El Festival de Cine de Gramado cerró su edición 49 con dos distinciones para La teoría de los vidrios rotos, la película de Diego Parker Fernández coguionada por nuestro compañero Rodolfo Santullo: el premio a mejor largometraje extranjero, otorgado por el jurado, y el premio del público en la misma categoría.

La teoría de los vidrios rotos, que se estrena el jueves en salas de cine, está ambientada en un innominado pueblo de frontera al que llega Claudio Tapia (interpretado por el actor argentino Martín Slipak), recién promovido por la aseguradora Santa Marta a perito regional, tras la jubilación del perito anterior. Basada en hechos reales, la anécdota sigue las vicisitudes del novel investigador cuando debe resolver si corresponde o no pagar los seguros por varios automóviles incendiados en la vía pública en el correr de unas cuantas noches. Presionado tanto por los damnificados (que quieren cobrar) como por su jefe (que no quiere pagar), Tapia sufre la hostilidad habitual de los lugareños hacia los forasteros mientras soporta los reclamos de su joven esposa, las amenazas de compañeros celosos y el abandono del empleado que debería ser su guía en el pueblo. Además de Slipak, integran el elenco Robert Moré, César Troncoso, Jorge Temponi, Verónica Perrota, Christian Font y Jenny Galván, entre otros. La música, de gran presencia en la estética del film, estuvo a cargo de Gonzalo Deniz y ofrece una destacada interpretación vocal de Humberto de Vargas.

Este es el segundo largometraje de Parker Fernández, que en 2013 estrenaba Rincón de Darwin, también con actuación de Jorge Temponi.

La coproducción argentino-uruguaya Planta permanente, de Ezequiel Radusky, por su parte, fue considerada el mejor film por el Jurado de Crítica y obtuvo un premio especial “por el abordaje de temas tan presentes en nuestra sociedad” y “por las interpretaciones de las protagonistas femeninas” (Verónica Perrota, integrante también de este elenco, completa así un fin de semana de festejo doble).

Carro Rei, de la directora pernambucana Renata Pinheiro, se llevó los premios a mejor largometraje brasileño, mejor banda sonora, mejor dirección de arte y mejor diseño de sonido. Pinheiro había tenido hasta ahora una destacada carrera como directora de arte, por la que ha sido profusamente premiada. Dentro de la misma categoría de largometrajes brasileños el premio a mejor director fue para el bahiano Aly Muritiba por Jesus Kid, el de mejor actor fue para Nando Cunha por O novelo y el de mejor actriz, para Glória Pires por A suspeita.