Cuando una casa se desarma, cuando hay mudanzas, a veces sin darse cuenta, se mueven hasta los cimientos. “Se cuestionan costumbres. Lo que está oculto tras las ramas sale a la luz y una despedida podría ser el final de un nuevo comienzo. La guerra está en nuestra mente, pero eso no quiere decir que no exista. Gritos, llantos, pasión, engaños y el sonido de la guerra. ¿Se podrá forzar al destino? ¿Se podrá evitar el destino? ¿Quién mueve realmente los hilos?”, reza la sinopsis de La oquedad de las ramas, una obra interactiva que llega el viernes al teatro Stella (Mercedes 1805 y Tristán Narvaja).

La novedad es sobre todo el formato, que invita a operar sobre el argumento. Las votaciones se realizan durante la función. Al llegar, el programa de mano que recibe el espectador contiene un código QR que lo conduce a las opciones. En determinado momento de la función se toca una campana, los actores quedan en pausa y el público decide. Si alguien no quiere votar o no tiene celular, igualmente puede asistir, por supuesto, y dejarse llevar por la corriente.

Nica de León, autora y directora de la pieza, cuenta que el elenco proviene de distintas academias y formaciones actorales, incluso “del palo de Murga Joven”, ya que se resolvió por casting. De León es egresada del Instituto de Actuación de Montevideo y si bien ya participó en distintos espectáculos, este es su debut dirigiendo una propuesta propia, que entiende “nunca se ha llevado a esta escala, o se decide al final o son de improvisación. Este formato, que se ha usado más en el audiovisual, en los videojuegos, o antes en libros como Decide tu propia aventura, no ha habido tanto en teatro”. De las cuatro funciones programadas a partir del 7 de abril, espera que “la gente se cope con la propuesta y que les entretenga esto de decidir, que sientan que la historia que vieron la eligieron ellos”.

Para la autora, esto tiene coherencia con el contenido, ya que la trama aborda el problema de decidir, los personajes se cuestionan, sienten como si estuvieran siendo controlados o como si tomaran caminos equivocados. “Más allá de que la obra toca temas diversos, como la maternidad, el amor, la infidelidad, y del día a día, con los que distintas personas se pueden sentir identificadas, el mensaje que esperamos dar es que decisiones mínimas pueden generar un gran cambio, lo fácil que es decidir sobre la vida de otros, y lo difícil que es tomar una decisión cuando nos involucra”.

Empezó a escribirla por diversión y el propio entusiasmo más los múltiples desvíos de la historia hicieron que el libreto fuera eterno; tuvo que adaptarlo a la escena. “Lo fui bajando a tierra, lo hice más concreto y más organizado en la estructura, también, para que fuera fácil de leer para los actores. Eso podía ser un problema. Así que tiene un índice con los distintos caminos”, explica. Es que en las muchas versiones que pueden salir de las votaciones, la obra se modifica sobre la marcha (en base a un texto fijo) y los intérpretes deben reaccionar de inmediato. El entrenamiento fue complejo, asegura la directora.

“El elenco me comentaba el desafío que era actoralmente. Están la adrenalina y a la vez el miedo de que si el público eligiera siempre las mismas opciones, quizás hay escenas que nunca lleguen a representarse aunque las hayamos ensayado un millón de veces”, elucubra. “Habiendo tantas opciones, ojalá se puede ver la mayor cantidad posible, pero alguna seguro va a quedar colgada. Y bueno, es lo que se vive en un proyecto así”.

La oquedad de las ramas, de Nica de León, con asistencia de Belén García, va en teatro La Gaviota (ex Stella D’Italia) desde el 7 de abril, los viernes a las 21.00. Entradas: $ 450.