Las historias del UCM (Universo Cinematográfico Marvel) han alcanzado su cuarta fase, que está por culminar y fue la primera que incluyó productos televisivos. De hecho, los retrasos ocasionados por la pandemia de covid-19 (especialmente, los cines cerrados) hicieron que el disparo de largada de esta fase fuera la serie Wandavision y su cierre será el especial de Navidad de Guardianes de la Galaxia, es decir, dos producciones exhibidas por Disney+, la casa anfitriona de todos estos productos.
Habiendo dejado atrás lo que se conoce como La saga del infinito (que cerraba por todo lo alto lo visto hasta entonces con Avengers Infinity Wars y Avengers Endgame), hay que reconocer que esta cuarta fase –inicio de lo que se conoce como La saga del multiverso, que incluirá dos fases más– ha sido... irregular, por decir lo menos. Acaso alejada del plan claro que tenían sus antecesoras, se caracterizó por la exploración de nuevos personajes, nuevos formatos y una segunda –por así decir– encarnación de todo el universo. Esto, que ha dado en ocasiones productos algo más arriesgados artísticamente de lo que venía siendo la “marca Marvel”, también ha demostrado un afán de sacar jugo de las piedras, con resultados bastante olvidables tanto en cine como en pantallas domésticas (Shang Chi o Moon Knight, por decir sólo los más flagrantes).
Sin embargo, la reciente camada de producciones televisivas que han llegado a su final en Disney+ tiene un nivel superior a la media y merece el repaso
La chica de Jersey
Revolucionaria ya cuando fue gestada para las historietas, la inclusión de Kamala Khan como superheroína parte del UCM no podría tener mejor contrapartida que la adaptación literal que se hace en la serie Ms Marvel. Creada por los editores Sana Amanat y Stephen Wacker, la escritora G Willow Wilson y el artista Adrian Alphona, Kamala Khan fue el primer personaje musulmán de Marvel en protagonizar su propio cómic. Debutó en Captain Marvel #14 (en agosto de 2013), antes de protagonizar Ms Marvel a partir de febrero de 2014.
Kamala (una increíble Iman Vellani, de la que parece mentira que carezca de experiencia previa) es una chica musulmana de Nueva Jersey que vive con sus padres, va a la mezquita, tiene amigos (de cualquier religión) y adora profundamente a los superhéroes, en particular a Carol Danvers o Capitana Marvel. Sucesos de su pasado familiar y unos objetos (muñequeras o similar) terminarán por abrirle la puerta al mundo de los superpoderes, y debe hacer un viaje de redescubrimiento que la llevará de regreso a Pakistán (y quizá a otras dimensiones).
En la adaptación de Bisha K Ali, el relato abarca seis episodios (cómo ganan estas series cuando son breves) frescos, luminosos y divertidos. Tanto la exploración de una chica adolescente como la parte más aventurera del asunto funcionan perfectamente y hacen de este un producto para toda la familia (aquí la vimos con el de 14 y la de 6 sin ningún problema).
La exploración que se hace de la cultura paquistaní y la religión musulmana no es anecdótica sino fundamental para el relato, y resulta celebratoria e integradora. Sus altos valores de producción son de agradecer (con viajes a otros lugares e incluso a otras épocas), sus escenas de acción son vertiginosas y mantiene muy poco enganche con el resto del UCM, lo que termina por ayudarla a funcionar mejor por sí misma.
Hay villanos y peleas, sí, pero el asunto es más bien lo que le ocurre a una adolescente que intenta encontrar su lugar en el mundo. No precisa más para constituirse en la mejor serie de todas las que Marvel ha entregado (quizá peleando ese lugar con Loki y la primera mitad de Wandavision) y también una de las que menos atención han recibido.
Un hombre lobo americano en Marvel
Jack Russell, o Werewolf by Night, es uno de los personajes más oscuros del universo Marvel. Lanzado en la década de 1970 y creado por Gerry Conway junto a Mike Ploog, aprovechaba la época de relajamiento del Comics Code Authority (el código que controlaba el mensaje moral de las historietas de Estados Unidos) para proponer relatos de monstruos y terror, aunque luego el personaje tendría aventuras más superheroicas y asociaciones con otros personajes de la casa como Ironman o Spiderman.
En Disney+, Werewolf by Night es un especial televisivo estrenado con motivo de Halloween (aunque ya esté disponible) que homenajea visualmente al cine de monstruos y horror clásico, el de la compañía Universal de los años 30 y 40, con sus clásicos Drácula, Frankenstein y, sí, lógicamente, su Hombre Lobo. Pero el mediometraje (55 minutos) dirigido con mucho acierto por Michael Giacchino (habitualmente compositor) no apunta particularmente al género de horror (aunque tenga algún sobresalto y algo de violencia extra, más allá de lo que solemos ver en Marvel), sino que se asienta firmemente en los exitosos códigos de la escudería de Kevin Feige: acción, aventura y comedia.
Aquí tenemos un cónclave de varios cazadores de monstruos reunidos ante el fallecimiento del mayor de todos ellos: Ulysses Bloodstone. Pero no es solamente un velorio, sino una cacería: quien atrape a un monstruo dentro del viejo cementerio familiar podrá quedarse con una valiosa piedra mágica, imprescindible fuente de poder. El problema es que no todos los cazadores son quienes dicen ser y acaso uno de ellos esconde un gran secreto.
Con una estupenda pareja protagónica –Gael García Bernal y Laura Donnelly– y una magnífica estética en blanco y negro, Werewolf by Night es una gran introducción de personajes nuevos a los que da ganas de volver a ver. Junto con Dr. Strange, abre la puerta al mundo sobrenatural dentro del UCM y colma de easter eggs su casi hora de metraje. No se le puede pedir más.
Ally McHulk
Acaso la apuesta más arriesgada de este combo, She Hulk tiene otro tipo de formato tanto en papel como ahora en televisión. El personaje, creado en 1980 por Stan Lee y John Buscema, tuvo su época de mayor reconocimiento cuando estuvo a cargo de John Byrne, primero, y de Dan Slott junto a Juan Bobillo, después, porque logró apartarse de ser una simple variante femenina del exitoso Hulk a fuerza de humor y un inusual uso de la ruptura de la cuarta pared, que llevaba a Jessica Walters, que así se llama, a interpelar directamente al lector o cuestionar incluso a su guionista o editor. Todo esto se mantiene ahora en la adaptación a pantallas de Jessica Gao.
Otro dato importante de nuestra protagonista es que es abogada y su interacción con el universo Marvel muchas veces pasa por la corte, donde defiende o acusa a seres poderosos que se han visto envueltos en entuertos legales.
Ya centrándonos en la adaptación de nueve episodios televisivos, lo que mejor funciona en esta sitcom es la parte de comedia legal, en la que los diferentes casos que afronta She Hulk (una Tatiana Maslany que demuestra lo buena que es siempre que la serie no la obliga a ser la voz de un muñeco que encontraste dentro de una caja de cereales, producto de unos pésimos efectos visuales) la llevan a situaciones delirantes y permiten la aparición de diferentes personajes invitados.
Justamente también allí subyace el riesgo –explicitado incluso por la propia serie en una de sus tantas rupturas de la cuarta pared– de que el relato funcione menos sin el combustible de uno o dos personajes invitados. Y, de hecho, algo de eso pasa: tenemos muy buenos episodios contrapesados por otros en los que no funcionan ni el humor ni la acción (el primero, por ejemplo, es el peor por lejos y lleva a que seguir la serie toda sea una apuesta).
Sin embargo, en el devenir del relato la serie va encontrando su tono, aunque sea algo tibio. El final, que pone toda la carne en el asador –ruptura total y absoluta de la cuarta pared, multitud de invitados de regreso– es entre efectivo y desconcertante. En esencia, dos adjetivos aplicables a toda la temporada, pero le podemos dar un voto de confianza.
Ms Marvel. Seis episodios de entre 35 y 55 minutos. Werewolf by Night. 55 minutos. She Hulk. Nueve episodios de 30 minutos. En Disney+.