Sin la trascendencia de autores contemporáneos como Elmore Leonard o James Ellroy, el también estadounidense Michael Connelly (Pennsylvania, 1956) se ha establecido como uno de los más parejos narradores del policial negro moderno, en particular por su popular saga sobre el detective Harry Bosch. Aunque tal vez sus novelas no cuenten con la misma trascendencia que las de los autores antes citados, sí pasa al frente en cuanto a representación audiovisual: la serie Bosch –de la que Connelly mismo es productor y ocasional guionista–, creada por Eric Overmyer para Amazon, alcanzó en el presente año su temporada siete y final, componiendo a lo largo de estos últimos años un complejo mundo de corrupción, crímenes y policías en la ciudad de Los Ángeles (que es acaso la gran protagonista de la función).

Aunque son varias las novelas de Connelly que efectivamente sirvieron de base para la serie de televisión –usualmente dos novelas combinadas por temporada, con destaque para El vuelo del ángel, que prácticamente dio cuerpo a la cuarta temporada completa–, un curioso efecto se fue desarrollando: tanto por adaptar cada novela como parte de un conjunto como por generar entre ellas su propia continuidad, la serie Bosch se volvió una manera estupenda de redescubrir las novelas incluso para quienes ya las conocíamos, por reinventarlas bajo su propia lógica y criterio.

Ni hace falta decir que para quienes no tenían el bagaje anterior de la lectura, cada entrega componía una contundente historia policial, siempre realista, siempre intensa y con algunos de los mejores personajes de la televisión moderna, empezando obviamente por el protagonista, aquí en la piel de un inolvidable Titus Welliver (también productor de la serie, acaso consciente de la estupenda oportunidad que tenía por delante).

Bosch y el resto del equipo de policías –más abogados y periodistas que de a poco se fueron sumando como personajes fijos– son uno de los elencos más atractivos que se pueda encontrar hoy por hoy y, para esta séptima temporada, ya juegan con el afecto y el cariño de aquellos que hemos transitado junto a ellos todos estos años.

Siete es el número perfecto

Son dos los casos que nos encuentran sobre fines de año de 2019 (la pandemia que se viene es el marco de tiempo extradiegético que estresa por sus propias razones). Por un lado, en una barriada latina, un atentado a un edificio deviene incendio con varias víctimas fatales, entre ellas una niña. Por otro, la cabeza de una estafa piramidal se propone hacer un trato con la fiscalía para evitar la prisión, con funestas consecuencias.

Entre ambos casos, Bosch deberá lidiar con la vida privada (con énfasis en su relación con su hija Maddie, interpretada por Madison Lintz) mientras el resto del elenco caracolea con situaciones que devienen de temporadas pasadas. Por momentos algunas de estas situaciones se sienten algo reiterativas: otra vez la teniente Billets (Amy Aquino) es el centro de un problema interno del LAPD, otra vez el jefe de Policía Irving (Lance Reddick) lucha por mantener su puesto, otra vez la propia Maddie busca su destino, es nuevamente una niña muerta lo que despierta el lado más obsesivo de Bosch. Sin embargo, todas las piezas caen en su sitio con la elegancia de un cierre final que la serie bien se merece (es de agradecer la reaparición mínima de muchos personajes de temporadas pasadas, casi a modo de cameos, pero siempre con sentido).

Lógicamente, quien brilla más es la estrella de la función. El Bosch de Welliver tiene espacio para respirar, para reaccionar, para enamorarnos una vez más con un personaje adictivo, el eje moral (que no siempre simpático) de una serie tan creíble como contundente, quien llevará hasta las últimas consecuencias aquello que su motor interno impulsa.

Que esta séptima temporada sea el cierre en Amazon no es el fin de la historia. Overmyer, Connelly y Welliver anunciaron a principios de este año un spin off todavía sin título que continuaría las aventuras de Bosch, acompañado por Lintz nuevamente en el rol de Maddie y con Mimi Rogers –la abogada Honey Money Chandler– ahora en un rol coprotagónico. La realización correría por cuenta del canal IMDBTV y el propio Michael Connelly aseguró que será un “nuevo programa” pero con el “mismo ADN”.

Bosch, basada en novelas de Michael Connelly. En Prime Video.