa, de la librería.
“Surgió a partir de la necesidad de crear un espacio dedicado exclusivamente a la LIJ. Al principio nuestro fuerte era la editorial Ekaré, que distribuíamos en forma exclusiva, y se hacían actividades con grupos de niños. Hoy por hoy, se hace lo que sería una curaduría de libros: de todo el espectro de material disponible en el mercado tratamos de elegir el que consideramos que tiene mejor calidad. Y seguimos trabajando mucho con Ekaré, más allá de que ahora lo hacemos en forma conjunta con Escaramuza”, cuenta Baldizán.
“Es muy difícil mantenerlo porque no es el negocio más rentable, pero obedeció a un tema vocacional. Últimamente ha habido dificultades: al ser nuestro fuerte el trabajo con instituciones, la pandemia nos cortó entre 60% y 70% de la facturación. La venta al por menor ha ido creciendo poco a poco, pero es muy irregular. Por otra parte, hace cuatro o cinco años montamos la página web y en este contexto tan particular hemos apostado a fortalecer las ventas en línea; poquito a poquito vamos sumando, esmerándonos por dar un buen servicio, aunque la competencia son gigantes como Mercado Libre y Amazon, con los que tenemos todas las de perder. Pero nuestra idea es seguir en esto y tratar de mantenerla abierta”, asegura.
» La pionera fue la semilla, y seguramente su supervivencia y su estilo inspiraron otros proyectos que fueron llegando después. Otra librería longeva en la que se puede encontrar verdaderos tesoros y muy buen asesoramiento –aunque no se dedica exclusivamente a la LIJ– es América Latina, en 18 de Julio 2089.
De árboles y semillas
» Es curioso –o no tanto– que se repitan nombres de librerías que refieren a árboles. Hay por lo menos dos, pequeñas y esmeradas, una en Pocitos y la otra en Parque del Plata.
El Árbol Lejano (Luis de la Torre 1026), que remite a las novelas de la británica Enid Blyton, es un espacio dirigido a la infancia que Joaquina Guidobono, su directora, define como “casa de cuentos”. Centrada en la fascinación por los libros álbum, ofrece talleres para niños y adultos, y abrió como “tienda del libro ilustrado” en 2019. Está abierta de miércoles a viernes de 17.00 a 20.00 y los sábados de 10.00 a 13.00 y también atienden por Whatsapp al 095 420 017 o a través del Instagram @elarbolejano.
“Desde el principio, la selección estuvo centrada en la literatura ilustrada. Nos enfocamos específicamente en libros donde la palabra y la imagen se unen para crear la narrativa de una obra. El libro, su arquitectura y diseño, también son importantes para nosotros, sobre todo cuando estos elementos están a favor de la narración. Nuestra selección es un trabajo muy artesanal: investigamos los catálogos editoriales a fondo y vamos a las distribuidoras a elegir ejemplar por ejemplar. Cada libro que ven en nuestra tienda ha sido cuidadosamente puesto allí. Nuestro trato con los lectores es sumamente cercano y eso es algo que nos caracteriza. Nuestros libros están dirigidos a personas de todas las edades y nos interesa mucho que los autores provengan de distintas partes del mundo, que el espectro sea lo más amplio posible. Nos atraen libros que tengan buenas historias, que nos propongan desafíos, que ensanchen nuestra capacidad imaginativa y de asombro o sean simplemente objetos de belleza y disfrute donde reposarnos y encontrar un momento de calidad con la lectura”, describe Guidobono.
“Estamos por lanzar nuestro sitio web, donde seguiremos manteniendo la impronta cercana. También estaremos incorporando a nuestra tienda libros ilustrados antiguos y libros en distintos idiomas, para uruguayos que estén aprendiendo otras lenguas o emigrantes que vivan en nuestro país y quieran estar cerca de su idioma”, adelanta.
» Libros del Árbol Rojo, el espacio que lleva adelante Leticia Riolfo, también está marcado por una referencia literaria que promete calidad: El árbol rojo, del australiano Shawn Tan.
“Nuestra principal motivación es promover la lectura a través de una oferta de libros de calidad tanto en el texto escrito como en el ilustrado. Es un proyecto cultural que se propone construir un espacio para que los niños, niñas y jóvenes puedan encontrar tanto libros de la mejor calidad que respondan a sus intereses e inquietudes, como la posibilidad de participar en instancias de lectura que les permitan conocer mucho más del universo de los escritores e ilustradores que crean para ellos y ellas. También llevamos a cabo encuentros con adultos, que van desde talleres de formación hasta intercambios sobre libros para todas las edades; además hemos implementado varios proyectos en diferentes instituciones educativas relacionando la mediación lectora y la primera infancia, convencidos de la importancia del encuentro entre un adulto, un libro y un niño”, resume Riolfo.
Este espacio se inauguró en 2014, luego de que Riolfo hiciera, en Colombia, una formación virtual de especialización en lectura en primera infancia, a cargo de Cerlalc. “Allí conocí maravillosas personas, que me acompañan hasta el día de hoy. Una de ellas es Patricia Correa, quien con su enorme generosidad apoya todos los proyectos que llevamos a cabo desde la librería. Hoy en día además de librería somos distribuidora de tres editoriales latinoamericanas: Amanuta, Babel y Cataplum”, cuenta.
» “Libros para crecer” es la consigna de la flamante Germina, que lleva adelante Micaela Faingola, en Carlos Roxlo 1370 bis. Surgió por iniciativa de Alejandro Lagazeta, del grupo Escaramuza (Criatura, La Lupa), quien le propuso este desafío a Faingola. “A vos lo que te mueve es vender libros infantiles”, le dijo.
“Quedé de boca abierta: jamás me había imaginado semejante oportunidad. Se dieron un montón de condiciones: yo venía de estar involucrada con la primera infancia por ser educadora inicial y haber trabajado en un jardín que le da suma importancia a la literatura infantil. Por otro lado, crecí en el gremio del libro, ya que siempre trabajé con mi papá [Boris Faingola] y mi hermano en la distribuidora Aletea. Y Alejandro puso todos sus conocimientos y experiencia para hacer que esto funcione o al menos, hacer todo lo posible, hacerlo bien, hacerlo lindo”.
Germina es un espacio amplio, iluminado, cálido, que invita a la búsqueda. “En Germina vas a encontrar: libros ubicados por editorial, no por edad ni por temática; libros con contenido interesante, cuidado, original; libros que van hasta lo más profundo, que nos interpelan, en buenas ediciones (tapa dura, calidad de impresión, etcétera). No vas a encontrar: licencias de televisión, Disney, princesas, etcétera. Me gusta recomendar libros si me lo piden. A mi criterio, te tienen que gustar los libros infantiles y juveniles para venderlos, y a mí me apasionan. Trato de mostrar lo diferente, lo que menos se ve”, explica Faingola.
Del Parque Rodó a Carrasco (y más lejos aún)
» Libros del Parque (Constituyente 2046), la librería que lleva adelante Alejandro Gagliardi, es la síntesis de una historia librera. “Surge como respuesta a la necesidad de tener un punto de venta fijo en el que los clientes que fuimos haciendo en 15 años nos fueran a visitar. Me dedico a la promoción y venta de libros desde 2002, primero para Yoea, puerta a puerta, después con el mismo sistema pero por mi cuenta, y en 2003 empecé a vender en ferias de Villa Biarritz, Parque Rodó, Carrasco, etcétera. En 2014 empecé a ir a ferias del libro que se organizaban en centros educativos a las que invitaban a algunas editoriales y librerías, solamente exponía y vendía; luego, con el apoyo de Gustavo Fuentes, de Gussi Libros, armé un proyecto y me dediqué de lleno a organizar ferias del libro para centros educativos, con presentación de escritores, ilustradores, músicos, titiriteros. En cierto momento me di cuenta de que muchos padres y docentes que nos iban conociendo en esas actividades querían tener un lugar donde encontrarnos, por lo que decidí dejar las ferias especiales e instalarme. Luego armé el proyecto Uruguay Te Leo, que a grandes rasgos consiste en organizar ferias del libro en localidades de todo el país donde nunca se había hecho una; el primer año contamos con el apoyo de Centros MEC y de algunas direcciones de Cultura departamentales, pero luego, entre algunos cambios políticos y la pandemia, se complicó muchísimo. Este proyecto tiene características muy especiales y parecería que volvemos en unos meses si conseguimos los apoyos necesarios para arrancar”.
En Libros del Parque hay una oferta variada y es posible revolver sin apuro y consultar si se desea. “La selección inicial se hizo con cada editorial y distribuidora. Había varias editoriales que nadie importaba (Diego Pun, Ing, Andana, Almadraba y varias más) y con Gussi (ya sin Gustavo, sino con sus hijos, que han sido un apoyo enorme al momento de tomar decisiones) armamos una selección inicial para tener material que no hubiera en ningún otro lado. En la actualidad nos vamos nutriendo de todo lo que llega, tanto de editoriales independientes especializadas (Cubilete, Kalandraka, Ekaré, etcétera) como de las que están en plaza habitualmente”.
Por otra parte, Gagliardi destaca como un punto fuerte el vínculo estrecho con los autores locales, a los que se les da prioridad: “Los conocemos, tenemos trato con la mayoría, nos han dado un apoyo y ayuda muy grande tanto antes como durante la pandemia. En general, las librerías no pueden darles ese trato porque, siendo realistas, económicamente muchas veces sirve más vender libros importados, pero trabajar libros de nuestros autores tiene un plus, algo que va mucho más allá de lo estrictamente económico”.
» Cerquita de ahí, en pleno Palermo, y también producto de un trabajo sostenido en cuestiones conexas, que fueron trazando el camino, está Ludosóficos (Maldonado 1760). El proyecto de Vera Navrátril sigue un hilo que comienza hace cinco años con el centro cultural que instaló en su casa, donde “suceden”, en sus palabras, los talleres ludosóficos, que aúnan literatura, filosofía y artes escénicas, dirigidos a niños y adolescentes. Este año se tira al agua con una distribuidora que, en principio, traerá 11 editoriales independientes españolas de excelente calidad. En ese marco, abre al público la modalidad librería, en la que, con cita previa (vía Instagram @ludosoficos o por el 098 898 779), se puede coordinar para ir, ver, charlar un montón e, inevitablemente, irse con un libro abajo del brazo.
» Si nos vamos un poquito hacia el este, en Cooper 2127, desde 2018, está Galartija, “un espacio para niños y familias que cuenta con una librería infantil, un café, una sala de talleres y un espacio de juegos para niños desde gateadores hasta 12 años, que está abierto al público de miércoles a domingo de 10.00 a 18.00”, resume su directora, Rossana Roncaglia. “Nuestra librería tiene especial interés en el libro álbum. La selección está basada en un particular interés por los libros ilustrados. Galartija apuesta a vincular el placer de la lectura con lo lúdico; para ello disponemos de un cajón de libros que los niños pueden leer y manipular a libertad”, cuenta.
» Pero no sólo en Montevideo ocurren cosas. En Colonia, la tiendita El Abrazo (Alberto Méndez 143; 098 005 432; @elabrazo_tienditacultural), si bien no se dedica en exclusividad a la LIJ, le da gran importancia, y funciona como tienda online hacia todo el territorio nacional. Así lo cuenta Luján Graña, licenciada en Diseño Industrial y alma máter de la tienda: “El Abrazo nació en 2012 como una ventana hacia la cultura uruguaya de cara al turismo. En 2017 fue necesario repensar el concepto del negocio y me di de lleno con el universo infantil, que rápidamente tomó las estanterías del local. Tengo debilidad por lo visual, lo ingenioso, los juegos que ofrezcan un universo lúdico pensado y constructivo. La LIJ, y en particular el mundo de los álbumes ilustrados, son una oportunidad inigualable para acercar no sólo a los niños sino también a los adultos: expresiones y estéticas diferentes que se apartan de lo hegemónico y que nos hacen personas más abiertas y enriquecen de manera exponencial nuestra experiencia con los libros. La LIJ es generadora de empatía y conocimiento al narrar historias alejadas de nuestras realidades y también a la inversa, una manera excelente de visibilizar sentimientos o realidades con las que muchas veces tenemos que convivir”.