El protagonista de esta serie tiene 19 años y mide cuatro metros de altura. No es un error de tipeo, sino la premisa inicial de Soy Virgo (I’m a Virgo), una de las series que hacen mejor uso de la imaginación entre las que se han estrenado últimamente. Cootie (Jharrel Jerome), el muchacho de los cuatro metros, vive encerrado en su casa, que está acondicionada para alguien de su tamaño, porque ¡qué dirían los vecinos si se enteran!

Por supuesto que no tardarán en enterarse. Al comienzo la historia parecería acercarse a otros cuentos del “jovencito diferente que finalmente sale al mundo”, desde aquel niño de la burbuja pasando por Jack (Robin Williams como niño que crecía en forma acelerada), el otro que vivía en un búnker, y varios dramas lacrimales sobre pequeños con alguna deformidad física. Un montón de metáforas sobre crecer, entrar a la adolescencia y reconocerse en sus diferencias. Aquí el asunto va mucho más allá.

Detrás de Soy Virgo se encuentra Boots Riley, vocalista de la banda de hip hop The Coup (los de la cortina de Lakers: tiempo de ganar), quien había debutado como escritor y director en 2018 con Sorry to Bother You, comedia sobre un empleado de call center afroestadounidense que triunfaba usando “voz de blanco”. En esa película también el gancho era solamente el punto de partida para hablar de otras cosas.

Tenemos, entonces, a Cootie y su mundo. Un mundo construido gracias al esfuerzo de sus padres, quienes en la medida de lo posible lo rodearon de objetos a escala (como la ropa). Pero de inmediato comenzarán a aparecer otros elementos en la narrativa que eclipsarán, aunque no literalmente, al gigantón. Como los repetidos cortes de luz, la trabajadora de una hamburguesería que se mueve a alta velocidad o un superhéroe real interpretado por Walton Goggins.

Si Walton Goggins (el tío Baby Billy en The Righteous Gemstones, entre mil cosas más) interpreta a un vigilante con traje volador, asistente y otros chiches, y apenas aparece un segundo en el tráiler, es porque estamos ante una historia que da rienda suelta a la imaginación. Hay que aplaudir a Riley, que toma riesgos creativos y prácticamente no parece dar pasos en falso.

Algunos giros de la trama serán más sorprendentes que otros; la aparición de Cootie se vuelve noticia, pero no llama tanto la atención como si ocurriera en nuestra realidad. En su búsqueda de independencia económica termina trabajando como modelo de vidriera, ya que por su altura atrae a algunos curiosos, pero no logra quedarse quieto mucho tiempo seguido.

Con el correr de los episodios se desarrolla una trama romántica, que incluirá dudas bastante pertinentes sobre la forma de mantener relaciones sexuales con alguien convencional, y que la serie resuelve en forma simpática y poco gráfica, aunque se toma su tiempo. Pero con cada minuto empieza a aparecer el mensaje que el creador de Soy Virgo tenía ganas de contar entre tanto surrealismo mágico.

Al igual que en Sorry to Bother You, el foco está puesto en la población afroestadounidensee, en representación de la masa más diversa de trabajadores oprimidos. Una de las primeras personas que Cootie conoce al salir al mundo es Jones (Kara Young), una joven muy comprometida con su sociedad, que es consciente de la crisis capitalista en la que viven. Será ella quien comenzará a chocar con el protagonista en aquello de los grandes poderes y las grandes responsabilidades, aunque es necesario aclarar que Soy Virgo está muy lejos de ser una serie de superhéroes. O al menos una en la que salen bien parados.

El héroe que interpreta Goggins (llamado simplemente “el Héroe”) y Cootie parecen destinados a encontrarse, a chocar, a formar un yin y yang, pero en el medio aparece Elijah Wood como un aspirante a verdugo humanitario, una secta que idolatra al grandote, personas en miniatura y una serie animada con un bebé que suena como Slavoj Žižek... porque la voz la hace Slavoj Žižek.

Para llegar a la crítica dura al capitalismo hay que pasar por todas esas cosas, y es posible que ante tantos estímulos se diluya el mensaje, que además la propia Jones aclara que no será sencillo de transmitir. Pero si no podemos creer aunque sea un poquito en el valor de las ideas, y soñar con cambios aunque sea a largo plazo, tampoco tiene sentido creer que un hombre puede volar. O medir cuatro metros.

Soy Virgo. Siete episodios de entre 25 y 35 minutos. En Prime Video.