Djinnluc Drago es quien comanda a los más de 30 músicos que integran la Orquesta de las Mil Melodías. Ese nombre extraño es de fantasía, un alías, el álter ego de Andrés Lazaroff –sí, hijo de Jorge–, que se lo toma muy en serio. Incluso fuera del escenario –para esta humilde nota–, el músico sigue manteniendo el personaje y le imprime a su voz un tono grave y misterioso.

La orquesta se formó hace dos años, en plena pandemia, aunque Drago aclara que en realidad desde hace una “eternidad” que vienen realizando sus experiencias “a través de la historia”. “Viene de una idea de hace mucho tiempo atrás, que se materializó justamente en este lugar estratégico geográfico hace dos años”, dice. Es algo así como la foto del final de El Resplandor (1980), de Stanley Kubrick, que demuestra el eterno retorno. La orquesta es una oda a los años 20 –los del siglo pasado, no los actuales–, e interpreta un abanico de estilos, como jazz, swing, foxtrot y rumbas. En cuanto a la influencia musical, Dargo menciona a las orquestas de Paul Whiteman, Duke Ellington y Xavier Cugat.

La treintena de músicos tiene algo que los iguala: todos llevan antifaz. Dargo explica que los usan para traer a las personas a través del tiempo: “Los antifaces tienen una utilidad muchísimo mayor que simplemente esconder a la ‘persona’ que está detrás: mantiene el secretismo, y además las caras varían mucho de época en época, y las caras de hoy día son las de hoy día, pero con un antifaz no hay cara de hoy día, hay un personaje que se mueve, que va más allá de lo que te pueden transmitir con los ojos, porque en el antifaz están siempre derechos”.

La gran pregunta: ¿por qué hacer este tipo de música hoy? Dargo contesta que en el mar de las ideas que navegan está que muchas de esas melodías “han sido olvidadas”, entonces, las traen de vuelta para que las personas las puedan disfrutar, incluidas todas las composiciones y arreglos nuevos que realizan. Además, subraya que este tipo de música la mayoría de la gente no la escuchó en vivo. Hoy, donde la música del mainstream tiene más ritmo que melodía, esta orquesta, como su nombre lo indica, pone un énfasis muy grande en la melodía y en la armonía. “Porque sin la armonía, la melodía no existiría, no habría un modo de moverse melódicamente”, acota el músico.

A su vez, todo esto está ambientado en una estética escénica y coreográfica que remite a los cabarets de Berlín, París –como el legendario Moulin Rouge– y Londres de los años 20, o incluso más bohemio, cercano al vodevil. El espectáculo se desarrolla cual transmisión de un programa radial –el medio estrella de aquellos años–, como una fonoplatea. Dargo dice que con su orquesta intentan llegar a la nostalgia y la melancolía, “que es hermosa”, sobre todo por zambullirse en una época que no se vivió, “algo totalmente idealizado”. “Te hace tocar esos sentimientos que hay veces que el arte de hoy no los trata de expresar. La nostalgia se ha perdido un poquito en la parte artística, en el sentido de trata de llegar a ese sentimiento, a esa cosita que te da en el cuore”, dice Drago.

El conjunto tiene pensado grabar un disco muy pronto, tratando de respetar lo más posible las cuestiones acústicas de hace un siglo, porque les parece que ya es necesario tener algún registro de lo que hacen. Mientras esperan el disco, quienes quieran vivir la experiencia de La Orquesta de las Mil Melodías lo podrán hacer

Orquesta de las Mil Melodías. Hoy a las 21.00 en el Teatro Solís. Entradas en Tickantel desde $550 a $850.


Daniel Drexler con su nueva gira

El músico se presentará hoy a las 22.00 en la terraza del Club La Pedrera (Rocha), en el marco de su nueva gira, titulada “Solar”, a la que describe así: “Es una imperiosa necesidad de volver a recorrer el litoral costero de mi país, buscando reconectar con la esencia de lo que me trajo a este maravilloso oficio, tocar de balneario en balneario, abrir el corazón y entregarme a un sinfín de abrazos, charlas, fogones y baños de mar”.

En la gacetilla de prensa se señala que Drexler recorrerá “la parte más luminosa de su repertorio de una manera descontraída e íntima”. Canciones ya clásicas como “Febril Remanso”, “Sheiko”, Mar Abierto”, “Siestas de Verano”, “Full Time” y “20-21” aparecerán intercaladas con las nuevas canciones que está terminando de grabar para el próximo disco.


Buceo Invisible en la arena

La banda dará su primer concierto del año el viernes a las 21.30 en Música en la arena (Médanos de Solymar, bajada 30, Canelones). Las entradas están a la venta en la boletaría del lugar, a $300. Diego Presa, cantante y compositor del grupo, destaca que el espacio es bastante particular, porque es entre las dunas y un monte de pinos, casi sobre la playa, por lo tanto, la idea “es aprovechar esas características del lugar”, sobre todo, desde el punto de vista de la escenografía y las luces, como suele ser el sello de Buceo Invisible. “La idea es presentar material nuevo –estamos trabajando en un próximo disco, que seguramente grabemos este año–. Va a tener una impronta bastante extendida en lo instrumental, tenemos ganas de tocar y de extender los pasajes instrumentales. Y, como siempre, que es una seña de identidad del grupo, trabajar con la palabra, con los poetas en escena”, cuenta Presa.


Cucú Rapé y Charly Ferret Cuarteto

Ambos se presentarán hoy a las 21.00 en Casa de Pájaros (Tres Cruces). Por reservas, mandar mensaje de Whatsapp al 099122287.


Recanati y Bertoldi en la Sala Zitarrosa

Las rockeras argentinas Bárbara Recanati –ex Utopians– y Marilina Bertoldi –ex Connor Questa– se presentarán con sus respectivos proyectos solistas el miércoles a las 21.00 en la Sala Zitarrosa, en el marco del Ciclo Marea, “de mujeres y disidencias de la música y el audiovisual”. El ciclo busca “ser un espacio de relevancia donde visibilizar y dar valor a las artistas mujeres y las disidencias de estas disciplinas a nivel nacional y regional, a lo largo de todo el año, promoviendo una programación paritaria”. Las entradas se venden por Tickantel, valen $1.000 y $1.300.