Desde Dinamarca llega este fin de semana a Sala Verdi Granhøj Dans con Una Eva y un Adán, un “dúo coreográfico algo desnudo”, creado por Palle Granhøj en estrecha colaboración con los performers Sofia Pintzou y Mikolaj Karczewski. Serán únicamente dos funciones –sábado a las 20.30 y domingo a las 18.00– de “una obra que nos invita a repensar nuestra relación con la desnudez natural y honesta del cuerpo y sus formas de representación en la cultura de los medios”.

Las entradas generales cuestan $ 600, para Comunidad la diaria (2x1) y otros descuentos, se pueden comprarse en la boletería de la sala desde las 15.30.

Unipersonal a lo Benedetti

Beatriz con una esquina rota, un unipersonal basado en la novela de Mario Benedetti Primavera con una esquina rota, a 40 años de su publicación, es presentado por un elenco del interior del país, que llega por primera vez a la capital. Las funciones están programadas para el 2 de junio a las 21.00 y el 4 de junio a las 18.00 en la sala Hugo Balzo del Auditorio del Sodre. Las localidades se consiguen a $ 450 (hay beneficios con la diaria).

El equipo representa en efecto a distintos departamentos. La dirección corresponde a la fernandina Eloísa Hernández, egresada de la Escuela Multidisciplinaria de Artes Escénicas, quien comparte la dramaturgia en esta oportunidad con el coloniense Germán Casco, también encargado de la producción. La protagonista es interpretada por Catalina Nieto, una actriz de Maldonado especializada en técnicas circenses y performáticas, y el soporte audiovisual es obra del fotógrafo y realizador rochense Lucas Bornes.

El proyecto, que cuenta con el apoyo de la Fundación Mario Benedetti, buscará regresar en setiembre, fecha en que se celebraba el cumpleaños del popular escritor. La compañía trabaja para concretar un amplio recorrido por el país entre octubre y noviembre (principalmente, por Tacuarembó, Maldonado, Colonia y Rocha).

En esta puesta en escena, que adelantan que cuenta con un fuerte respaldo audiovisual en el que un libro gigante es el principal elemento escenográfico, la historia es relatada por Beatriz, una niña exiliada, quien bucea por sus recuerdos y dialoga con su padre mientras desgrana poemas. “Queremos creer que Beatriz es hoy una cuentacuentos, que trabaja con niños, que transmite valores y cuenta la historia, su historia, habitando siempre la esperanza y la alegría”, sostienen los responsables de esta adaptación. “Queremos hablar de esperanza, de crianza responsable, de proteger la niñez, de defender la alegría”.