El teatro Macció, de San José fue el lugar elegido por Jorge Nasser para presentar el prolegómeno de su nuevo espectáculo, que lanzará con toda la pompa en el correr de este año, titulado Mundo milonga. Intenta ser un resumen y a la vez “un salto hacia adelante” en sus “aventuras milongueras”, cuenta el músico. Este sábado se presentará en formato trío, con las guitarras de Carlos Méndez y Gonzalo de Lizarza, para interpretar un repertorio con algo de lo de siempre, canciones nuevas y versiones que, más temprano que tarde, se conocerán –cuando se haga la presentación oficial de Mundo milonga en Montevideo–.

Como quien no quiere la cosa, el Nasser milonguero lleva más tiempo que el rockero, dado que Níquel, la banda de rock que comandó, estuvo activa unos 15 años –desde mediados de los 80 hasta principios de 2001–, y si bien volvió al ruedo hace poco, incluso con disco nuevo bajo el brazo –que presentarán en breve–, el traje milonguero Nasser se lo puso en 2001, con el disco Efectos personales, y lleva más de dos décadas sin sacárselo.

La gran pregunta es por qué ponerse un nuevo traje milonguero cuando todavía no se sacó el rockero, que estuvo 20 años colgado, juntando polvo. Nasser contesta que sintió la “necesidad de redondear”, dado que en los últimos meses pasaron muchas cosas que lo afectaron. En febrero de 2022 murió Wilson Negreyra, percusionista de Níquel, y en setiembre del mismo año falleció el guitarrista Eduardo Toto Méndez, uno de los máximos exponentes de la escuela milonguera uruguaya, que tocó con grandes popes –como el más grande de todos, Alfredo Zitarrosa– y era quien lideraba las seis cuerdas en el proyecto milonguero de Nasser. “Fueron situaciones que me conmovieron mucho, y siento la necesidad de seguir. A veces el artista tiene esa cosa medio infantil de aburrirse de lo que hace y de no darle la dimensión que tiene, porque vive inmerso en eso”, cuenta el músico.

Nasser aprovecha y reflexiona sobre la “presión demencial” que hay en cuanto a “reinventarse”, sobre todo por las redes sociales; entonces, “la persona ahora no necesita un patrón, se explota a sí misma”, y hay que estar “continuamente ofreciendo contenidos nuevos”. Subraya que eso no solamente les pasa a los artistas, sino a todos, “desde una persona que hace uñas esculpidas hasta un concertista de piano”. “Todos estamos en la misma máquina de producir incesantemente, de reinventarse. La Matrix está a full, pero el tema es que yo tengo esos dos mundos, nomás, el del rock y el de la milonga; entonces lo que me interesa es explorar bien el de la milonga, por todas las posibilidades que me dio, me da y me dará. Pero, en todo caso, son dos mundos, no es un continuo reinvento. O, por lo menos, mi época de reinvenciones terminó”, sostiene.

El músico recuerda que cuando empezó con la milonga, en 2001, encontró que el ambiente estaba “bastante vacío, no había superpoblación de nada, sino más bien mucho terreno para explorar y mucha tranquilidad, porque el foco de la cultura uruguaya no estaba apuntando para ahí”, entonces “había mucha impunidad creativa” que supo “aprovechar al máximo”. “Terminé desarrollando un mundo, y de eso me di cuenta recién ahora, por eso voy a hacer este show”, acota.

Aquel disco de 2001, con el que empezó en este mundo milonguero, abría con la canción “Luchadores en lodo”, que fue un éxito instantáneo. Nasser comenta que es “medio alumno” de John Fogerty, líder de Creedence, quien supo decir que “una canción necesita un buen nombre, un buen riff y un vocalista que la cante de principio a fin sin pinchar”. “Y eso es lo que pasó con ‘Luchadores en lodo’; es una canción que se grabó, toma uno, y no tiene ningún pinche, nada. Los dos, Sandra Mihanovich y yo, en el estudio de Sondor, y es eso que se escucha”, señala.

Nasser acaba de terminar de ensayar para el espectáculo y cuenta que quedó en un estado parecido al de la excitación, lo que lo lleva a reflexionar que la música “es una de las cosas que nos pueden salvar de la Matrix, a pesar de que la Matrix también usa la música para dominarnos”. “Bueno, con música diseñada por la Matrix, que ya es otra cosa. La que nos puede salvar es la música que podés escuchar reproducida por un medio mecánico o digital, pero que después, si alguna vez, por casualidad, se te ocurre ir a verla, es igual o similar, y no una pobre copia de lo que sonaba en su plataforma de streaming”, finaliza.

Jorge Nasser presenta Mundo milonga el sábado a las 21.00 en el teatro Macció de San José. Entradas por Tickantel a $ 490 y $ 590.


Juntas con la Filarmónica

En el marco del Mes de la Mujer, el miércoles a las 19.30 en la sala principal del teatro Solís se realizará el espectáculo Juntas, a beneficio de la Fundación Amigos del Teatro Solís. Se presentarán Eli Almic, Maia Castro, Florencia Núñez, Samantha Navarro y Cristina Fernández junto con la Orquesta Filarmónica de Montevideo. Las entradas se venden por Tickantel, desde $ 200 a $ 800, y hay 2x1 para suscriptores de la diaria.

Jazz cartoons

Paris Jazz Club, proyecto creado y dirigida por Francisco Villaveirán (clarinete, guitarra y voz) y Sebastián Misuraca (piano, acordeón y monólogos), interpretará un repertorio de canciones de películas y series animadas que incluye melodías como “You ‘ve a friend in me” (de Toy Story), “Everybody wants to be a cat” y “Pink Panther Theme”, que no pueden faltar en un espectáculo titulado Jazz cartoons. El proyecto lo completan Iván Buraschi (trompeta y voz), Santiago Ortolá (batería, washboard y voz) y Alfonso Santini (contrabajo). La cita es el sábado a las 21.00 en la sala Zitarrosa, con entradas por Tickantel que van de $ 600 a $ 1.000.

Trío de tango

El trío tanguero RAM, conformado por los argentinos Horacio Romo (bandoneón), Pablo Agri (violín) y Emiliano Messiez (piano), se presentará el jueves a las 20.30 en la sala Hugo Balzo del Auditorio del Sodre para presentar su último disco, Ahora, con piezas propias y versiones de clásicos del género. Las entradas se consiguen por Tickantel a $ 500.