La actriz, comediante y guionista estadounidense Natasha Rothwell, además de tener una ascendente carrera luego de sus inicios en Saturday Night Live en 2014, es conocida por sus interpretaciones en las multipremiadas series de HBO Insecure y The White Lotus. Ahora merecidamente protagoniza su propia serie, Cómo morir sola, una comedia dramática que narra la vida de la antiheroína Melissa, una trabajadora del aeropuerto John F Kennedy de 35 años, que irónicamente le tiene miedo a los aviones, además de otras fobias, como a las arañas, a las pasas, a exponerse o a enamorarse.

Esas aprehensiones generan tensión con su familia, incluido su hermano Brian (Bashir Salahuddin), quien cumple con los checks de la vida, ya que es exitoso y está casado con hijos, e incluido también su mejor amigo, Rory (Conrad Ricamora), un inmaduro bonachón que vive de un fondo fiduciario y con quien Melissa raya en la codependencia.

Todo ese mundo de pánicos e inseguridades da un abrupto giro después de que Melissa, el día de su cumpleaños, tiene un extraño accidente doméstico en el casi muere, y debe ser internada. Comparte la habitación del hospital con Elise (Jackie Richardson), una inspiradora mujer, quien la alienta a empezar a vivir su vida al máximo. Mel se da cuenta de que tiene pocos meses para superar los miedos que la condicionan, animarse a subir a un avión y decirle a su jefe y exnovio Alex (Jocko Sims) que todavía siente cosas por él antes de que se case con otra mujer.

Empieza así un viaje de autodescubrimiento y de búsqueda de su felicidad en el que advierte que no hay un destino trazado, sino que son nuestras acciones las que hacen cambiar las cosas. Toma las riendas de su vida, que hasta ahora había vivido más como una espectadora que como protagonista.

El personaje de Melissa, bien construido y con la cuota justa de drama, no es común en las series de hoy: a pesar de que se ríe de sí misma, hay detrás una mujer inestable y rota, divertida y entrañable, pero gobernada por el temor a lo desconocido, que se siente invisible y atrapada por decepciones pasadas, expectativas sociales y una complicada relación con su familia que la lleva a minimizar constantemente sus propios talentos.

La serie es irónica y repleta de diálogos de humor con acertados gags, ella es genuinamente graciosa y su mayor logro es demostrar, una vez más, que a través de la comedia se puede decir mucho. Entre otras cosas, la serie expone la desventajosa realidad de ser negro en Estados Unidos, lo que, en el caso de Mel, se suma a su condición de mujer. También expone la desencantada vida de jóvenes con trabajos mediocres y ahonda, desde el sarcasmo, en la muerte, la fragilidad vivir, la amistad, el autocuidado, los riesgos, las fobias y la soledad.

Cómo morir sola es de lo mejor de 2024: una serie directa, brutalmente sincera e ingeniosa sobre la responsabilidad y la valentía de cambiar de ruta cuando las cosas no salen como deseamos. Entreteje las minihistorias de sus protagonistas con naturalidad, introspección y empatía, y nos muestra cómo, en una sociedad sumamente individualista, hay una vital diferencia entre estar solo y sentirse solo. Mientras Mel busca, con honestidad sorprendente, reimaginar otra vida, lucha contra el rol que ha cumplido toda su vida en la represión de sus propias necesidades.

“Hay tres tipos de muerte”, dice Elise, su casual consejera hospitalaria: “La muerte física, que todos conocemos y sobre la que escribimos poemas; luego está la muerte en la que la gente deja de preocuparse por ti; y la peor es cuando dejas de preocuparte por ti mismo”.

Cómo morir sola. Ocho episodios de media hora. En Disney+.