La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana, un thriller de suspenso y comedia negra, está narrado en ocho intensos capítulos que se centran en el personaje de Anna, interpretado por una brillante Kristen Bell (The Good Place, Parks and Recreation), quien es, además, productora ejecutiva de la serie.

La protagonista es una expintora inestable y solitaria a quien el público amará. De luto por la absurda muerte de su hija y el fin de su matrimonio, amante del vino, sus monótonos días están vacíos y no hace otra cosa que sentarse a mirar por la ventana y tomar, hasta que el nuevo y atractivo vecino Neil (Tom Riley) se muda con su hija a la casa de enfrente. Anna vive esta aparición como un golpe de esperanza y la ilusiona volver a tener una vida familiar que parece perdida. Pero todo se diluye cuando se obsesiona con Lisa (Shelley Hennig), la novia de Neil, y su misteriosa vida, y cree que es testigo de un horrible asesinato en la casa de su vecino.

Anna, devenida detective, se autopercibe una mujer con mucha imaginación y duda de si lo que vio esa noche es real. Quizá todo está en su cabeza, y como rara vez se queda sin una copa de vino y además está medicada, nadie le cree.

Uno de los grandes aciertos de la serie es tener casi todas las características de las películas que satiriza: una mujer desbordada pero que parece una glamorosa vecina que vive en una hermosa casa, un personaje principal lleno de fobias (Anna tiene un extraño terror a la lluvia), y un título increíblemente largo que llevaría a pensar que es una parodia al mejor estilo Scary Movie.

Es cierto que la serie se burla de las tramas y los personajes débiles de películas como La chica del tren o La mujer en la ventana y de los guiones de misterio de mujeres que resuelven casos, llenos de lugares comunes y desgastados pero profundamente amados, que en los últimos tiempos han inundado las plataformas. Sin embargo, el misterio del verdadero asesinato está más encubierto de lo esperado y nos mantiene atentos hasta el final, lo cual, mezclándose con momentos de una excelente sátira negra, lo transforman en un thriller sincero y entretenido.

Llena de humor situacional, los diálogos entre la protagonista y su amiga Sloane (perfecta la también comediante Mary Holland) son de lo mejor. La comedia negra está presente de manera constante, como en los epitafios cambiantes en la lápida de la hija de Anna y las circunstancias particulares que rodearon su muerte, la aparición de manera recurrente de una cacerola como objeto de distorsión, y el personaje, por momentos dudoso, de psicópata y maltratador del vecino.

Así, mientras la historia se extiende a ambos lados de la línea entre la tragedia y la comedia, por un lado estamos alertas ante el desenlace del asesinato y, por otro, reímos mucho.

Absurda, exagerada, casi alegremente ofensiva, La mujer... es una muy buena serie, gracias a la actuación perfecta de Kristen Bell, la perspicacia de los escritores, que claramente conocen el género, y el hábil trabajo de dirección.

La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana. Creada por Rachel Ramras, Hugh Davidson y Larry Dor, y dirigida por Michael Lehmann. Ocho episodios de menos de media hora. En Netflix.