El director Diego Araújo hizo cálculos: si el Partido Nacional gobernara cada 30 años, en 2050 el primer mandatario podría ser Luis Alberto Lacalle Ponce de León. Con esa proyección, que aún no marca ni la más adelantada de las encuestas, empezó a dar contexto a “una ‘ficción’ libre e insolente”: Übermensch o el país de los eternos comienzos.

“La obra tiene un claro componente nietzscheano, circula el concepto del eterno retorno. De hecho, fue leyendo Así habló Zaratustra que me empezó a bajar la idea”, confirma Araújo, que al inicio imaginaba un desarrollo en conjunto con el elenco pero terminó sacándola casi de un tirón. La escritura se resolvió en un mes y la puesta en escena lo llevó a transitar por primera vez con su compañía un camino de actuación realista o, por lo menos, de un tono más compatible con la nueva normalidad.

“Es algo que como grupo no habíamos trabajado con tal compromiso, por así decirlo, porque siempre hemos laburado un teatro de corte épico, siempre con Brecht muy presente y con un tipo de montaje y de actuación con componentes del teatro dialéctico o político, con actuaciones, por momentos, más cerca de lo grotesco”, cuenta el director que, dos temporadas atrás, en coproducción con La Gaviota, dio vida a La ópera de dos centavos. Aquello “era mucha gente, mucha escenografía, mucho vestuario, y acá es totalmente despojado, lo mínimo que se necesita en escena, haciendo hincapié en la actuación”.

A los cambios naturales de un proceso de ese tipo hubo que agregarle el estrés de no saber cuándo estrenarían, así que estuvo atento a no agotar al equipo, a no pasarse de ensayo. Hay que pensar que el viaje arrancó en abril de 2020, con la expectativa de mostrar el resultado en agosto. Mantener la energía todo este tiempo y no saturarse fue la consigna.

Relato infiel

Como la materia de su pieza es la recurrencia de ciertos hechos históricos (“la dictadura, la represión, la guerrilla, las crisis económicas”), apoyó la acción en algunas proyecciones, con la colaboración de Matías Arismendi intercaló momentos coreografiados, y con la presencia en vivo de Pato D’Amato en guitarra, articuló pausas deliberadamente liberadoras de tensión. La estructura dramática lo permite. “La obra por momentos me amargó, así que hay ciertas licencias o necesidades para que no se transforme en un bodrio”, subraya.

También, claro, por ese viejo asunto del distanciamiento, y pese a algunos juegos temporales, “recordar que estamos en una obra de teatro y que los actores están aquí y ahora con los espectadores, contando esta crisis que estamos atravesando”.

Araújo admite que por más que quiera alejarse esta vez del maestro, su concepción lo atraviesa: “Brecht lo hace en Arturo Ui: habla del Tercer Reich, habla del nazismo usando a la mafia de Chicago, y en este caso es lo mismo. Nosotros no queríamos hablar directamente de lo que nos pasa hoy; queríamos colocarlo en un futuro. Y sin ser panfletarios ni decir públicamente nuestra posición con respecto a algunas políticas neoliberales que se están aplicando o que están en vías de aplicarse, simplemente contar historias de personas comunes que atraviesan dicho sistema”.

Übermensch o el país de los eternos comienzos, de Tomania Teatro. En sala La Emergente (ubicada entre el Centro y Barrio Sur) hasta agosto inclusive los domingos a las 19.00. Entradas a $ 400. Actúan Soledad Gilmet, Diego Devincenci, Vic Quimbo, Matteo Pistoni Eggel, María Emilia Pé, Patricio Raurich y Damián Rey. Aforo limitado a 20 personas; reservas llenando el formulario ladiaria.com.uy/Uar.