Para vos, que te emocionaste, de manera genuina o irónica, cuando explotó la nostalgia de los 80 y viste regresar en forma de películas, series o historietas aquellos personajes de las películas, las series o las historietas, tengo una mala noticia: pasó tanto tiempo que ya llegó la nostalgia de los 90.

Mientras revisás tu causal jubilatorio, tengo una buena noticia para darte: Netflix estrenó una serie de humor que combina animaciones con actores de carne y hueso (por separado) para traernos la quintaesencia de lo que sería un programa infantil de aquella época, al menos en el norte, pero que resuena bastante por aquí. Con mucho colorinche, el rock más pasteurizado que te puedas imaginar, y dibujitos con moraleja. Así es SMASH: Saturday Morning All Star Hits!

El nombre de la serie es también el nombre del programa infantojuvenil, conducido por dos hermanos: Skip y Treybor, que están basados en dos conductores reales, pero créanme que conocer la referencia no tiene la menor importancia. Interpretados (los dos) por el guionista y comediante Kyle Mooney, estos hermanos radicales hacen morisquetas a las cámaras e intentan ganarse la atención de los jóvenes espectadores. Sin embargo, con el correr de los episodios se abre una brecha entre ambos debido a la ridícula participación de uno de ellos en uno de los dibujos animados que presentan.

Después de tres o cuatro episodios algo similares entre sí, que equivalen a tres o cuatro programas de Saturday Morning All Star Hits!, el formato comienza a cambiar. Hay programas especiales dedicados al detrás de cámara de una película, a la lucha contra flagelos del momento, y hasta un programa “en vivo”. Los ocho episodios de veintipico de minutos cada uno cuentan una muy interesante historia acerca de estos dos hermanos y una pareja de actores cuyos nombres comienzan a volverse familiares con el correr de los capítulos.

Mientras tanto, como espectadores del show, podremos disfrutar de sus animaciones, que también recrean una estética ochentera, incluso con el uso de filtros para darle a la imagen aspecto de haber sido levantada de un VHS, como Randy (parodia de Denver, el último dinosaurio), en el que uno de estos bichos del pasado aprende a convivir con nosotros y cae en una profunda depresión al no poder mantener una relación o hacer amigos en la universidad. Claramente SMASH no es para un público menudo.

Otras animaciones incluyen a unas criaturas mágicas que aumentan su creatividad esnifando un polvillo mágico, y a unos animales antropomórficos que llegaron de otro planeta para salvar el suyo, y cuyas aventuras comienzan cada vez más a estar relacionadas con un local de venta de sánguches. Créanme que todo tendrá sentido cuando lo vean.

El humor está en cada uno de los segmentos, incluso cuando se intercalan tráileres de películas o animaciones canceladas por su pésima recepción. Todo mientras Skip y Treybor se llevan cada vez peor frente a cámaras y un caso policial comienza a interrumpir las emisiones del programa y las cintas de video en las que algún anónimo niño grabó sus segmentos favoritos (además de algunas publicidades).

Con grandes talentos prestando sus voces en las series animadas, un misterio detectivesco y una reconstrucción fiel pero delirante de aquella época, esta serie es una de esas por las cuales agradecemos a Netflix por apostar a contenidos distintos. A veces distintos también significa que están buenos.

Saturday Morning All Star Hits!, con Kyle Mooney y gran elenco. Ocho episodios de media hora. En Netflix.