Como casi todos los países nórdicos, Finlandia tuvo una posición no del todo clara ante el avance nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Entendamos a los fineses primero que nada: mientras Europa y el resto del mundo ardían por los combates entre los Aliados y el Eje, ellos estaban con su propia cuota de problemas, en guerra desde 1941 con los soviéticos –que, una vez más, trataban de invadirlos–.
Así, Finlandia se cuenta entre los asociados a los nazis durante un buen número de años de la guerra, hasta que en 1944 pacta la paz con los Aliados y torna sus armas contra los alemanes (que, en el durante, le habían ocupado el territorio, no fuera a ser que se arrepintieran, como efectivamente pasó).
La guerra entre fineses y soviéticos fue, como todas las guerras en este período, particularmente cruenta. Conocida como la “Guerra de continuación” (porque ya entre 1939 y 1940 se habían tiroteado con los rusos en la que se conoce simplemente como “Guerra de invierno”), fue un combate permanente en territorios gélidos y mortales, con nieve constante y temperaturas extremas.
Fue en estas dos guerras, también, donde surgieron los comandos fineses, unos guerreros reconocidamente salvajes y de temer; entre ellos, Simo Häyhä o La Muerte Blanca, que fue el más famoso por matar a 505 enemigos y convertirse en el francotirador que más soldados ha matado en la historia.
Justamente, todo este prolegómeno viene a cuento por Sisu, la película que acaba de estrenar HBO Max sobre uno de estos soldados al que veremos ser capaz de todo tipo de acciones de guerra, al punto de alcanzar el delirio.
Nuestra historia da comienzo en 1944 y Sisu (Jorma Tommila, quien guarda un gran parecido con Iain Glen, el Jorah Mormont de Game of Thrones) se ha retirado de la guerra. En apartadas tierras del norte, se dedica a buscar oro, y tiene la enorme fortuna de encontrar un gran filón, uno que le permitiría vivir tranquilo el resto de sus días. Pero esa tranquilidad deberá ganársela, puesto que –de camino a la ciudad, con su oro y su fiel caballo– Sisu cruzará caminos con un comando nazi en retirada (porque, justamente, en 1944 estaban abandonando Finlandia) que verá el oro y hará todo lo posible por quedárselo.
¿Qué podrá hacer un hombre solo contra un batallón entero de soldados? Por fortuna para Sisu, él es una mezcla entre John Wick y Rambo, por lo que, a la usanza de la mejor historieta del irlandés Garth Ennis, masacrará nazis a lo bobo, de las maneras más sanguinarias, morbosas y escatológicas posibles. Un verdadero festival de sangre, explosiones y muerte que resulta gracioso, antes que nada.
Los soldados alemanes (liderados por Aksel Hennie, quizá la cara más reconocida del elenco) no escarmientan y siguen tratando de eliminar al comando finés, quien, a la mejor usanza de Droopy, continúa apareciéndoseles una y otra vez en el camino.
La película de Jaimari Helander se suma a un estilo revisionista de acción muy divertido que viene reescribiendo relatos de la Segunda Guerra Mundial –anda por ahí, en Netflix, Sangre y oro, que guarda muchos parecidos con esta; o la alucinante Red Ghost: Nazi Hunter, de producción rusa– y que aporta exactamente lo que ofrece: un relato sencillo, algo redundante, de acción, humor muy negro y violencia lúdica. Si usted disfruta de ver volar nazis en pedazos por los aires de maneras bestiales, esta es su película.
Sisu. 91 minutos. En HBO Max.