“Yo soy hijo único y de chico era adicto a la televisión. Cuando terminaba de jugar con mis amigos en la vereda o en la escuela, entraba a mi casa y tenía mis juguetes o la televisión. No había realities como ahora, había ficción. Las pantallas estaban inundadas de telenovelas y eso influyó en que hoy yo tenga una especie de nomenclador retro en mi cerebro y en que cada vez que armo un espectáculo recurra a ese archivo para convocar figuras de aquel momento. Me encanta hacer algo comercial con alguien que tiene un éxito en pantalla ahora con alguien que está en mi pantalla mental”. Así explica de qué están hechas sus obras el dramaturgo, actor y director argentino José María Muscari, que este junio vuelve a Montevideo con la celebrada Sex, viví tu experiencia.

De aquella época iniciática frente a la tevé recuerda especialmente Zona de riesgo -y cuánto lo impactaba la dupla de Gerardo Romano y Rodolfo Ranni en esa miniserie-, Trampa para un soñador, una novela protagonizda por Claudio García Satur y Cristina Tejedor, “y de más chico, aunque me hacía sentir terror, no podía dejar de mirar El pulpo negro de Narciso Ibáñez Menta”. Además, programas de entretenimiento como Finalísima, de Leonardo Simmons, o Feliz domingo de Silvio Soldán, o la telenovela para niños Clave de sol.

“El público uruguayo me da un permiso especial y me permite cosas que quizás a otro director local no se las permite”, cuenta, y argumenta que ese beneficio tiene detrás mucho tiempo de estadía suya en el país. Aquí estuvo y se quedó por meses para trabajar en obras como El secreto de la vida, Falladas y Bollywood, una industria sin estrellas, y también puso en cartel otras obras como Casa Valentina, Atracción fatal y Extinguidas.

Sex, la obra que trae la próxima semana al teatro Metro, viene acompañada de grandilocuencia: se anuncia que ya la vieron “más de 150.000 espectadores” y Muscari asegura que se trata de una obra “angelada”, con salas llenas desde el día en que se estrenó en un local de la calle Gorriti, en Buenos Aires, donde alguna vez funcionó una discoteca.

En la pandemia, el director se las arregló para que su invento pudiera ser consumido de forma virtual y logró una platea de hasta 2.000 personas conectadas en una noche. Luego la adaptó a un autocine y a diferentes salas de teatro y hoy cuenta con dos elencos, uno instalado en Buenos Aires y otro, el que llega Montevideo, de permanente gira.

“El espectáculo ya está sucediendo ni bien la gente llega al lugar”, adelanta. “Los actores no actúan solamente en el escenario. No buscamos un espectador participativo pero sí buscamos romper todo el tiempo la distancia entre lo formal con lo informal que la propuesta tiene”, cuenta Muscari

¿De qué forma trabajás para crear cada una de tus obras?

Es muy diferente en cada caso. En Sex hay varias cosas que influyeron. Hacía mucho tiempo que tenía ganas de hacer una obra sobre sexo; si bien es un tema que estuvo presente en otros espectáculos que hice, sentía que tenía que darle otro protagonismo, que fuera la columna vertebral. Para eso encaré un viaje a Nueva York con una amiga y nos fuimos a conocer el Museo del Sexo; a la vuelta a Buenos Aires apareció el lugar donde estrenamos la obra. Entonces diría que en este caso la creatividad se me disparó a partir de un espacio, y que es un proceso que no se parece en nada, por ejemplo, al de Julio César, otra obra que reestrenamos en Buenos Aires, donde lo más importante es la adaptación del texto de Shakespeare.

Cuando se estrenó Sex, llamó mucho la atención, por su encare de la temática y por su puesta en escena. Luego de tantas funciones, ¿el público modificó la obra?

El público siempre es fundador de territorio y de lenguaje. En mis obras, termina de completar el relato. Este espectáculo es efervescente y está pensado para dar muchas emociones. Tiene música, textos, bailes; en un momento el lugar casi se convierte en una disco o te puede parecer que estás en el medio de un recital. Tiene aristas que la alejan muchísimo de una obra de teatro convencional y me gusta más definirla como una experiencia. Tiene algo muy roto y provocador y a la vez tiene la magia de que se mete en el mundo del sexo pero no desde la oscuridad y lo prohibido, lo hace desde un lugar de luminosidad que lo aleja de todo el imaginario cutre con el que muchas veces se lo asocia.

Y vos, en tanto director, ¿cómo recibiste ese cambio provocado por el público?

Nunca busqué educar o reformular ninguna idea alrededor del sexo. Pero me importa mucho qué tipo de mensaje podemos dejar. Me importa elegir cada una de las palabras que se usan, y que lo que se ve en el escenario comulgue con este nuevo momento de empoderamiento de la mujer y de su lugar con relación al sexo. Aquí todas las mujeres que actúan tienen voz y voto. No son el cuerpo de la obra. Hay un lugar de igualdad buscado desde el principio que tiene que ver con mi forma de relacionarme con las mujeres. Las obras que hice hace 20 años las puedo volver a hacer todas y no les tengo que cambiar nada. La mujer siempre tuvo un papel destacado en mi producción y nadie me tuvo que venir a enseñar ese lugar de igualdad.

Sex busca relacionarse con los cuerpos y con su diversidad, con lo autónomo del goce desde un lugar de igualdad, sea cual sea tu sexualidad, género, tu tipo de cuerpo, tu edad y tu elección. Y me gusta pensar que las mujeres que nos vienen a ver también se pueden empoderar a partir de esta propuesta.

Con Sex lograste que muchos actores y comunicadores participaran en una obra no convencional y, a priori, arriesgada. ¿Cómo hiciste?

Pasó algo de entrada y es que nunca armé un elenco; armé una troupe, que puede ser mucho más diversa y tener a un locutor, una modelo o un deportista. Estuvo en el elenco Jorge Dorio, que es periodista de toda la vida. En el medio, Daniela Cardone, que es DJ y modelo, y actualmente nuestra protagonista es Ginette Reynal, una mujer increíble de la época de oro del modelaje en Argentina. Tenés un actor como Nacho Sureda, que fue parte de la serie El marginal, y a Valeria Archimó, una bailarina con muchísima formación académica. Me gusta que puedan confluir perfiles muy diferentes e indagar en esos abismos que a priori puede haber entre dos personas. Me gusta pensar que es como una fauna, con gente que sabe lo que hace, que tiene talento y por sobre todas las cosas es empática.

¿Me contás de tu trabajo con Norma Pons?

Fue fundamental. La admiro y la amo. Hablo en presente de ella porque está en mis emociones, en mis producciones, sobrevuela mis éxitos. Siento que fue una especie de musa inspiradora. Hice tres espectáculos con ella a lo largo de seis años que fueron los más felices de mi vida. Creo que la completud de eso fue poder hacer con ella La casa de Bernarda Alba, un trabajo con el que pudo consagrarse como actriz dramática, que era su deseo. Siento que se fue en un momento súper lindo de su vida y de su carrera y que de cierta forma colaboré para que ella partiera de este plano de la forma más feliz y arriba posible con el teatro lleno ovacionándola.

Su muerte fue muy simbólica. Se acostó a dormir, se despertó, se vistió y peinó, armó la cama, se sentó en la mesa, se puso a mirar la televisión y nunca más despertó. No hay posibilidad de imaginar una muerte más luminosa.

Sex, viví tu experiencia. 10 y 11 de junio a las 20.00 y 12 de junio a las 18.00 en el teatro Metro (San José 1211). Entradas desde $ 1.000 a $ 2.000 en Tickantel.


Clara y Walter

En Terrorismo emocional, Clara vuelve a la casa de sus padres tras una separación, y mientras rumia su desconsuelo, comienza a escarbar en la potencia creativa de esa transición. Con esta especie de crónicas desde el dormitorio, Josefina Trías conquistó al público durante cuatro temporadas, ganó dos premios Florencio, y después a los lectores de Salvadora Editora, que publicó la pieza. La reposición que sube hoy al teatro Solís es, entonces, una oportunidad para no dejar pasar. Las entradas cuestan $ 300 y permiten ver cómo en una hora la actriz y dramaturga despliega un monólogo de la delicadeza y el empoderamiento con música en vivo.

Si el personaje de Clara caló hondo, conviene asistir también a Llamaste a Walter, que irá del 14 al 19 en la misma sala y puede leerse como una precuela ambientada en 2002, en la que conocemos a la familia de Clara, en un musical inteligente y divertido, a pesar de tener la crisis económica como telón de fondo. Advertencia: es casi imposible no salir cantando a grito pelado “Manuel Flores va a morir”, de Darnauchans. Las entradas, en venta en Tickantel, cuestan $ 500.

Una carrera exigente

Por primera vez el Centro Cultural de Música inaugura su temporada con una obra teatral: ¿Quién es Clara Wieck? Eclipsada para la historiografía musical por ser la esposa de Robert Schumann, Wieck no sólo fue una de las intérpretes más destacadas de su tiempo, sino también una consumada compositora e influyente divulgadora del estilo romanticista. Sus comienzos como niña prodigio, su temprano enamoramiento de Schumann y una cuestionada relación con Brahms emergen en esta ficción biográfica basada en el libro de Betty Gambartes y Diego Vila.

El espectáculo, producido por el Complejo Teatral de Buenos Aires y estrenado en febrero en el teatro San Martín, se vive como una ceremonia, anticipan las reseñas porteñas. Tiene el aditamento, para los melómanos, de estar estructurado como un diálogo entre la música y las confesiones de Clara, interpretada por la actriz suiza Annie Dutoit Argerich, hija de la pianista argentina Martha Argerich, un vínculo que resuena en el montaje. Eduardo Delgado al piano junto con la voz del barítono Víctor Torres envuelven la escenografía abstracta con telones y pantallas que permiten transparencias y la proyección de imágenes.

Por información y venta de entradas: [email protected] o 092 828 829 y 2915 44 74.

Charo López en La Trastienda

Cocreadora, guionista y actriz en Cualca, Mundillo, Por ahora y Tarde baby, Charo López tiene una fuerte base de improvisación, una técnica que desarrolló durante 11 años y que aflora en su capacidad de reacción. Sus seguidores, por lo visto, comparten esa cualidad, ya que agotaron la función que esta argentina dará el 15 de junio a las 21.00 en La Trastienda, así que hay que apurarse a conseguir localidades para el segundo turno, a las 22.30. El show se llama Joven de lejos y es, valga la contradicción, una buena manera de tener cerca a la graciosíma y filosa creadora del programa de streaming Parallelworld, coautora del libro Hermostra y del stand up Persona. Actualmente conduce el programa Qué olor en El Despertar Radio junto con Noelia Custodio, y escribe y canta en la banda musical Pulpa Negra.

Entradas en Abitab de $ 1.000 a $ 1.300.

Libro sobre el arroyo El Molino

La Intendencia de Montevideo, el Municipio E y los vecinos del Parque Baroffio, Parque Rivera y Molino de Pérez convocan a la presentación del librillo Arroyo El Molino. Valor ambiental, urbano e histórico para el disfrute de todos y todas mañana a las 16.00 en el Molino de Pérez, en Malvín (Pasaje Arq. Juan Veltroni y Rambla O’Higgins), con charlas sobre ecosistemas y música en vivo.