A veces las traducciones de los títulos demuestran que hay (al menos) dos formas de enfrentarse a la misma noticia. Tomemos el caso de Toby Fleishman, un tipo de cuarenta y pocos años que se divorcia después de haber estado casado la mayor parte de su vida adulta. Vuelve a tener citas y descubre que el mundo de las relaciones sexoafectivas ha cambiado desde la última vez que anduvo de exploración.
La novela que dio título a la miniserie de Star+ se llama Fleishman está en problemas (Fleishman is in trouble) y destaca las dificultades que se le presentarán al protagonista en ese y otros ámbitos de su nueva vieja vida. Sin embargo, llegó a la mencionada plataforma con el título en español La nueva vida de Toby, que suena a la historia de alguien que despierta y descubre que ha sido transportado a una tierra de fantasía en la que es declarado emperador.
Ni tan calvo como Lex Luthor ni con dos cabelleras ruludas (esto hace referencia a que Jesse Eisenberg, que encarna al protagonista, había interpretado a Lex Luthor en Batman v Superman), ya que La nueva vida de Toby es un ejemplo de historia bien escrita, con actuaciones destacadas, con un montón de elementos puestos a rodar para que el resultado final sea atrapante y removedor. Que te deje el corazón en problemas y como nuevo.
Toby es el protagonista de la historia. Un médico hepatólogo feliz en su rol de tratar directamente con los pacientes, pero frustrado en su relación con Rachel (Claire Danes), representante de artistas que ocupa ese rol bastante estereotípico de persona casada con su trabajo. Tranquilos, que después de ocho episodios todos los personajes serán bastante tridimensionales.
A Toby lo conocemos recientemente vuelto a la soltería y disfrutando de ella, tapando su cicatrización emocional con el uso y abuso de las aplicaciones de citas. La serie es bastante cruda (y honesta) en la forma de mostrarnos a este hombre saltando de cama en cama, y saltando en cada una de esas camas, por supuesto. Eisenberg construye a este perdedor-ganador con esa cadencia woodyalleniana a la que nos tiene acostumbrados, que acá funciona demasiado bien.
Mientras todo esto ocurre, una voz se encarga de contarnos lo que está ocurriendo. Esta es una serie con una presencia muy fuerte de la narradora, su amiga Libby (Lizzy Caplan). Hecho que también tiene sentido, porque iremos conociendo su faceta como periodista y la fascinación por un escritor que se hizo famoso narrando la historia de un divorcio. Hay un tercer amigo, Seth (Adam Brody), que completa el grupito que se vuelve a reunir después de la separación de Toby.
Conforme avanza la serie y vemos cómo el nuevo Toby, además de follar por ahí, debe establecer un nuevo hogar y cuidar de sus dos hijos pequeños, comenzamos a notar una enorme ausencia: la de Rachel. Más allá de flashbacks, su ex está prácticamente desaparecida de su presente, algo que primero parece una decisión creativa y luego se transforma en evidencia de que algo no está andando bien.
Es bastante obvio que más de una persona está en problemas (y técnicamente el apellido de Rachel también es Fleishman), pero la serie y su narradora están ensimismadas con esta “nueva vida”, con el regreso a las reuniones con amigos, con lo aparentemente heroico de ser un padre preocupado, o con las vicisitudes de su vida laboral, en la que sufre por no ser tan salvaje como la persona con la que estuvo casado.
Con el correr de los episodios, Libby (y nosotros, y Toby) descubrirá que cada historia tiene al menos dos visiones, cuando no dos versiones, y ella está cometiendo el mismo error que otros periodistas, al presentar el divorcio de los Fleishman solamente desde una óptica. Todos los personajes principales tienen un arco, que no es lo mismo que un crecimiento, y los vemos cometer errores casi tanto como tomar decisiones correctas. Porque ante todo son, o intentan ser en la pluma de la novelista y guionista Taffy Brodesser-Akner, seres humanos.
La miniserie tiene grandes momentos dramáticos en los que todos (pero más Danes) están a la altura de las circunstancias. Te hace reír, te intriga y te deja hecho un trapo de piso, en especial si algunas de las circunstancias que atraviesa el protagonista te pegan de cerca. No, no las aplicaciones de citas.
Se podrían mencionar muchísimos elementos más, pero me quedo con el episodio que vuelve realmente hacia atrás y nos cuenta la historia de amor entre Toby y Rachel, sabiendo que conocemos su desenlace. Esa primera charla mientras suena “Tonight”, de los Smashing Pumpkins, es un manual sobre cómo hacerte mierda. Pero los resultados pueden variar.
La nueva vida de Toby, con Jesse Eisenberg, Lizzy Caplan y Claire Danes. Ocho episodios de una hora. En Star+.