El fenómeno de las escuelas de samba atraviesa diferentes zonas de Montevideo. Cada una de las escolas moviliza a decenas de personas y en varias hay algo que se repite: la presencia de exintegrantes de Asabranca, la escuela de samba que el 11 de mayo cumplió 25 años y que es referencia histórica para quienes son parte de esta movida en Uruguay.
“Era la única escola, y ahora fijate cómo evolucionó, cómo se compite y, sobre todo, el público que tenemos. Cada vez más gente va a ver escolas, y en el interior va mucha gente a los desfiles. Pero empezamos sin saber absolutamente nada, de ahí pasamos a armar trajes, carros, y todo llevó su tiempo”, dice Anabel de Matteis, de 71 años, en la sede de Asabranca, en una antigua casona en Burgues y Libres, donde trajes e instrumentos aguardan cada ensayo y desfile.
“Tenemos alumnos por todas las escolas. La mayoría salen de Asabranca y, si bien nos dolió en el momento que se fueron, es un orgullo que ahora estemos compitiendo”, agrega Cristina Fredes, de 58.
Fredes y De Matteis forman parte de Asabranca desde el inicio y no dudan en afirmar que seguirán en la escuela de samba hasta que puedan. La permanencia es algo común a varias de estas agrupaciones, y como consecuencia es alta la participación de familias, desde niños de seis años a adultos de 80. Es frecuente entre los integrantes adultos de Asabranca que hayan ido a los ensayos desde sus primeros meses de vida.
El presidente de Asabranca, Jorge Pérez, de 63 años, tiene trayectoria en comparsas y conoció a la escola cuando acompañaba a uno de sus hijos a ensayar. Desde entonces la agrupación es parte importante de su vida. En una ocasión desfiló con su pareja, hijos y nietos, recuerda.
Cambio de firma
El Gremio Recreativo Escola de Samba Asabranca nació el 11 de mayo de 1997 en el segundo piso del Club Brasilero. “Creo que nadie pensó que 25 años después estaríamos activos”, cuenta De Matteis.
El primer año eran 150 integrantes y ensayaban en la estación Goes. Por entonces no se concursaba, pero se hacían desfiles barriales. Salieron sólo con dos alas, la de la alegría y la de la fantasía, y la batería.
Al año siguiente agrandaron la estructura con una comisión de frente (la primera línea de baile) y al siguiente agregaron portabandera y maestro de sala. “De a poco, cada vez hubo más alas, porque nosotros además de difundir música brasileña queríamos que la estructura de la escola fuera similar a lo que es en Brasil”, dice De Matteis.
“Asabranca es un sentimiento” es el eslogan de la agrupación. Fredes se emociona con llanto contenido cuando habla de lo que significa Asabranca para ella, y confiesa que también le ocurre cuando escucha el himno de la escola y cuando piensa en la gente que hace tanto por la organización.
Pérez afirma que Asabranca es una pasión y que sin ella no hay otra forma de seguir adelante. Menciona que si bien es muy lindo ganar el primer premio del desfile de escuelas de samba, el dinero del premio apenas cubre la séptima parte de lo que gastan en el año. “Es imposible sacar esto si no fuera por todo lo demás. Esto es un mal negocio. Las personas que están en el entorno lo hacen por lo mismo; no es por plata, todos gastan”.
Desfile
Cada año Asabranca se prepara para el desfile de escuelas de samba y además actúa en actividades a beneficio y fiestas. En 2007 se realizó el primer desfile oficial. De Matteis, Fredes y Pérez coinciden en que desfilar es un momento único, que les impulsa a trabajar todo el año. “Es una paz, te olvidás de todo. Todo el mundo debería experimentarlo, es una experiencia sanadora”, dice De Matteis.
Pérez recuerda que en el desfile de 2019 se desmayó poco antes de saliera, posiblemente por un golpe de estrés. Lo llevaron a una ambulancia, donde le hicieron un electrocardiograma, entre otros chequeos, y cuando despertó escuchaba a la escola desfilando. Calculó que habían pasado 20 minutos. Salió de la ambulancia, pidió permiso para entrar y llegó hasta el grupo para desfilar. Dice que por momentos se agarraba de la baranda por el mareo. “Terminé extenuado, pero uno no quiere perderse lo que siente en ese momento, porque esa hora es el reflejo de los que hacés en 365 días”.
Fredes se acercó a Asabranca por su hija, que ahora reside en España. La acompañaba a los ensayos, luego se integró y nunca más dejó la escola. “Disfrutás al máximo. Agradezco que mi hija me dejó acá”, dice.
Profesionalización
“No estaba mal lo de antes, pero se está buscando perfeccionar. Se está gastando más también, todo el mundo en esta movida está buscando innovar para mostrar de otra manera. Si mirás en fotos históricas, te das cuenta de que en los últimos diez años hubo un cambio muy grande”, comenta Pérez.
El fenómeno no ha pasado desapercibido para la Intendencia de Montevideo. Fuentes del Departamento de Cultura e integrantes de escuelas de samba dicen que el organismo trabaja para que, en lo que resta del año, en diversas actividades públicas se incluya la presencia de agrupaciones de este tipo.
Asabranca es legalmente una asociación civil con personería jurídica sin fines de lucro cuyo objetivo principal es la difusión de la música brasileña y todas sus manifestaciones culturales. Tiene unos 120 participantes activos durante el año, de todas partes de la ciudad, una cifra que asciende a 200 para los desfiles.
“Somos una sociedad civil, no hay un dueño. Y cumplir con nuestro objetivo de difundir la música brasileña y su cultura nos obliga a hacer actuaciones gratuitas. Las hemos hecho en cantidad de lugares para beneficios que se organizan, compartimos actividades con instituciones que lo necesitan y difundimos la música brasileña que tanto nos gusta”, dice De Matteis.
Hoy, los integrantes de Asabranca piensan en crecer. “Queremos tener algo de lo que tienen en Río, como la cantidad de alas y personas que integran las escolas, aunque al haber más escuelas la gente está más dividida. Pero esperemos llegar”, dice Fredes. “Así como logramos desfilar por 18 de Julio, a pesar de la presión para que no saliéramos, vamos creciendo, evolucionando”, remata De Matteis.
Integración de la escola
Asabranca trabaja sobre la base de una comisión de frente de siete a 14 integrantes, un carro abrealas, portaestandarte, maestro de sala y portabandera, alas de fantasías de cinco a 12 integrantes cada una, una batería de aproximadamente 60 ritmistas, un ala de niños, ala juvenil, ala de bahianas, ala de pasistas, un ala de vieja guardia (adultos mayores con trayectoria en la escola), un carro de los niños y un carro de cierre del desfile.