En dos funciones en las que participarán escolares pero que son abiertas al público en general, el jueves 8 de junio a las 16.00 y el viernes 9 a las 12.00, se estrena Río arriba, un cortometraje creado por La Casa del Árbol que cuenta la historia de cuatro amigos que, luego de ver cómo su río es invadido por la basura, deciden emprender una aventura para limpiarlo, pero se chocan con un impedimento que hará tambalear su misión. Esta película sobre nuestras aguas, con una duración de 20 minutos, se podrá ver en el marco de la Expo Sustentable, en el Antel Arena, y tras el estreno quedará disponible en la web de La Casa del Árbol y en www.cdauy.org.

“La invitación a exhibirlo en el marco de la Expo Sustentable es una oportunidad para amplificar el mensaje que quiere plantear el cortometraje y darle un respaldo institucional. Nuestra idea es presentarlo en todas las escuelas del departamento de Florida, en principio, y organizar foros de intercambio con la gurisada luego de la proyección. Todavía no hemos encontrado el respaldo en materia de recursos para hacerlo realidad, pero lo seguimos buscando. Mientras tanto, creamos una web específicamente para este trabajo, donde además de ver el corto, también se puede consultar otros materiales relacionados con el tema o incluso enviar aportes propios, como videos de cosas que hacemos en casa para cuidar nuestro planeta. Todo esto está disponible en www.cdauy.org”, cuenta Álvaro Adib, director de la película. “La intención es que el corto sea un chispazo para la reflexión, y si de ahí se pasa a la acción ya sería maravilloso”, agrega.

La película obtuvo su primer reconocimiento internacional y ya se disponen a viajar a Bangladesh a presentarlo en el marco de la cuarta edición del Festival Internacional Cinemaking. “Nosotros enviamos casi todo lo que hacemos a festivales porque creemos que es en esa etapa de puesta en circulación del contenido que se completa la producción y pasa a tener sentido finalmente. No sólo para que se vea afuera (en este caso podríamos pensar que es irrelevante que se vea afuera porque parece un problema muy local): los festivales son una tremenda instancia de aprendizaje porque promueven el encuentro e intercambio con colegas de todas partes, que lo mismo te felicitan como te matan con una crítica. Ahí se aprende abundante. Pero también es ahí que descubrís que no estás solo o sola con tus intereses, que hay mucha gente que sueña con cosas parecidas y que te puede enseñar algo. Los festivales son un mecanismo de verificación y validación: verificación para medir cómo estamos a nivel técnico y profesional, y validación porque muchas veces se necesitan espaldarazos extranjeros para defender propuestas a nivel local”.

Desde el centro del país

La idea que dio origen a este trabajo, que aborda un tema de preocupante actualidad, surgió, sin embargo, hace un buen tiempo, lo que es un índice de que el tratamiento deficitario y poco sustentable de nuestros ríos no es un asunto circunstancial. Al respecto detalla Adib: “La situación que terminó desembocando en este cortometraje es de larga data y tiene que ver con una visión personal del entorno del Santa Lucía Chico. Yo crecí en Florida y en cercanía con ese río. Lo disfruté desde muy chico durante los veranos en que mi abuelo me llevaba a pasar las tardes de calor, fue donde aprendí a nadar y su agua fue la que tomé durante todos los años que viví en esa ciudad. Desde hace años me angustia visitar el río y encontrarme con volúmenes absurdos de basura en sus orillas, a distancias considerables de la ciudad: vas cinco, diez o 15 kilómetros río arriba y te encontrás basurales de diferentes tamaños: desde restos de un campamento de pesca (pañales, botellas, latas, etcétera) a un lavarropas. Este último verano, en una de estas visitas al río encontramos algo que, sumado a la basura, disparó el indignómetro: retroexcavadoras y camiones sacando arena en volúmenes disparatados y arrancando árboles de cuajo para hacerlo, incluso rellenando con balasto el cauce del río para poder meter los camiones. Ahí fue que se me ocurrió proponer al equipo hacer un corto para hablar del tema con la gurisada y tratar de pasar de la indignación a la acción”, relata. “Y resulta que a los dos meses de embarcarnos en esa aventura aparecen las denuncias de actividades similares en el Santa Lucía, aparecen los primeros síntomas masivos del problema del agua en la capital y nuestro corto queda sincronizado con la agenda ambiental”, agrega. “Pero lo que queremos plantear con el corto es que la gestión de nuestros ríos es un problema real, que viene de hace tiempo y que debe ser un tema de agenda y no de coyuntura. No es para atenderlo sólo en períodos de crisis”, puntualiza.

Foto del artículo 'Salvar al río: un documental de La Casa del Árbol pone sobre el tapete la contaminación fluvial'

El cortometraje se filmó en ese río donde Adib pasó su niñez y que, uniendo generaciones, suele visitar con sus hijos. “Se filmó en la Picada Varela, cerquita de la localidad de La Macana, a diez kilómetros de la ciudad de Florida. El mismo lugar donde encontramos el escenario desolador que nos llevó a iniciar este trabajo. Es un lugar donde todavía tenés el río medianamente sano, con basura pero sin topadoras, y a los pocos metros comienza la intervención brutal con palas mecánicas y camiones”, detalla.

Voz infantil

Una de las características más sobresalientes del trabajo de La Casa del Árbol es, precisamente, el involucramiento de las infancias en la producción, la atención a su voz y a su manera de mirar. En este sentido, Río arriba no es una excepción. “El permitirnos y promover la elaboración de nuestros productos audiovisuales con niñas y niños es, sin lugar a dudas, una de las características y fortalezas de La Casa del Árbol, y con Río arriba se procedió de la misma forma. Por supuesto que partimos de una idea original y un guion estructural, realizado desde parte del equipo de La Casa del Árbol, pero que se fue enriqueciendo y ejecutando con las y los protagonistas de la historia. Estamos convencidos de que el arte se construye y sigue creciendo desde un abordaje diverso y que son las diferentes sensibilidades, apreciaciones y cuestionamientos lo que nos permite seguir construyendo lo que somos como humanidad, pero sería ingenuo no reconocer que desde el mundo adulto nos cuesta permitirnos ser interpelados desde el mundo de niñas y niños. Seguimos convencidos de que las niñas, niños y adolescentes son sujetos de derecho y nos estimula dar y generar los espacios para que todas y todos, desde la creación y el lenguaje audiovisual, lo puedan poner en práctica y de esa forma aportar otras realidades y visiones posibles”, explica Adib.

Este trabajo junto con las infancias se enmarca en la labor del equipo de docentes y artistas, tal como relata Adib: “Parte de una inquietud adulta y bastante personal en lo que tiene que ver con el río Santa Lucía Chico, pero también es una bajada concreta dentro de un proyecto ambicioso del que La Casa del Árbol forma parte desde enero de este año. Junto a un colectivo internacional de realizadoras y realizadores de televisión infantil preocupados por el cambio climático, estamos trabajando en una iniciativa llamada For Us No Planet B. Si bien no se puede contar mucho más sobre esta iniciativa por el momento, sirve para decir que el cambio climático es un problema de agenda ineludible que tiene todo que ver con las infancias. Como me dijo un pescador de la Laguna de Rocha hace años, ‘nosotros ya estamos de salida’, pero las niñas y niños van a habitar el mundo que hoy estamos detonando y van a lidiar con un planeta transformado de forma más o menos crítica dependiendo de lo que hagamos o dejemos de hacer hoy”, cuenta Adib y concluye: “Lo que no podemos hacer es seguir diciéndoles qué hacer o creando narrativas adultocéntricas terribles que lleven al miedo o la parálisis. En este tema, como en todos, hay que construir relatos en diálogo con elles, donde podamos aportar experiencia acumulada para hacerla conversar con la frescura de nuevas formas de ver las cosas, y buscar soluciones. Les gurises están hartos del documental que les dice que todo se está yendo por la borda. No hay otra forma de construir que no sea dialogando”.

Río arriba. Disponible a partir del jueves 8 en www.lacasadelarbol.uy y cdauy.org.