Ya hace una década desde que, por iniciativa de la compañía Títeres del Timbó, la costa recibió en enero la propuesta de Títeres a Toda Costa, un festival comunitario que ofrece actividades artísticas, talleres y espectáculos profesionales de títeres durante una semana de las vacaciones de verano, que es “el resultado de la organización del grupo fundador en articulación con emprendedores culturales, artistas, titiriteras, titiriteros y comisiones vecinales, movilizados por el interés de socializar los saberes específicos del teatro de títeres y convocar al espectáculo público como una forma de convivencia creativa”, tal como definen. Este año, además, ha sido declarado de interés turístico por el Ministerio de Turismo.

Con una impronta que hace hincapié en conjugar las propuestas artísticas con actividades de formación que convoquen a diversos colectivos de titiriteros y con el anclaje en la comunidad, la propuesta ha ido variando con el correr de los años, ampliándose a varios departamentos costeros, recibiendo a compañías extranjeras, adaptándose a las circunstancias con una propuesta cien por ciento virtual durante la pandemia y volviendo a salir y abrirse, ensayando una programación mixta, con el retorno a la normalidad, que les permitió recuperar algo que es parte fundamental de su esencia: el encuentro y las presentaciones al aire libre. “Este año nos interesaba mostrar una presencialidad plena en un evento orientado a toda la familia en el sentido de generar espacios de convivencia y de relaciones saludables a partir del teatro de títeres, que es un poco el objetivo permanente del festival”, dijo a la diaria Ernesto Franco, de Títeres del Timbó.

“Este es el décimo año y es muy significativo porque vemos el trayecto que ha hecho el festival en la última década y que de alguna manera ha acompañado y ha sido parte de las transformaciones culturales en la zona donde se desarrolla. Cuando empezamos a pensar el festival, en 2013, no nos imaginábamos que iba a tener diez ediciones ni cuál sería su impacto. Claramente, el de este año va a buscar concentrar ese camino recorrido. Optamos por convocar a cuatro grupos –dos de Montevideo y dos de Canelones– que van a presentar cuatro espectáculos en cuatro escenarios diferentes; todos ellos, justamente, han consolidado su trayectoria en la última década. Son propuestas bien diferentes pero cada una con un potencial y una fuerza vinculadas a la esencia del teatro de títeres, y nos interesa destacar que logramos reunir a una generación de titiriteros jóvenes de Uruguay”, comenta.

Las obras

Este año, como en 2023, recorrerán la costa canaria con presentaciones en Shangrilá, Parque del Plata y San Luis, con la participación de elencos de larga trayectoria junto a otros emergentes. El jueves 18 a las 19.00 la compañía La Nave presentará La pequeña oruga, un espectáculo dirigido a la primera infancia, en el Paseo del Solís, Parque del Plata, “un espacio emblemático que también cumple diez años y que ha recibido en todas sus ediciones al festival”.

“Es muy significativa la presencia de La Nave porque es un grupo aliado del festival, lo proyectamos inicialmente en 2013 con estas colegas, que nos acompañaron también en las primeras ediciones, es una compañía que trabaja desde los 90 en la Costa de Oro y hace unos años tuvo un recambio generacional y las nuevas generaciones del grupo son las que están llevando adelante la propuesta”, sostiene Franco. Afincada en El Pinar, la compañía de Maia Filippo y su madre, Lucía Queirolo, tiene una trayectoria en este arte que se remonta a la generación anterior, cuando los padres de Lucía, Rosa Claret y Aurelio Queirolo, fundaron Títeres del Grillo en 1963.

El viernes 19.00 a las 20.00 será el turno de Coriolis con Trapos, en el Centro Cultural Shangrilá; “son colegas admiradísimos con un trabajo de excelencia y este año nos honran con su presencia, es la primera vez que van a estar en el festival y vienen de una gira por Europa y la región”, dice Franco.

La compañía que dirige Gerardo Martínez Gnazzo se creó en 2014 con el propósito de investigar, experimentar y producir espectáculos de teatro visual y de objetos con perfil teatral, en diversas técnicas y lenguajes. Sus espectáculos se han presentado en diversos países y han recibido premios, reconocimientos y menciones a nivel nacional e internacional.

El sábado 20 a la misma hora será el turno de la locataria Títeres del Timbó con Agua: el tesoro del humedal en la Liga de Fomento de San Luis. Originario y afincado en la Ciudad de la Costa, es el grupo organizador del festival y se presentará con este espectáculo que viene girando desde el año pasado, además de haber sido registrado, adaptado, en audiovisual.

El domingo 21, también a las 20.00, la compañía Aquinomás estará a cargo del cierre del festival con la obra De cabeza en el Centro Cultural Parque del Plata, “un espectáculo muy entretenido, con mucho humor y muy animado, realmente muy innovador en algunos aspectos”, según describe Franco.

Integrada por Tamara Couto y Rodrigo Abelenda, Aquinomás se fundó en Montevideo en 2009. Por un lado, genera espectáculos para salas teatrales “contando con todos los elementos técnicos que estas disponen, defendiendo al teatro de títeres como uno de los lenguajes más interesantes en la escena contemporánea”; por otro, propone “una línea de títeres tradicionales que se adaptan a diferentes espacios y públicos continuando con el origen trashumante del teatro de títeres”, sostienen. Entre sus obras dirigidas a la infancia se destacan, además de la que presentarán en el festival, Martín Aquino y su caballito Moro, Por si las moscas, Dos extraños, Otra historia de la ciencia.

Para finalizar, Franco comenta sobre la gestión del festival: “La idea es generar una celebración de la primera década del proyecto con funciones a lo largo de la costa, desde Shangrilá a San Luis. Y también hacerlo con aquellos que son parte del festival, que está vinculado a los artistas, al público, a los emprendimientos, pero también a las organizaciones que con su trabajo apoyan todos los años. Se puede ver lo más institucional en el Centro Cultural Parque del Plata, que trabaja en la órbita de la Dirección de Cultura de la Intendencia de Canelones, pero también hay espacios asociativos como el Paseo del Solís, que es una feria de artesanos, o la Comisión Fomento Shangrilá y la Liga de Fomento de San Luis, que son salas llevadas adelante por vecinos. Es significativo y especial para el desarrollo del proyecto, que se plantea tener una base territorial y un ensamble comunitario de los recursos y de los objetivos. Por otra parte, el hecho de que sea en verano nos pone en un lugar –y así también lo hemos decidido– de darle un enfoque vinculado a lo turístico y que el teatro de títeres, además de ser entretenido y de ser un espacio de esparcimiento, también se consolide como una propuesta para el desarrollo económico de las comunidades”.